El cabello de Beethoven aporta pistas sobre el origen de su sordera
Tras el análisis de unos mechones de pelo del músico, una investigación determina el casus belli de las dolencias que acompañaron al compositor
La sordera de Beethoven siempre ha rodeado al músico y ha servido de acicate para agrandar la leyenda de su talento natural. Muchos expertos, hasta la fecha, intentaron descifrar su origen y el motivo de esta enfermedad. Ahora, la incógnita ha sido despejada por un pelo, en concreto, unos mechones que se conservan del compositor. Estos han sido analizados por un equipo de investigadores y su resultado ha visto la luz en un artículo de la revista Clinical Chemistry.
No es del todo cierto, o más bien confirmado, el cómo se obtuvieron los cabellos del compositor. Todo apunta a que, mientras Beethoven agonizaba, unos admiradores se hicieron con ellos. Gracias a este «robo», se puede estudiar el ADN del genio de Bonn.
Los mechones protagonistas «pertenecen» a Kevin Brown, un empresario australiano devoto del compositor sordo más famoso de la historia. Tras el estudio, los científicos advirtieron unos niveles inquietantemente altos de plomo.
Cuando lo normal es tener no más de cuatro microgramos por gramo de pelo, los del virtuoso de la música contenían, en dos muestras, 258 microgramos de plomo por gramo, y en la otra 380.
Paul Jannetto, director del estudio, explica que «[...] Beethoven estuvo expuesto a altas concentraciones de plomo. ¿Por qué el músico poseía tales cantidades de plomo en su cabello y cómo esto pudo perjudicarle en los oídos?».
Son los valores más altos en cabello que he visto nunca. Recibimos muestras de todo el mundo y estos valores son de una magnitud superiorDirector del estudio
Hace un año, se lograron los mejores resultados hasta la fecha, que revelaron datos genéticos interesantes, pero no permitían aunar una respuesta sobre si contenían plomo o no. En una nueva investigación, con más cabello, se llego a la conclusión que no solo hay altas concentraciones de plomo, también lo acompaña el arsénico y el mercurio. Sin embargo, en el plomo se podría encontrar la respuesta a muchas de las dolencias del autor de la Novena Sinfonía.
Según el artículo publicado, el envenenamiento está completamente descartado. Asimismo, las cantidades de plomo encontradas explicarían, como mínimo, el origen de su sordera y otras enfermedades, pertenecientes a un extenso catálogo de anomalías oculares o gastrointestinales, entre otras. Además esas cantidades de arsénico y mercurio eran, respectivamente, trece y cuatro veces superior a lo normal.
El origen de los altos niveles de plomo
Como recoge La Razón, citando a los expertos, es el consumo por parte de músico de vino barato. Al aportar el plomo un sabor dulce, en la época era común añadir este «ingrediente» para potenciar el sabor. En el momento, se conocía como «azúcar de plomo» y era muy habitual en Europa.
En cuanto al proceso de preparación, el plomo era también un habitual. El vino se fermentaba en calderas soldadas con plomo y, con el inevitable paso del tiempo, se comenzaba a filtrar. Además, y para más INRI, los corchos de las botellas se remojaban previamente en sal de plomo para mejorar el sellado.
Según los expertos, el virtuoso debería ser un gran consumidor de la pócima de Baco, el Dios del vino, llegando a beber casi una botella al día -pensando, quizás, que era algo bueno para la salud-. Se dice también, que durante sus últimos días, sus amigos le proporcionaban este brebaje en forma de antídoto y paliativo a base de cucharadas.