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Juicio contra Live NationEFE

El Departamento de Justicia de Estados Unidos demanda por monopolio a Ticketmaster y Live Nation

Acusan a la compañía de perjudicar a promotores y aficionados con prácticas ilegales y piden su división

Una larga batalla legal, dentro de un sector con un gran impacto económico, acaba de iniciarse en EE. UU. Una operación ocurrida en 2010 despertó un gran revuelo por el impacto en su competencia. Se trata de la fusión de Live Nation Entertainment y Ticketmaster. Ahora, en 2024, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha presentado una demanda en los tribunales solicitando la ruptura del grupo y acusándolos de ejercer un monopolio ilegal en el campo de los espectáculos en directo.

Live Nation se trata de la empresa matriz –dedicada a la promoción de espectáculos– y Ticketmaster se trata de la empresa filial –especializada en la venta de entradas–.

Los principales «problemas» comenzaron por el elevado precio de las entradas y por su gestión durante la venta para los concierto de Taylor Swift –cuya venta colapsó la página tras la venta de dos millones de entradas en un día–. Esta gestión llevó a la cantante a estar en el orden del día del propio Congreso de los Estados Unidos, donde promotores y artistas denunciaron la situación.

La única forma de recuperar la competencia en este sector es separar Live Nation y TicketmasterJack GroetzingerJefe de SeatGeek

El Fiscal General de los Estados Unidos, Merrick Garland, ya se ha pronunciado sobre la situación y alegó en una rueda de prensa que «En los últimos años, las desorbitadas tarifas y los fallos tecnológicos de Live Nation y Ticketmaster han sido criticados tanto por los fans como por los artistas. Pero no estamos hoy aquí porque la conducta de Live Nation sea inconveniente o frustrante. Estamos aquí porque, como alegamos, esa conducta es anticompetitiva e ilegal».

[...] ha monopolizado ilegalmente los mercados del sector de los conciertos en directo [...] durante demasiado tiempo. Es hora de desarticularlaMerrick GarlandFiscal General de los Estados Unidos de América

Como recoge El País, en la demanda se sostiene que Live Nation Ticketmaster tiene el control sobre, al menos, el 80 % de la venta primaria de entradas en las principales salas de conciertos, además de gestionar de manera directa más de 400 artistas y controlar un porcentaje del 60 % de las promociones de conciertos en todo el país.

Asimismo, sus actividades se expanden a casi un 60 % de los recintos de Estados Unidos y uno números de 500 millones de entradas al años en más de treinta países.

El Fiscal General volvió a cargar contra la empresa y alegan que «para mantener este dominio, Live Nation se basa en conductas ilícitas contra la competencia para ejercer su control monopolístico sobre el sector de los eventos en directo en Estados Unidos y sobre los fans, artistas, promotores independientes y locales que impulsan el sector. El resultado es que los aficionados pagan más. Los artistas tienen menos oportunidades de dar conciertos. Los promotores más pequeños se ven expulsados y los locales tienen menos opciones reales de servicios de venta de entradas».

¿Cuáles son las tácticas de «negocio»?

Bajo la demanda por parte del Departamento de Justicia contra Live Nation, se acusa a practicar contratos exclusivos a largo plazo –acción que evita la elección de nuevos vendedores, entre otras razones– o amenazas de bloqueos a otros locales y recintos.

Esos acuerdos exclusivos se extienden a más del 70 % de la venta de entradas para conciertos. Ticketmaster, como cita El País, ha inundado de comisiones a sus compradores, entre las que destacan: comisiones de venta de entradas, de servicio, de conveniencia, Platinum, de precio maestro por pedido, de gestión y de procesamiento de pagos.

Por si fuera poco, se le acusa también de no facilitar una distribución igualitaria y de la implantación de sistemas de precios que «permiten» que las entradas alcancen precios muy desorbitados.

Efecto rebote

Esa presión hacia los enclaves donde celebrarán los conciertos hace que, a su vez, éstos presionen de manera no legal a los artistas, con el fin de que estos acepten sus servicios de promoción. Según el propio Departamento de Justicia, como cita la demanda, «el grupo a menudo sacrifica beneficios como propietario de salas, pues prefiere dejar los locales vacíos que abrirlos a artistas que no utilizan los servicios de promoción de Live Nation, incluso durante la temporada alta de conciertos».

Por y para los fans. En su intervención de este jueves, el propio fiscal reconoció que «El Departamento de Justicia ha presentado esta demanda en nombre de los fans, que deberían poder ir a conciertos sin que un monopolio se interponga en su camino», añadiendo que «Hemos presentado esta demanda en nombre de los artistas, que deberían poder planificar sus giras en torno a sus fans, y no ser dictados por un monopolista ilegal. Hemos presentado esta demanda en nombre de los promotores y salas independientes, que deberían poder competir en igualdad de condiciones. Y hemos presentado esta demanda en nombre del pueblo estadounidense. Es hora de que los aficionados y los artistas dejen de pagar el precio del monopolio de Live Nation. Es hora de restaurar la competencia y la innovación en la industria del entretenimiento. Es hora de acabar con la unión Live Nation-Ticketmaster».

La respuesta de la compañía

En un comunicado emitido el pasado día 23, la empresa demandada indica que el movimiento «no reducirá los precios de las entradas ni las tarifas de los servicios» y alegan que «hay más competencia que nunca en el mercado de los eventos en directo, razón por la cual la cuota de mercado de Ticketmaster ha disminuido desde 2010».

Aseguran también que la denuncia «ignora» la verdadera razón del verdadero aumento de precio de las entradas y que el propio Departamento de Justicia «culpa a Live Nation y Ticketmaster de las elevadas comisiones de servicio, pero ignora que Ticketmaster solo se queda con una modesta parte de esas comisiones».