Iceta se gasta los fondos europeos para España en convenios culturales con entidades de México, Chile y Argentina

«teatro y memoria» es el nombre del evento organizado por la Fundación Festival Internacional Teatro a Mil, que tendrá lugar en el Centro Cultural Matucana 100 y en el Teatro Municipal de Las Condes, en Santiago de Chile el próximo 2023. El Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, dependiente del Ministerio de Cultura español, ha suscrito un convenio para la realización conjunta de dicho evento a cargo de los fondos europeos pertenecientes al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea.

No es el único de los convenios suscritos entre el Gobierno español, concretamente el ministerio que dirige Miquel Iceta, con países suramericanos gracias al dinero que recibe de las ayudas NextGenerationEU. La curiosidad, más bien la anomalía es que el dinero que proviene de las instituciones del viejo continente para «reforzar la competitividad de las industrias culturales españolas» (al que se refiere el «componente 24» al que alude específicamente el texto del convenio) se escapen fuera de España y de Europa, por decisión de un gobierno europeo, receptor de las ayudas.

El segundo convenio es el firmado entre el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música y el Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, «para la organización conjunta del evento 'Intercambio cultural Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires-INAEM/Ministerio de Cultura y Deporte de España' en diversos espacios del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires»; y un tercero también entre el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música y la Universidad de Guadalajara, «para la organización conjunta del evento 'Difusión de la cultura española' en diversos espacios del conjunto Santander de Artes Escénicas de la Universidad de Guadalajara» de México.

El Debate ya informó hace escasos días del fracaso de estos fondos europeos, debido a los retrasos y a su nula incidencia en la economía real, un hecho que encuentra buena parte de su explicación en el mismo Boletín Oficial del Estado donde se especifican los extraños destinatarios de las ayudas dependientes del Ministerio de Cultura. A pesar de que España ha ejecutado ya el 90% de los 31.000 millones que ha recibido del mecanismo de recuperación europeo, la mayoría de los fondos no ha llegado al tejido productivo español, que de ningún modo es el Centro Cultural Matucana de Santiago de Chile, ni el Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ni la Universidad de Guadalajara de México.

Unos receptores que se alejan de pymes y autónomos y que la administración, principal beneficiario, aleja aún más al otro lado del océano en una gestión que el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, describió como de «absoluto oscurantismo».