Tres candidatos al Nobel de literatura que nunca ganarán (o sí) por ser políticamente incorrectos
Un japonés que siempre está entre los candidatos, un estadounidense que alguna vez lo ha estado y un francés que entra y sale sin demasiado orden
Lo de Murakami cada año suena casi a broma. Pero por qué no podría ser. De hecho, aunque en un principio no aparecía entre los favoritos de las casas de apuestas, en los últimos días ha subido posiciones hasta situarse, otra vez, entre los posibles ganadores. Quién sabe si será otro «casi» más o el elegido al fin. Puede que el escritor japonés se convierta en un mito como fueron quienes nunca lo lograron a pesar de, sin duda, merecerlo.
Tolstoi no lo tiene y Bob Dylan sí
Una lista donde están Tolstoi, Borges, Joyce o Twain, por citar solo unos pocos. La sorpresa suele ser característica habitual en la Academia, que alcanzó su cumbre en este aspecto cuando le concedió el galardón a Bob Dylan, indudable poeta, pero improbable Nobel cantante. Que el autor de Like a Rolling Stone posea este premio y no Murakami llama la atención por todo. El japonés siempre termina siendo favorito y hasta hoy nunca ha ganado.
No es que el escritor de Tokio Blues sea políticamente incorrecto. En realidad no lo es en absoluto. Es un narrador melómano, oriental, pero tremendamente occidental, de gran fama casi pop que año tras año es relegado, no exactamente a la manera de Thomas Pynchon, el estadounidense cuya ocultación deja la de J.D. Salinger en un juego de niños. Apenas hay alguna fotografía, y de juventud, del autor de El arco iris de gravedad o de V, su primera novela.
Con ella ganó el premio de la Fundación William Faulkner, pero luego no aceptó ninguno más, ni el National Book Award o la medalla William Dean Howells, aunque sí la beca MacArthur (500.000 dólares pagaderos trimestralmente durante cinco años). Pynchon tiene 87 años y nadie, como siempre, sabe nada de él. Tampoco parece querer saber nada la Academia sueca (esa es su incorrección), quizá justo por lo contrario que por Houellebecq, («enfant terrible», ya poco «enfant» de 68 años).
Acusado de pecados actuales como «islamofobia», «xenofobia», «racismo» o «misoginia», lleva la incorrección política, este sí, como bandera de lo inclasificable con lo que el Nobel es improbable, aunque nunca se sabe (The Times They Are A-Changin', [Los tiempos están cambiando], cantaba el premiado Dylan).