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Fragmento de 'Domingo después del sermón', en la exposición 'La memoria colonial en las colecciones Thyssen-Bornemisza'Museo Thyssen-Bornemisza

El Thyssen da una vuelta de tuerca a su deriva ideológica con un «salsódromo» decolonial

El museo dirigido por el excandidato a eurodiputado por Sumar, Guillermo Solana, «pretende trasladar a la pista de baile el debate sobre colonización»

El Museo Thyssen-Bornemisza insiste en su cruzada descolonizadora y ha lanzado una extraña iniciativa que supone una nueva, y forzada, vuelta de tuerca a la obsesión ideológica del museo: un «salsódromo decolonial».

En el contexto de la exposición La memoria colonial en las colecciones Thyssen-Bornemisza, con la que el museo asume el discurso woke y descolonizador dictado por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, el museo del Paseo del Prado propone para el 15 de septiembre una actividad que «pretende trasladar a la pista de baile el debate sobre la colonización abierto por el museo».

¿Por qué esta insistencia en un tema que, se ha demostrado, ni interesa a los visitantes del museo, ni da prestigio a la institución, ni le permite llegar a nuevos públicos?

Para comprenderlo, basta el dato de que el director del Thyssen no es otro que Guillermo Solana, quien cerró la lista de Sumar –el mismo partido de Urtasun– en las últimas elecciones al Parlamento Europeo. Por supuesto, no sacó escaño.

Según se explica en el sitio web del mismo museo, el salsódromo, «abierto a todo el público», consiste «en música de salsa para bailar, pinchada por un DJ, y clases gratuitas», todo ello, con un enfoque «decolonial».

El museo, sobre el que el ministerio de Cultura no ejerce una influencia directa, como sí ocurre con otros museos también afectados por la línea ideológica del gobierno, como el Museo de América, el Museo de Antropología o el Museo del Romanticismo, está, sin embargo, alineado con Urtasun por medio de la afinidad ideológica entre el ministro y el director de la institución.

Lo cierto es que, para justificar la actividad de baile y su relación con el «proyecto decolonial», el museo hace una curiosa contorsión.

Recurre a la explicación ofrecida por la asociación La Parcería, con la que se ha asociado el museo para organizar la actividad.

Señalan los responsables de esta asociación alineada con la izquierda y que también se ha vinculado al Museo Reina Sofía para organizar, el pasado mes de marzo, un Festival de Cultura Antirracista, que «el ejercicio decolonial puede y debe concebirse más allá del aspecto teórico».

«La salsa, de hecho, es el resultado de formas de lucha para sostener saberes, creencias, maneras de hacer y de relacionarse de vidas procedentes de África que, en territorios ajenos y bajo poderes de dominación, hicieron de su memoria una estrategia de creación y defensa», argumenta el museo citando a La Parcería.

En definitiva, una frágil argumentación para justificar la colonización del Thyssen por la destructiva ideología «decolonial» promovida desde el Ministerio de Cultura.