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El ministro de Urtasun durante la Comisión de Cultura del pasado lunesEFE

Urtasun defiende en el Congreso a la actriz proetarra Itziar Ituño después de que Bildu se lo pidiese

El Gobierno vuelve a plegarse a las exigencias de los radicales e independentistas

Después de que el ministro Urtasun anunciara el lunes en la Comisión de Cultura una iniciativa para «superar un marco colonial anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado, en muchas ocasiones, la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico», es decir, una nueva alusión, más enrevesada, a la «descolonización» de los museos, Merche Aizpurúa, de Bildu, se refirió a él en los siguientes términos a propósito de la actriz Itziar Ituño:

«Es de una gravedad excepcional. Le ha caído una campaña feroz, antidemocrática e inadmisible por participar en una manifestación. (...) El Ministerio también debería darnos su opinión porque en este caso no solo ha sido acoso, ha sido una presión inimaginable y una cancelación de contratos sí, de empresas privadas, pero fundamentadas en unos postulados que atentan contra el derecho de Itziar Ituño a pensar libremente».

Ituño, protagonista de la serie La casa de papel, encabezó una manifestación en Bilbao en apoyo a los presos de ETA. Urtasun respondió a Aizpurúa sin ningún titubeo: «Quiero trasladarle todo mi apoyo y quiero decirlo como ministro de Cultura. Eran patrocinios privados, es verdad, no eran patrocinios públicos, pero creo que nadie debe ser penalizado por sus ideas y, por lo tanto quiero también solidarizarme porque creo que no es de recibo lo que está viviendo».

La enésima concesión pública de un Ejecutivo que gobierna contra los intereses de los españoles, apoyando a quienes quieren romper España, que son quienes sostienen su Gobierno, y una manifestación más del ministro a favor del independentismo y en contra de las víctimas del terrorismo. El gobernante que afirma que nadie debe ser «penalizado» por sus ideas y sin embargo señala a todo aquel, como Vox, que no se alinea con las suyas en la cumbre del cinismo y del sectarismo.