Diez conclusiones sobre la Feria taurina de Santander
Desde la confección de los carteles hasta la feliz vuelta de Morante, que alcanzó las cotas artísticas más altas y añade una nueva ilusión a la temporada
La Feria de Santander, bien planteada y organizada, ha tenido un feliz resultado. Puedo sintetizarlo en diez puntos.
1.- Ha acertado la empresa en las combinaciones de toros y toreros, que han atraído a mucho público. Y todas las tardes ha habido algún triunfo.
2.- Ha sido decisivo el apoyo de la Alcaldesa de Santander (matizo: apoyo, no subvención). Ha entendido perfectamente lo que una gran Feria taurina, como ésta, aporta al turismo, a la economía y a la imagen de la ciudad.
3.- Han jugado un papel muy importante en el abono de Santander las Peñas de aficionados. Pero deberían buscar mayor exigencia en los criterios taurinos: no está bien que suene la música siempre, sea como sea la faena; ni que se pidan orejas en cuanto caiga un toro con rapidez, haya sido como haya sido la estocada.
4.- Igual que en tantas Plazas, las decisiones de los Presidentes, para conceder o no trofeos, han sido erráticas, difíciles de comprender.
5.- En el comportamiento del ganado, ha habido de todo. Por su flojedad, destacó la corrida de El Pilar; por el buen juego, la de Domingo Hernández. No ha respondido a las expectativas La Quinta. Y no se puede alabar la presentación de un encierro con más de cien kilos de diferencia, de un toro a otro.
6.- Aunque la Plaza sea de segunda categoría, es lamentable que la suerte de varas se haya convertido casi siempre en un simulacro.
7.- Fue heroico el comportamiento de los tres novilleros, Navalón, Marco Pérez y Zulueta, bajo el diluvio, en un ruedo que estaba en muy malas condiciones.
8.- La afición mostró su cariño en la despedida a Pablo Hermoso de Mendoza y a Enrique Ponce, que respondieron con su arte.
9.- Se ganaron justamente las salidas a hombros Samuel Navalón, Andy Cartagena, Ginés Marín, Ponce, Morante, Fernando Adrián, Tomás Rufo y Roca Rey. El peruano continúa arrollando. Ginés Marín demuestra su recuperación; los jóvenes Rufo y Adrián, con su entrega y sus estocadas, que hay que contar con ellos, merecen torear más. Han brillado como grandes lidiadores Perera y Luque.
10.- El mayor acontecimiento fue la reaparición de Morante: alcanzó las cotas artísticas más altas y añade una nueva ilusión a la temporada.
En resumen, la de Santander, este año, ha sido una Feria feliz, plenamente consolidada. Deseo que siga así, con este éxito. Y, si es posible, que suba un poco el nivel de exigencia, para los toros y para los toreros.