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El presidente del Principado de Asturias, el socialista Adrián BarbónGobierno de Asturias

El presidente de Asturias se pone la oficialidad del bable y la defensa del 'eonaviego' como objetivo

A pesar de que sólo la hablan el 3 % de los asturianos, el socialista Adrián Barbón está decidido a conseguir que sea lengua oficial

El político Toni Cantó se atrevió a meterse con el dialecto asturiano: «En España se inventan el bable y no entran en prisión: reciben millones de euros», señalaba en su cuenta de Twitter. Y Adrián Barbón (PSOE), presidente del Principado de Asturias y gran comprometido con la defensa de una lengua que emplean menos del 3 % de los asturianos, decidió contestarle: «No le vamos a dar el placer de una demanda, bastante tiene con lo que tiene».

De hecho, para el socialista la defensa «clara y valiente» del asturiano y el eonaviego (el «asturiano-gallego» que se habla entre los ríos Eo y Navia) es un objetivo prioritario en su Gobierno, razón por la que ha propuesto una reforma del Estatuto de Autonomía que reconozca su oficialidad junto con el castellano.

Así lo ha anunciado en un desayuno informativo al que ha acudido para presentar sus planes para el principado que preside; evento al que también acudieron diferentes miembros del Gobierno: la ministra de industria, Reyes Maroto; la de transición ecológica, Teresa Ribera; el de interior, Fernando Grande-Marlaska; la de ciencia, Diana Morant, y la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que fue la encargada de presentar a Barbón.

«No hay ninguna comunidad autónoma que se precie que permanezca cruzada de brazos ante el riesgo de que se extingan sus propias lenguas», expresó el presidente asturiano. El «desdén» a las lenguas de Asturias, a su juicio, es algo propio «de quien no confía en esta tierra».

El «sentimiento identitario» de los asturianos

A pesar de que el bable lo hablan tres de cada cien asturianos y de sobre el eonaviego ni siquiera hay datos oficiales, Barbón considera que los asturianos tienen «un gran sentimiento identitario» que «es totalmente compatible con los proyectos de España y de Europa». Ese sentimiento identitario, ha explicado, incluye «las lenguas asturianas».

En su discurso, Barbón ha reivindicado la Asturias actual como un «refugio climático» y un «refugio político», proclamando que «Asturias ha perdido el miedo al cambio» y detallando los objetivos que se plantea hasta 2033 para el Principado. Más allá de la importancia cultural de la lengua, Barbón también ha destacado desafíos políticos y económicos para Asturias.

El «Atlas Unesco de las lenguas del mundo en peligro» usa un rango de colores que van del blanco (vulnerable) al negro (extinta) para ilustrar la situación en la que se encuentran los idiomas en el mundo. El asturiano aparece marcado en amarillo, «en peligro». «Con el asturiano no hay peligro inminente, pero sí importante. No todos los hablantes lo transmiten ni lo usan para hablar con sus hijos o nietos», apunta Claudia Elena Menéndez Fernández, profesora adscrita de la Universidad de Oviedo, especialista en Filología Románica y Asturiana.

Aunque sigue teniendo un enorme desprestigio, las actitudes lingüísticas de los asturianos han mejorado en los últimos 40 años, así como su valoración cultural. Según los expertos, en su valoración entra en juego la disglosia, es decir, la coexistencia de dos lenguas donde una se prestigia y la otra se minusvalora.