TV3 hace su propia versión de 'Zorra' para insultar a Ayuso llamándola facha
Polònia es el programa donde se ha emitido el ataque vulgar, como la propia canción que defiende. También aparecen José Luis Martínez-Almeida y José María Aznar
La izquierda y el separatismo parecen decididos a crear la Fachosfera como los egipcios crearon la pirámide de Keops, es decir, con voluntad de permanencia eterna y con el dinero de todos los españoles como aquello fue con el dinero de todos los egipcios, que entonces no era de los egipcios y tampoco de nadie, como dijo Carmen Calvo, sino del Faraón.
En el XXI en España también tenemos Faraón, ya saben, y también visir. Ellos ordenan la construcción de la fachosfera y sus arquitectos, como los de TV3, cadena de televisión separatista financiada por todos, se encargan de construirla. Ahora están con Facha, que es la versión catagubernamental de Zorra contra una parte enorme de los españoles y contra Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.
Polònia es el programa donde se ha emitido el ataque vulgar, como la propia canción que defiende. En vez de Zorra, Facha, y en vez de Nebulossa, Ayuso. También aparecen José Luis Martínez-Almeida y José María Aznar. La falsa presidenta de la Comunidad de Madrid dice en el nuevo vídeo: «Dicen que soy solo una facha y que de izquierdas ni borracha. Soy del PP la oveja negra, aunque para oveja ya está Almeida», por ejemplo.
«Morid de envidia, hijos de fruta»
Luego dice «canta»: «Tendremos la Fórmula 1, un Disneylandia en Neptuno y aquí jamás tendrás tendré sequía porque habrá toros en Gran Vía» o «Tras el cierre de las plazas de toros han llegado la sequía y el control político». El engendro continúa con frases como «Voy a tener mis Olimpiadas, en Chamberí pondré la NASA, Madrid-Dakar será la ruta, morid de envidia hijos de fruta».
La supuesta burla que en realidad, y a pesar de la soez mala intención, es una recopilación casi pormenorizada de la inconscientemente reconocida buena gestión de la presidenta madrileña, donde subyace no solo el odio, sino el tufillo de la envidia atávica y la manifestación rampante de la mediocridad creativa.