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Proponen llamar al español «americaño»Paula Andrade

Llamar «americaño» al español: ¿intelectualidad o disparate?

La idea la lanzó el martes en el Congreso de la Lengua en Cádiz el escritor argentino Martín Caparrós, al que secundó el mexicano Juan Villoro, quien también propuso «hispanoamericano»

La mesa «El español, lengua común. Mestizaje e interculturalidad en la comunidad hispanohablante» fue el martes la plataforma de lanzamiento de la idea de cambiarle el nombre al español, al idioma, por «americaño». El «ideólogo» fue el escritor argentino Martín Caparrós, a quién secundó su colega mexicano Juan Villoro. Jesús Sánchez Adalid, párroco y escritor de novelas históricas de éxito, opina que la palabra oculta el revisionismo de nuevo cuño: «El pasado fue, pero ya no es», un asunto del que Darío Villanueva opina que es simplemente «una ocurrencia ingeniosa» sin más recorrido.

Aunque lo cierto es que la salida de Caparrós ha tenido precisamente recorrido, igual que provocativas declaraciones como «quizá llegó la hora de buscarle un nombre a esa lengua que se impuso a sangre y fuego, que no se atribuya a ninguna nación o reino». Desde las bromas, pasando por la indiferencia hasta la indignación. Uno de estos indignados es Sánchez Adalid y también Antonio Pérez Henares 'Chani', escritor, periodista y ahora presidente de la Asociación «Escritores con la Historia», quien considera la cuestión «un disparate» y asegura que, ante los casos de reescritura y revisionismo, como el de las obras de Agatha Christie y tantos otros en todos los ámbitos del arte, va a firmar ante notario que a sus «humildísimas obras» nadie le pueda cambiar ni una coma, prefiriendo que, si no es así, «las echen todas a la hoguera».

Afirma con contundencia Pérez Henares que, «mal que le pese a Caparrós, el idioma que habla es el español», a pesar de sostener este que «sería lógico que 450 millones no quieran pensar que hablan la lengua de otro». Una frase a la que Chani opone, por ejemplo, el himno nacional de Chile, que «todos los chilenos cantan», compuesto por el español Alonso de Ercilla. «El idioma inglés lo hablan muchos en el mundo y no todos son ingleses, del mismo modo que ocurre con el francés, ¿alguien se ha propuesto cambiarle el nombre al inglés o al francés? Sería impensable», asevera. Un camino por el que aparece el escritor Xosé Carlos Caneiro, quien sugiere que, a diferencia de lo que sucedería en Inglaterra o en Francia, «la intelectualidad progresista española se quedaría de brazos cruzados».

A Caneiro no le cabe en la cabeza que dos intelectuales hayan propuesto semejante idea sobre «una lengua que se desarrolla en España». «¿Cómo llamaríamos a Cervantes?, ¿'americaño' antiguo?, ¿y al de Vargas Llosa?, ¿»'americaño' moderno?», se pregunta Pérez Henares, quien admite que le cuesta tomar en serio planteamientos semejantes, como el escritor Fernando Sánchez Dragó, que va más allá y ha escrito en Twitter: «¿Congreso de la Lengua en Cádiz o del Linguicidio? Chirigota va, chirigota viene. He aquí el tinglado de la nueva farsa».