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Camilla, Reina consorte de Inglaterra, y el Rey Carlos IIIAFP

«Ya está bien», las palabras de ánimo de Camilla a los escritores tras la censura a Roald Dahl

La Reina consorte de Inglaterra organizó en su residencia una reunión de su club de lectura e instó a los autores invitados a resistir los ataques contra su libertad de expresión y artística

Uno de los autores a los que recibió la Reina de Inglaterra en su residencia de Clarence House fue Charlie Mackesy, el escritor e ilustrador del cuento que es considerado por muchos El Principito moderno. El Niño, el Topo, el Zorro y el Caballo habla de cosas sencillas, de la bondad y de la esperanza. Casi planetas de otras galaxias tras asistir a la censura del lenguaje y las expresiones utilizadas en los libros de Roald Dahl, uno de los más grandes y paradigmáticos escritores para niños. Niños que se convirtieron en mayores.

Camilla parece compartir valores como la honestidad, el amor o la amabilidad, que también aparecen en el libro de Mackesy y por supuesto en los de Roald Dahl. La Reina consorte se refirió a su invitado especial y al resto de autores, a los que reunió en su casa, con las siguientes palabras: «Por favor, manténganse fieles a su vocación, sin que se lo impidan aquellos que quieren restringir su libertad de expresión o imponer límites a su imaginación», tras las que levantó la vista con una sonrisa y dijo: «Ya está bien».

En las últimos días la noticia de la censura de los libros del autor de Matilda o Charlie y la Fábrica de Chocolate, por parte de la editorial Puffin (y sus llamados «lectores de sensibilidad»), parece haber agotado la paciencia de muchos ante algunos de los cambios revelados por el Daily Telegraph, como por ejemplo que Augustus Gloop, uno de los personajes de Charlie, precisamente, ya no es «gordo» sino «grande», o que la «vieja bruja» de Las Brujas ahora es un «viejo cuervo».

La opinión de la Reina y su apoyo a la resistencia contra la censura no es un caso singular sino compartido por la mayoría de los editores europeos, quienes piensan que eliminar los estereotipos y las metáforas es quitarle todo el valor a las historias del escritor galés.

El propio primer ministro británico, Rishi Sunak, ha dicho que las grandes obras de la literatura deben ser «preservadas y no retocadas» y que no deberíamos «distraernos con las palabras» («gobblefunk around with words», el «gobblefunk» como una de las palabras, en este caso, inventadas por el autor, como «biffsquiggled» para referirse a lo «confuso»), haciendo un guiño a El Gran Gigante Bonachón, el cuento de Dahl de 1982.

En el Gran Gigante una niña huérfana no puede dormir debido a la luz de la luna y al levantarse ve como se acerca un gigante que la coge, la envuelve en la sábana y se la lleva para ser su mejor amigo y luchar contra los gigantes malos en el país de los gigantes. Una maravillosa metáfora de la vida llena de fantasía en la que, como si fuera oportunamente real, Sofía, la niña, también cuenta con la ayuda de la Reina de Inglaterra.