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Vikingos

Fuera de los poblados vikingos, los hombres no permitían que sus mujeres yacieran con otrosEFE

Lenguaje

¿Cuál es el origen de la expresión «poner los cuernos»?

Se dice que, entre los vikingos, los jefes de cada aldea podían tener relaciones sexuales con cualquier mujer, incluso si estaban casadas, por derecho

El español está lleno de expresiones muy curiosas que se han asentado en el idioma. De hecho, existen significados que no se pueden deducir de las palabras que las forman, lo que les otorga un carácter único y a menudo intrigante. Estas frases, conocidas como modismos o expresiones idiomáticas, reflejan la cultura y las costumbres de los hablantes, y muchas veces se transmiten de generación en generación.

En este sentido, una de ellas es «poner los cuernos», una expresión que se refiere a la infidelidad en una relación de pareja. Su origen exacto no está del todo claro en la actualidad, pero se cree que proviene de antiguas tradiciones que relacionaban los cuernos con la traición. En primer lugar, existe una teoría que vincula esta expresión con los vikingos.

El uso de esta expresión es bastante común en el lenguaje coloquial, y su significado va más allá de lo literal, ya que evoca emociones intensas como la traición, la deslealtad y el dolor. Además, en la cultura vikinga, los hombres podían yacer con cualquier mujer, estuviera casada o no. En consecuencia, cuando en una casa estaban teniendo lugar este tipo de relaciones, solían poner su casco en la puerta para no ser molestados.

Asimismo, según los historiadores, durante toda la Edad Media, aunque no se sabe si fueron los vikingos quienes iniciaron esta práctica, su uso se extendió de tal forma que, si alguien encontraba un cuerno puesto en la puerta de su casa, las consecuencias podrían ser graves.

Otras teorías

Por otro lado, hay quien sugiere que la expresión podría tener su origen en la mitología griega. Según esta, Zeus era conocido por ser infiel a su esposa Hera y por tener numerosos hijos fuera de su matrimonio, y parece ser que solía transformarse en un toro para poder tener relaciones con las mujeres que le gustaban.

Asimismo. otra teoría apunta a que la expresión podría estar vinculada con las tradiciones de algunas culturas rurales, donde el hombre que era engañado por su esposa era ridiculizado y se le llamaba «cornudo», lo que implicaba que había sido engañado y, por tanto, deshonrado.

En el caso de la Real Academia Española (RAE) limita su uso a una infidelidad matrimonial. «Poner los cuernos» es un modismo empleado en el español desde hace siglos, puesto que ya encontramos referencias en el Diccionario de Autoridades de 1729, donde se define como «faltar o hacer faltar a la fe del matrimonio».

No resulta sencillo encontrar el origen de «poner los cuernos», puesto que circulan diferentes teorías que tratan de explicar de dónde viene la expresión. Sin embargo, lo cierto es que el uso de la expresión ha evolucionado y se ha arraigado en el lenguaje coloquial, convirtiéndose en un término común para describir la infidelidad.

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