Tarde épica de Samuel Navalón y Marco Pérez, en un barrizal
Sale a hombros Samuel y Marco se sobrepone a tres fuertes volteretas
Comienza la Feria de Santander con una tarde de verdad épica: bajo un diluvio, en un ruedo convertido en un absoluto barrizal, Samuel Navalón corta tres orejas y sale a hombros; Marco Pérez, una, superando tres fuertes volteretas, todavía pendientes de examen; Javier Zulueta luce su buen gusto pero falla a la hora de matar. Los novillos salmantinos de Casasola, procedentes de Juan Pedro Domecq, a través de Aldeanueva, en general, nobles pero justos de fuerza y casta; destacan los dos últimos.
A sus grandes y evidentes atractivos turísticos une también Santander la Feria Taurina de Santiago. La sensación es que ha ido creciendo de importancia y categoría en los últimos años, gracias al empeño de las Peñas de aficionados (más de 20), los buenos carteles (ahora, el empresario es José María Garzón) y el apoyo claro de la alcaldesa, Gema Igual: no es una simple anécdota que, este año, ella haya participado en los actos de presentación de esta Feria en Madrid, Bilbao y Sevilla. La Plaza es muy bonita; el público, amable; el espectáculo suele ser muy grato… Muchos jóvenes han hecho cola toda la noche para conseguir sus entradas. Es un hecho indiscutible que las corridas de toros, como los conciertos de la Plaza Porticada, los cursos de la Universidad Menéndez y Pelayo y los fuegos artificiales, atraen a Santander a muchísimos visitantes. La apuesta de la alcaldesa es firme: «La Tauromaquia es un motor económico de la ciudad. Nadie entiende aquí las fiestas sin la Feria taurina».
Cubre esta Feria una semana completa, del 20 al 26 de julio inclusive, con carteles atractivos: una novillada, un festejo de rejones y cinco corridas de toros. Se ha anunciado ya que el martes reaparecerá aquí Morante.
Acaba de obtener un triunfo importante –sin trofeos, por la espada– en la Feria de Julio de Valencia Samuel Navalón, nacido en Ayora pero procedente de la Escuela de Albacete. Le he visto ya buenas actuaciones en varias Plazas. Recibe a portagayola a sus dos enemigos. En el primero, que embiste con dulzura pero flaquea mucho, comienza de rodillas, corre bien la mano, le hace de todo pero le falta toro, se le ve sobrado. Mientras comienza la lluvia, deja una estocada mal colocada; a pesar de eso, se le concede la oreja.
Por la cogida de Marco Pérez, mata el segundo, que acude pronto al caballo. Navalón comienza también de rodillas y también sufre una voltereta; le hace un buen quite Agustín de Espartinas. Saca Samuel casta de novillero pero alarga el trasteo; mata con decisión pero sin acierto.
A la altura del cuarto, se hace una parada porque el ruedo está inundado, es un puro charco. Lo lógico sería suspender el festejo pero los dos novilleros (Marco está en la enfermería) deciden seguir adelante, a pesar del riesgo evidente. Navalón vuelve a irse a porta gayola. El estado del ruedo supone un peligro, hasta el veterano Fernando Sánchez se resbala, al colocar su par de banderillas. En la muleta, también Samuel se resbala dos veces pero se sobrepone a todo: se muestra mandón con la derecha, acaba con luquesinas y un desplante. Atracándose de toro, deja una estocada contraria: dos orejas, muy merecidas, por las circunstancias.
Va a cumplir 17 años el salmantino Marco Pérez, la gran promesa de los novilleros. Como niño torero y con corta estatura, cortó ya un rabo en la Maestranza. Sus cualidades son evidentes: facilidad, capacidad, ambición, desparpajo… Por todo ello, conecta muy fácilmente con los tendidos. Es el ejemplo claro del niño prodigio, con la ilusión que eso suscita y los riesgos que tiene. Lo apodera Juan Bautista, igual que a Daniel Luque. Como las grandes figuras, este sábado hace doblete: por la mañana, ha cortado trofeos en Mont de Marsan.
Recibe con lances de rodillas al segundo novillo, pobre de cabeza. Al intentar un quite con el capote a la espalda, es arrollado; en el suelo, el novillo hace por él. Ha sido un volteretón doble y fuerte: lo llevan, inconsciente, a la enfermería.
Reaparece para matar el quinto, con evidentes huellas del percance en la frente, nariz y un dedo. Parece que apenas puede coger los avíos. A pesar de eso, dibuja delantales vistosos. Brinda al público, lógicamente entregado: corre bien la mano al natural pero sufre una nueva cogida. Ha sido una faena heroica, sobreponiéndose a todo, y sacando al final buenos muletazos. Se tira a matar con más decisión que acierto (es el punto flaco de estos tres novilleros). Y, para colmo de males, se hiere en el talón con la espada de descabellar. Corta un trofeo, que hubieran podido ser dos, y pasa de nuevo a la enfermería.
El sevillano Javier Zulueta procede de una familia muy taurina: es hijo del alguacilillo de la Maestranza, sobrino del ganadero Gabriel Rojas, nieto del puntillero Lebrija. Por su estilo clásico, reposado, ha suscitado grandes esperanzas en los aficionados sevillanos. Me parece que se está rodando, adquiriendo la técnica necesaria para consolidarse.
El tercer novillo se cae muchas veces. Traza Zulueta algunos muletazos con gusto pero la flojera del toro desluce todo. Y mata muy mal.
En el sexto, uno de los mejores, dibuja verónicas con mucho gusto, aunque el toro flaquea (no se sabe si por flojo o por resbalarse). Muletea con suavidad y temple, muy despacio, con personalidad y detalles primorosos, pero vuelve a fallar, al matar. Debe corregirlo. Tiene cualidades, buen concepto y temple, pero le falta oficio; cuando lo adquiera, podrá mostrar mejor su estética.
En las circunstancias en que ha tenido lugar la corrida, sobreponiéndose al ruedo encharcado y a los percances, la entrega de Samuel Navalón y de Marco Pérez ha sido de verdad épica. No cabía hablar, esta vez, de Sangre y arena, como en la popularísima novela de Blasco Ibáñez, sino de sangre y barro (que no tiene nada que ver con ese camelo actual del fango): ha sido, simplemente, la verdad del toreo.
Ficha
- SANTANDER. Feria de Santiago. Sábado 20 de julio. Muy buena entrada, en tarde lluviosa. A partir del cuarto, el ruedo estaba impracticable.
- Novillos de Casasola, nobles, en general, pero justos de fuerza y casta; los mejores, 5º y 6º.
- SAMUEL NAVALÓN, de sangre de toro y oro, estocada caída, perpendicular (oreja). En el segundo (por cogida de Marco Pérez), pinchazo y estocada atravesada (silencio). En el cuarto, estocada contraria (dos orejas y salida en hombros).
- MARCO PÉREZ, de blanco y plata, con cabos negros, pasa a la enfermería, en el segundo. En el quinto, estocada defectuosa y 4 descabellos (aviso, oreja).
- JAVIER ZULUETA, de rosa palo y oro, pinchazo, estocada muy trasera y 2 descabellos (aviso, silencio). En el sexto, pinchazo, estocada corta defectuosa y 4 descabellos (aviso y saludos).