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27 de septiembre de 2024

El saludo de Hitler y Franco en la Entrevista de Hendaya

El saludo de Hitler y Franco en la Entrevista de HendayaGTRES

La entrevista entre Franco y Hitler: el día que España se alejó del nazismo

El 23 de octubre de 1940 ambos dictadores se reunieron en Hendaya para establecer las condiciones de una posible alianza

El tren privado del Führer se llamaba Erika, una fortaleza sobre raíles que empezó a funcionar apenas unos meses antes de la entrevista en Hendaya con Franco y en el tiempo en que Alemania invadió Polonia para dar comienzo a la II Guerra Mundial. El Erika era uno de los caros juguetes de Hitler, que se convirtió en escenario de reuniones históricas.

El vagón del tercer mayor asesino de la Historia, después de Mao y de Stalin, era el tercero empezando desde la locomotora. En él tenía una bañera de oro, aire acondicionado y calefacción. Lo que sucedió aquel 23 de octubre es que Franco llegó tarde a la reunión, desde San Sebastián, como si en realidad fuera tarde para cualquier acuerdo.

Incertidumbres y desacuerdos

El dictador español casi solo quería salir lo mejor posible de aquella peligrosa cita, con España devastada por su propia guerra recién concluida. Lo único que Hitler deseaba era Gibraltar a cambio de nada. Pero Franco se mostró firme y al mismo tiempo receloso, la misma disposición previa que tenía de aquel encuentro.

Muchos de los colaboradores más cercanos del Caudillo le instaban a unirse sin condiciones a la nueva Alemania, convencidos de su triunfo en la contienda, del mismo modo (pero con distinta opinión) que estaba convencido el escritor austríaco Stefan Zweig, quién acabó suicidándose. Franco no quería entrar en la guerra (entre otras cosas porque no podía) y aceptó las vaguedades de Hitler ante sus peticiones exageradas a propósito para que no pudieran ser cumplidas.

Hitler y Franco en Hendaya, Francia

Hitler y Franco en Hendaya, Francia

La reunión fue una partida de póquer a cuyas jugadas no acabó yendo ninguno de los dos. Muchos años después, Serrano Suñer, el «cuñadísimo» (cuñado de Carmen Polo) y germanófilo ministro de Asuntos Exteriores, creador de la División Azul (los españoles que fueron a luchar por Alemania contra los soviéticos) dijo que se sintió inquieto por la posible reacción de Hitler ante las evasivas cordiales de Franco, pero del mismo modo que no hubo acuerdo, tampoco terminó dándose esa temida reacción.

España se mantuvo neutral y desde aquel largo día de decepciones y desencuentros, comenzó su distanciamiento con el nazismo que resultó no tan estratégica e intuitivamente providencial (pues no todos creían en la segura victoria de Alemania como Zweig, a pesar del esplendor hitleriano en París), cuando dos años después el curso de la guerra y de los tiempos cambió hasta su derrota final. Y cuando España, una dictadura de corte y confección fascista, ya llevaba un lustro lejos de aquel oscuro encuentro en el Erika que también por aquellas fechas fue quemado por las SS.

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