Borja-Villel y el Reina Sofía: feminismo, ecología y todas las banderas de la izquierda durante 15 años
El director del Museo Reina Sofía abandona el cargo que ostenta desde 2008 entre críticas a su gestión y a su propuesta, marcada por los activismos progresistas, y entre acusaciones de irregularidades en su contrato
El arte es una manifestación del ser humano que implica algún tipo de trascendencia y de maestría en la técnica. Entre los que pensarían que «arte es cualquier cosa» se encuentra el casi exdirector del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, que habiendo sido reelegido dos veces, ostenta el puesto desde hace 15 años. Borja-Villel, conocido por su particular visión del arte y posicionado, paradójicamente, contra la idea del museo patrimonial, ha esgrimido a lo largo de sus sucesivos mandatos la bandera del progresismo, sometiendo al museo a su agenda ideológica.
Ecologismo
Borja-Villel utiliza el método «arte bajo forma de propaganda» para introducir la ideología de izquierdas en el museo más visitado de España (el Reina supera al Prado en número de visitas). Por ejemplo, en una inocente visita guiada llamada Ecologías, entre 2019 y 2020, realizada tanto para mayores como estudiantes de Primaria, Secundaria y Bachillerato, el museo expone lo siguiente: «Este itinerario invita a establecer un acercamiento desde la perspectiva de la emergencia ecológica actual y sus consecuencias en nuestro modo de habitar el planeta». Y concluye con la necesidad de «estimular así nuevas prácticas ecológicas colectivas», enganchándolo con la idea de acumulación y reciclaje, enfrentando a la naturaleza con la malévola sociedad capitalista-consumista.
Entre otras muestras de ecologismo podemos encontrar Mareas y catástrofes: encuentro de ecologías críticas, de 2022, donde califican el hundimiento del Prestige como «catástrofe ecológica contemporánea» añadiendo a la descripción otros términos no casuales como «reivindicación», para terminar con uno de los ejes sobre los que gira el programa: «Las tradiciones ecologistas desde la lucha antifranquista hasta el presente».
También parece ser que el museo ha creado junto con el CSIC el grupo de investigación «Humanidades energéticas: Energía e imaginarios socioculturales entre la revolución industrial y la crisis ecosocial», que lo mira todo «a la luz de la emergencia climática y sus retos». Centrado en las «humanidades energéticas, una vertiente de las humanidades ambientales y ecológicas», estudia el vínculo de la energía con «la explotación de los combustibles fósiles y con la ideología productivista». Culminando todo, por parte del Reina Sofía, con el encuentro Utopías del capitaloceno. Crisis ecosocial: definición, desafíos y propuestas estratégicas, en el 2022.
Siguiendo con el ecologismo, el visitante pudo asistir al curso «Transiciones: Democracia, ecología y comunes ante el cambio de época», de 2015, que tiene una descripción bastante templada. No obstante, las intenciones salen a la luz en el apartado de «alumnos y admisión» en el que, sin tapujos, está escrito en primer lugar que «el presente curso está dirigido a militantes y activistas de los movimientos sociales».
Feminismo
Junto con el itinerario de Ecologías, otro recorrido tuvo lugar esos mismos días, el de Feminismos, que terminó por alargarse hasta 2022. Respecto a este tema, el más expuesto junto al del ecologismo, se encuentra un gran número de tertulias, programas y encuentros entre los que destaca la actividad titulada «Insumisas», en cuya descripción el Reina Sofía se autocalifica dos veces como «un museo que se quiere feminista». Además el museo es parte del grupo «La Laboratoria. Espacios de Investigación Feminista». En 2022 también tuvo lugar el encuentro «Contendor de feminismos: Docu-acción sobre feminismo y sindicalismo», cuya primera invitada fue Tensi Álvarez, activista feminista y responsable de la Secretaría de Igualdad de la Unión Comarcal de Comisiones Obreras de La Coruña.
Indigenismo
Otras actividades que cabe destacar pueden ser «Pero la luz será mañana para los más. Cine y vidas indígenas», una muestra en la que las comunidades latinas hispanoamericanas «alumbran una sociedad más justa, igualitaria, diversa y respetuosa con la naturaleza». El Reina continúa describiendo una síntesis entre ecologismo, organización comunitaria, cosmovisión ancestral y reconocimiento de la diferencia, donde «las sociedades indígenas señalan un porvenir al margen de los principios de extracción y acumulación de riqueza que han caracterizado al capitalismo globalizado en los últimos siglos». Esta actividad formó parte del programa «Sobre el precipicio del tiempo», de 2021, que buscaba darle voz al movimiento zapatista mexicano, revolucionario, marxista e indigenista.
«Una de las primeras cosas que me planteo cuando llego a la dirección de una institución es qué nuevo relato queremos construir, cómo se proyecta y en qué contexto». El mismo director expuso que, al remodelar la colección del Reina Sofía en el 2021, buscaba «'decolorizar' la mirada, no observar las obras desde un punto de vista tradicional», incluyendo entre los temas centrales el ecologismo o el colonialismo. Sustituyendo así un espacio de arte por un espacio de propaganda.
El director, quien dejará su puesto este jueves, 19 de enero, ha sido acusado por el diario ABC de encontrarse «en fraude de ley», lo que ha conllevado la implicación del Ministro de Cultura, Miquel Iceta. El caso es que, a pesar de que se niega la ilegalidad del contrato de Borja-Villel, la evidencia demuestra que incumple prórrogas en la Ley 34/2011.
El proceso de selección para un nuevo director se convocará el 1 de febrero, el que se aspira que haya un jurado internacional. Con estas nuevas elecciones, se le ha preguntado a Iceta si Borja-Villel se volverá a presentar, a lo que tan solo ha respondido que «puede presentarse quien quiera», en contraste a la negación esperada. Sin embargo, fuentes del museo aseguran que no volverá a presentarse al cargo.
El Reina Sofía no es el primer lugar por el que pasa Manuel Borja. Dirigió el museo de la Fundación Antoni Tàpies de Barcelona desde su inauguración en 1990 hasta 1998 y desde 1998 hasta 2007 fue director del MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona). Sus periodos al frente de instituciones parecen coincidir siempre con el auge de la izquierda y el aumento de su agenda cultural, auspiciada por él mismo.