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Los 'bouquinistes' seguirán estando en las orillas del SenaJebulon

Los 'bouquinistes' ganan la batalla contra el ministro del Interior de Francia: sus puestos permanecerán durante los JJOO

Su permanencia durante la celebración de los próximos Juegos Olímpicos ha estado en duda durante mucho tiempo

El Gobierno francés, finalmente, ha renunciado a que se expulsen a los famosos libreros de las orillas del río Sena (los conocidos como «bouquinistes») durante la época de celebración de los Juegos Olímpicos de París, según han anunciado esta semana fuentes del Elíseo.

Según han indicado las fuentes, «El Presidente (Emmanuel Macron) ha pedido al ministro del Interior y al prefecto de Policía de París que velen por la conservación de todas las librerías y por que ninguna de ellas se vea obligada a desplazarse con motivo de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024».

Larga vida a su trabajo

Según parece, la decisión ha sido tomada «tras constatar que no se ha podido encontrar ninguna solución consensuada y tranquilizadora con estos actores» y, además, «considerando que se trata de un patrimonio vivo de la capital».

Emmanuel Macron, por su parte, ha pedido que el dispositivo de seguridad sea adaptado a ello puesto que «las zonas afectadas de los muelles superiores (del río Sena) dejarán de estar abiertas al público» desde la apertura de los Juegos Olímpicos el próximo 26 de julio.

La decisión de que sus puestos no se van a mover se ha conocido solo semanas después de que la Asociación Cultural de «Bouquinistes» de París anunciara que iba a recurrir a la justicia administrativa con el fin de impedir de que fueran desplazados de una manera forzada.

La medida de desplazarlos ha sido un objeto de gran polémica una vez que se hizo pública el pasado verano, puesto que estos icónicos puestos de madera verde son un elemento más de la ciudad de París.

Una medida peligrosa en lo laboral

Las autoridades pretendían desmontar hasta que acabaran los Juegos Olímpicos 428 puestos de los 932 que forman el total, con el objetivo de que se garantice la seguridad de la ceremonia inaugural, ya que se celebrará un desfile de barcos por el río Sena delante de miles de espectadores.

Por otro lado, los libreros denunciaban que esto supondría una pérdida enorme de negocio en una época de posible venta, ya que sus puestos de trabajo estarían desmontados alrededor de las tres semanas en las que París tiene previsto recibir gran afluencia de público y, además, no recibirían ningún tipo de indemnización.

Asimismo, las autoridades no se harían responsables de posibles daños a los puestos y, en el caso de que haya perjuicios materiales, el dueño de un puesto dañado no recibiría ni ingresos ni compensación, como bien ha comentado Jerome Callais, presidente de la Asociación a EFE el mes pasado.

Otro factor más es que se consideraba que los puestos de los libreros podrían ser empleadas para esconder armas o explosivos, aunque estén cerradas durante la jornada ceremonial. Debido a esto, se llevó a cabo un ensayo sobre cuatro puestos para ver la viabilidad del plan de llevar a cabo una retirada temporal.

El Ayuntamiento de París, además, había propuesto como medida paliativa que se habilitara un espacio provisional para los trabajadores en un barrio próximo al Sena, que no consiguió calar en ellos de ninguna manera.