William Shakespeare en óleo sobre lienzo por John Taylor (1611)
Descubren que un «testamento» atribuido al padre de Shakespeare era en realidad de su hermana
Un documento firmado por «J. Shakespeare» no fue firmado por John Shakespeare, su padre, sino por Joan Shakespeare Hart
Matthew Steggle, un investigador de la Universidad de Bristol, gracias a un estudio de copias digitales que analizaban un texto religioso italiano del siglo XVII, ha logrado determinar la autoría de un «Testamento Espiritual».
¿A qué responde «J. Shakespeare»? Una plausible respuesta sería a John Shakespeare, progenitor de una de las mejores plumas de las Islas Británicas, William Shakespeare. Sin embargo, esto no es así y dicha inicial es la firma de Joan Shakespeare Hart, hermana del autor y una figura menos conocida que la de su consanguíneo.
Este documento fue hallado hace más de 250 años, en 1770, en la propia casa de William Shakespeare, situada en Stratford-Upon-Avon. Hasta la fecha, como se avanza anteriormente, se creía que había sido rubricado por su padre. Curiosamente, dicho «Testamento Espiritual» fue descubierto por un albañil y se encontraba escondido entre las vigas de la residencia del dramaturgo.
Es importante resaltar la palabra espiritual, ya que es un gran indicio de una ferviente devoción hacia la Religión Católica durante una época, durante la corona de Isabel I, donde la afiliación religiosa no protestante era considerada como herejía. En él, se prometía «una buena muerte católica».
Gracias a la temporalidad del documento analizado, y según la investigación de Matthew Steggle, quien trabaja como profesor de literatura en la Universidad de Bristol, esta surgiere que su redacción es posterior a 1601, fecha de la muerte del padre de William. Por ello, su hermana Joan se convierte en la autora más probable.
¿Cómo ha sido la investigación?
Steggle empleó herramientas y archivos digitales, como Google Books, y resaltó la importancia de la digitalización de materiales raros. Este hecho ha permitido revolucionar la investigación científica y abre nuevos caminos a los descubrimientos que, antes de la llegada de estas herramientas, hubiesen sido imposibles de alcanzar.
[...] hace treinta años, este tipo de investigación habría sido increíblemente difícil, confinada a los fondos físicos de una sola bibliotecaProfesor de Literatura en la Universidad de Bristol
¿Qué se conoce de Joan Shakespeare?
Siempre residió en la casa familiar situada en el pueblo de Stratford-upon-Avon hasta su muerte en 1636 -30 años después de la muerte de su hermano William-. Además, llevó el apellido de su esposo y solo se conocen la existencia de siete documentos que mencionen su nombre. Pese a su marginalidad histórica y falta de reconocimiento, esta investigación ha permitido arrojar nuevos datos sobre su vida y sobre sus creencias.
Virginia Woolf escribió sobre cómo una figura como ella nunca podría esperar que se conservaran sus escritos, por lo que se convirtió en un símbolo de las voces perdidas de las primeras mujeres modernasProfesor de Literatura en la Universidad de Bristol
Sobre esas creencias se conoce, gracias a este texto, su devoción por Santa Winifred, quien fue virgen, mártir y abadesa. Recogido en el portal El Mostrador, se encuentran unas líneas del texto original.
«Yo, [Joan] Shakespeare, protesto que estoy dispuesta, sí, lo deseo infinitamente y humildemente, que de esta mi última voluntad y testamento, la gloriosa y siempre Virgen María, madre de Dios, refugio y abogada de los pecadores, a quien honro especialmente por encima de todos los demás santos, sea la principal Ejecutora junto con estos otros santos mis patronos, Santa Winifred, a todos los cuales invoco y suplico que estén presentes en la hora de mi muerte para que ella y ellos me consuelen con su deseada presencia y suplico al dulce Jesús que reciba mi alma en la paz»
La Universidad de Bristol, ha emitido un comunicado e indica que «este tipo de juramentos implicaban una afirmación personal ante la inminencia de la muerte, declarando las convicciones religiosas finales antes de que el acercamiento de la muerte pudiera afectar las facultades mentales. El texto redactado por Joan Shakespeare representa el único caso conocido en el Reino Unido de esta naturaleza, siendo además uno de los pocos ejemplos documentados en toda Europa».
