Jon Fosse, nombrado Doctor Honoris Causa de la Menéndez Pelayo, lamenta el peso de la fama

La Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander (UIMP) distinguió al Premio Nobel de Literatura 2023, Jon Fosse con el nombramiento como Doctor Honoris Causa.

El nombramiento se produjo durante el acto de clausura de los Cursos de Verano de la institución, con la presencia del autor de Blancura.

En un encuentro con los medios de comunicación junto con el rector de la UIMP, recogido por Europa Press, Fosse señaló que echa de menos la privacidad de la que gozaba antes de recibir el Nobel. Ahora «todo el mundo me conoce», señaló lacónico.

Pese a los inconvenientes de la fama, Fosse aseguró que seguirá escribiendo y sumando nuevas obras a sus cerca de 70 libros publicados. «Tengo la ambición de llegar a publicar 100 libros, al menos», ha dicho.

Fosse (Haugesund, Noruega, 1959) ha explicado que su reconocimiento «no es la mejor vida para una persona tan privada», y precisamente por ello el rector de la UIMP, Carlos Andradas, le ha agradecido que haya aceptado acudir a la Universidad para recibir esta distinción.

El escritor y dramaturgo ha reconocido que en parte «estaba preparado» para esa fama dado que ya tuvo «mucho éxito» en la época de 2010 a 2015, cuando escribía teatro y los montajes de sus obras –«cerca de 1.000»– se llevaron por todo el mundo. Ahí se «acostumbró» a que el foco de atención estuviera sobre él, como ha pasado nuevamente tras recibir el Nobel.

«Antes me conocía toda la gente del mundo literario. Ahora me conoce todo el mundo», ha dicho, relatando que cuando sale a hacer la compra se le acercan personas para darle la enhorabuena o pedirle selfies.

Esa sensación la experimentó también cuando, con solo 20 años, se publicó su primer libro y el periódico de su ciudad sacó una foto suya «enorme». «Me sentí abrumado, no sabía en lo que me había metido. Sentí que la gente empezaba a mirarme de otra manera».

Sin embargo, «un libro llevó a otro» y «se convirtió en un modo de vida». Así, a sus 65 años puede decir que ha logrado salir adelante viviendo de la escritura, algo de lo que se siente «orgulloso».

Fosse relata que ha escrito «de todo» y se llegó a hacer conocido a través de su dramaturgia, a la que dedicó 15 años. Después decidió que «ya era suficiente» y se pasó a la poesía y la ficción, porque «lo que en realidad le fascina es el proceso de escritura en sí». «Los otros lados de ser escritor no me gustan tanto», como el de ser una persona pública.

Esa pasión la descubrió cuando en su juventud tocaba la guitarra y componía letras de canciones. Escribiendo, «descubría un sitio dentro de mí mismo donde encontraba paz. Cincuenta años más tarde sigo escribiendo desde ese mismo lugar», ha comentado.

El paso de la música a la escritura fue «bastante brusco», pero sirvió para que Fosse desarrollara pronto su estilo llevándose las experiencias previas a sus textos, marcados por el ritmo y la ausencia de puntos.

Y aunque ha habido «ciertos cambios» en sus obras –dice que «siempre tiene que haber algo nuevo en lo que escribe», porque si no siente que «no merece la pena» –, considera que en gran medida su escritura «sigue siendo lo mismo» que en sus inicios.

Eso sí, las primeras novelas eran «mucho más oscuras y depresivas», y con el paso de tiempo ha quitado esa «negrura» y han pasado de «trágicas a tragicómicas».