J.K. Rowling iría a la cárcel «felizmente» si los 'pronombres incorrectos' fueran considerados delitos de odio
Sus declaraciones llegan después del anuncio del Partido Laborista de endurecer las penas (en el caso de llegar al poder) en el caso de dirigirse a alguien por el «género equivocado»
No hay quien pare a J. K. Rowling, la autora de Harry Potter, en su lucha contra la ideología de género que, en el Reino Unido, alcanza ya cotas más altas que el delirio. Y subiendo. Como un soldado enfervorecido en medio del campo de batalla, la escritora británica, en vez de un penúltimo mandoble con su espada, ha llegado a decir «que estaría feliz de pasar un tiempo en la cárcel si un futuro gobierno laborista tipificara como delito de odio llamar deliberadamente a alguien con 'pronombres incorrectos'».
Estas declaraciones vienen dadas por el anuncio del Partido Laborista de que planea introducir sentencias más estrictas por «abuso dirigido a personas transgénero». Entendido tal abuso como lo que ya es delito de odio: confundir deliberadamente a alguien de género si dicha confusión está motivada por la «hostilidad hacia la identidad transgénero de la víctima».
Si estos abusos se convirtiesen en «delito agravado», como los ataques de odio racial, podrían dar lugar a penas de prisión de hasta dos años. Es decir, si a una persona se refiere a un hombre biológico como él, cuando este hombre ha decidido «ser» «ella», puede incurrir en un delito de odio, porque ¿quién decide si la mención es deliberada o no? Ante esto, J. K. Rowling ha dicho que prefiere pasar condena por confusión de género que someterse a un «discurso obligado». El pasado martes la escritora se unió de nuevo a la guerra después de publicar en las redes sociales la palabra «no» encima de una imagen del lema «las mujeres trans son mujeres».
Rowling ya había desafiado a una ministra que dijo que a los violadores que se identifican como mujeres se les debería permitir ingresar en las cárceles femeninas: «Dado que usted es una de las principales razones por las que muchas mujeres de izquierda ya no confían en los laboristas para defender sus derechos, ¿mantiene sus declaraciones?».
Un episodio más de la contienda que está en uno de sus momentos álgidos por la fuerte oposición de la escritora y su notable y «poderoso» perfil (su fortuna se estima en 1.000 millones de euros) contra el irracional establishment «de género» que amenaza con asentarse en el Reino Unido antes que en ningún otro lugar.
En su defensa de los derechos de las mujeres y del sentido común, Rowling está dispuesta incluso a hacer frente al ejército policial distópico que los laboristas planean: 13.000 policías vecinales y agentes de apoyo comunitario en las calles y en los barrios como en una película de terror social promovida por el Partido Laborista que «prohibirá la llamada terapia de conversión y fortalecerá la ley para garantizar que los perpetradores del odio anti-LGBT+ ya no puedan eludir sentencias más largas», en lo que parece la introducción a una pesadilla de género.