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El gobernador de Florida Ron DeSantisAFP

La guerra entre de DeSantis y Disney se recrudece con la Casa Blanca en el horizonte

El gigante del entretenimiento demandó al político por anular su control absoluto sobre los terrenos de Disneyworld y la junta de distrito ha decidido contrademandar

La guerra entre el gobernador republicano de Florida y Disney comenzó después de que Disney criticara la Ley de derechos de los padres en la educación del Estado, apodada por los críticos como el proyecto de ley «No digas gay». La medida prohibió inicialmente la educación sobre orientación sexual e identidad de género para alumnos de nueve años o menos, y recientemente se amplió para cubrir todos los grados.

Deriva ideológica

Disney, que abrió Disneyworld, toda una ciudad, en 1971 y es uno de los mayores empleadores del estado, expresó su oposición al proyecto de ley a principios del año pasado, con el que DeSantis busca ejercer un mayor control gubernamental sobre el parque temático, una iniciativa motivada por la deriva ideológica de la compañía en la reconocido, por parte de distintos responsables de sus producciones, intención de adoctrinamiento en ideología de «género».

De Santis firmó el proyecto de ley en febrero por el que sometía a Disney a más niveles de supervisión a través de una junta de cinco miembros designados por el estado. Disney llamó al gobernador «anti-Florida» y respondió al proyecto de ley impulsada por una cláusula que protegía sus privilegios, otorgando el control total de sus terrenos: su distrito particular; algo que no arredró, sino todo lo contrario, al político republicano, que va dando pasos hacia su candidatura a la presidencia.

«Ganar todas las acciones contra Disney»

El acuerdo de la junta de distrito que produjo la cláusula de última hora fue impugnado y anulado por DeSantis (golpe devuelve golpe en un combate sin cuartel): «La junta no tenía más opción ahora que responder», dijo el lunes su presidente, Martín García, y entonces Disney elevó la batalla a la demanda que también pedía la anulación de la impugnación. Disney acusó públicamente al gobernador de «utilizar como arma el poder del gobierno contra Disney en represalia por expresar un punto de vista político impopular entre ciertos funcionarios estatales».

DeSantis se comprometió a asumir y ganar «todas las acciones que involucren a Disney» y ha vuelto a la carga con la contrademanda en una guerra en la que no hay visos de posible tregua y es algo más que una confrontación entre un político estatal y una empresa mundial porque en este asador está puesta buena parte de la carne que puede llevar (o no) al gobernador de Florida a la Casa Blanca.

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