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Grabado que muestra a Joaquín Gaztambide

Grabado del compositor Joaquín GaztambideReal Academia de la Historia

El misterio de la tumba de Gaztambide: en su interior solo hay restos de una mujer con tacones rojos

Lo que iba a ser un estudio de ADN ni siquiera ha necesitado tales pruebas: los forenses han determinado que lo que se hallaba dentro del ataúd, ubicado en Tudela, no era un cuerpo masculino

El compositor Joaquín Gaztambide (Tudela, 1822 – Madrid, 1870), conocido por reavivar el género español de la zarzuela, tuvo a su muerte una despedida propia de un jefe de Estado. Su cuerpo embalsamado, trasladado décadas más tarde a Tudela, fue descubierto calzado con un par de tacones rojos. Hoy, parte del misterio del supuesto cadáver ha sido resuelto, destapando un sinfín de preguntas sobre qué ocurrió con el cuerpo del compositor.

Después de una exitosa carrera y traslado a América, en donde vivió en La Habana y México, decidió regresar al año siguiente a Madrid, ya mayor y enfermo, ciudad en la que murió a causa de una enfermedad hepática y fue enterrado en el cementerio de la Patriarcal de Madrid, hoy en día desaparecido. Sobre este se alza actualmente el Parque Móvil del Estado, en la calle de Cea Bermúdez.

Tras décadas de descuido, el ayuntamiento de Tudela –su ciudad de nacimiento– pidió en 1921 un traslado de sus restos para construirle a su figura un mausoleo. Cuando llegó el cuerpo, al no estar construido todavía, su tumba se guardó en la capilla de la familia Garbayo.

¿Gaztambide con tacones?

Allí permaneció durante décadas, hasta que el Ayuntamiento retomó la idea de construir el monumento para el compositor. Sin embargo, mientras que esto se planificaba, un médico, hermano del también músico Fernando Remacha, pidió que se abriera el ataúd para inspeccionar los restos.

Para sorpresa de todos, lo que se encontró en su interior fue que el cadáver vestía unos zapatos de tacón rojos, y que era sospechosamente pequeño, cuando las biografías y los testigos de la época aseguraban que Gaztambide era de una complexión más bien grande.

A pesar de estas incongruencias, los restos de aquella persona siguieron enterrados en un nicho del cementerio de Tudela (a donde se había trasladado en 1941) hasta el año pasado, en que gracias a la celebración del segundo centenario de la muerte de autor, se retomó la cuestión de la construcción del panteón.

A raíz de las sospechas de que ese cuerpo no perteneciera al músico, se decidió realizar pruebas de ADN, comparando las muestras entre el cadáver y un bisnieto –descendiente directo– de Gaztambide.

Desilusión para todos

Con gran expectación, el alcalde, Alejandro Toquero (NA+); el antropólogo forense Paco Etxeberría; el biznieto del ilustre compositor tudelano, también llamado Joaquín Gaztambide, y la jefa del archivo municipal, Beatriz Pérez, asistieron a la extracción del nicho y a la apertura de la tumba en cuyo interior estaba el cuerpo de una mujer.

«Iremos hacia atrás para ver si conseguimos localizar dónde estuvo el error» ha comentado la archivera municipal de Tudela, Beatriz Pérez. «Esto es como una montaña rusa, porque, cuando hemos visto la caja, nos hemos ilusionado, porque correspondía al estilo de la época en la que se produjo el traslado», dijo por su parte el bisnieto del compositor.

Por último, el alcalde declaró: «Con tranquilidad y con templanza vamos a trabajar, Tudela necesita cerrar esta etapa, este círculo y esta historia, y honrar a Gaztambide como se merece».

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