Antonio López y Andrés Ibáñez entregan las estatuas de bronce de los Reyes de España
La Diputación de Almería encargó hace un año las primeras estatuas de bronce a tamaño natural de los Reyes de España para el Museo del Realismo Español Contemporáneo que se inaugurará en el próximo mes de febrero en la ciudad andaluza
Al igual que Antonio López esculpió, en esa ocasión junto a los hermanos Julio y Francisco López Hernández, a los Reyes Eméritos en unas estatuas de casi tres metros, ahora junto a Andrés Ibáñez ha realizado las primeras esculturas, también en bronce, de los actuales monarcas, Don Felipe y Doña Letizia.
Las estatuas han sido realizadas en la Fundición Arte 6 de Arganda del Rey, en Madrid, con la que los artistas ya habían trabajado con anterioridad. Las figuras son ligeramente más altas que el natural y serán instaladas en el recién rehabilitado Hospital Provincial Santa María Magdalena de Almería. Esta es una construcción única ya que se trata del único edificio civil del siglo XVI en pie de la ciudad andaluza. Gracias a la Diputación de Almería, el antiguo hospital ha sido acondicionado para albergar el primer Museo del Realismo Español Contemporáneo de nuestro país, que gestionará la Fundación de Arte Ibáñez-Cosentino.
Alejados del hiperrealismo
Para realizar los bronces los artistas no contaban con los modelos reales por lo que han necesitado otros recursos para la mayor veracidad de las estatuas. Cuando López trabajó en las esculturas de Don Juan Carlos y Doña Sofía pudieron tomar fotos desde diferentes ángulos de los Reyes Eméritos, y de esta forma poder proyectar esos datos a figuras de hasta casi tres metros. Pese a esto, López e Ibáñez han utilizado fotos ampliadas y modelos con una complexión similar con la misma ropa para capturar las texturas y los claroscuros.
Este hecho que parecería un inconveniente les permitió a los artistas evitar el hiperrealismo que les persigue constantemente. Ibáñez explica a La Lectura que esa distancia con los modelos les ha permitido aumentar la libertad individual en, «y crear unos personajes nuevos, una idealización que es a la vez una imagen institucional de ambos». En cambio a López, que está de acuerdo con Ibáñez, se habría encontrado más cómodo trabajando con los modelos para una mayor cercanía con la obra. Así lo expresó el genio nacido en Tomelloso: «Así trabajaron Velázquez o Goya, directamente con los miembros de la familia Real. Pero claro, ahora las cosas son diferentes. Isabel II, por ejemplo, ya fue pintada por distintos artistas, no tenía ya pintores de Corte».
Una técnica milenaria
López, que en alguna que otra ocasión se ha prolongado en la entrega de varias obras, en esta ocasión un año ha sido necesario desde el encargo para ver la obra realizada. El proceso para ejecutar el bronce ha sido duro y largo, ya que la técnica del vaciado a la cera perdida les obligaba a esculpir varias veces la misma figura en diferentes materiales.
Tras la documentación y un proceso creativo realizaron un modelado en plastilina y poliuretano de alta densidad. Sobre esos primeros arquetipos se ha de hacer un molde de silicona para posteriormente sacar las copias en cera hueca. Esas copias de cera se recubren con arena dejando unas aberturas llamadas bebederos por donde se vierte el bronce líquido que funde la cera que se desprende por una de las aberturas para que el bronce ocupa su lugar. Finalmente las figuras quedan unas figuras de bronce huecas con un grosor de unos cinco milímetros.