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Acrópolis de Atenas

El dogmatismo o la prehistoria de la filosofía clásica que subsiste en el presente y ahora se llama 'woke'

Lo doctrinario que fue el origen del pensamiento humano, superado por la razón, ha regresado en su forma más irracional

«Dogmatismo» viene del latín dogma, que a su vez proviene del griego dogma, que significa creencia. «Doctrina fijada» en filosofía. El DRAE define «dogma» como «Proposición tenida por cierta y como principio innegable». El dogmatismo fue en origen la más primitiva de las posiciones personales y, por lo tanto, filosóficas, del hombre. John Lennon dijo que «antes de Elvis no había nada», y algo parecido se podría decir en el pensamiento poniendo, digamos a Sócrates, en lugar del mito de Tupelo. Los presocráticos no pensaban, sino que creían. Sus teorías no tenían fundamentos racionales, sino de convicción. Un dogmático era solo un creyente hace casi tres mil años, unas creencias que eran reales por el solo hecho de creerlas.

«Opinión» convertida en «ley» es el dogma. Tales de Mileto fue el primer dogmático que cuestionó el mito introduciendo la razón. Aristóteles, quien le consideraba el padre de la filosofía, escribió por qué Tales sostuvo que el agua es el origen de todas las cosas: «Concibió tal vez esta suposición por ver que el alimento de todas las cosas es húmedo y porque de lo húmedo nace del propio calor y por él vive. Y es que aquello de lo que nacen es el principio de todas las cosas. Por eso concibió tal suposición, además de porque las semillas de todas las cosas tienen naturaleza húmeda y el agua es el principio de la naturaleza para las cosas húmedas».

Lo dogmático de lo 'woke'

El dogmatismo actual nada (o poco) tiene que ver con el dogmatismo de Tales, de Anaximandro o Anaxímenes, aunque su esencia maleada está presente en la historia y en la realidad de las manifestaciones cotidianas. El dogmatismo filosófico afirmaba que el ser humano podía conocer la verdad de las cosas sin cuestionamientos porque la mente funcionaba como la naturaleza y esta era el fundamento de todo. La ingenuidad de lo primitivo, la prehistoria del pensamiento, los primeros pasos y pilares de la mente de los hombres que hicieron temblar los razonamientos, los antidogmas (como el escepticismo) de los grandes pensadores.

Pese a ese temblor, el dogmatismo ha sobrevivido a lo largo de los siglos. Del agua como origen de todo de Tales de Mileto, de la forma inconcreta de Anaximandro, del aire de Anaxímenes o del movimiento de Heráclito se ha pasado a un abanico de elementos en cóctel, uno de cuyos últimos productos es la subcultura woke, un regreso al primitivismo del pensamiento en la confianza ciega en la doctrina, en el dogma, la «opinión» no solo sin fundamentos sino sin sentido, como por ejemplo la idea de que el sexo biológico no define el sexo de la persona, o la rampante ausencia de reflexión crítica (en las universidades se cultiva esto) que permite la asunción sin cuestionamientos de estas teorías.