Crean un robot cuya inteligencia artificial elabora cuadros que se venden por más de 100.000 dólares
Los promotores defienden que el robot Ai-Da es una persona, aunque no tenga vida, y que sus cuadros son verdadero arte
En la narración de Isaac Asimov Sueños de robot, un androide desataba la alerta de la robopsicóloga Susan Calvin al declarar que había soñado. «Anoche soñé», confesaba el robot con total naturalidad.
¿Por qué resultaba tan grave ese acontecimiento? Que una inteligencia artificial lograra desarrollarse de forma autónoma imitando comportamientos exclusivamente humanos, como es el hecho de soñar, implicaba el riesgo de que el ingenio mecánico terminara dotándose de conciencia y humanidad, y planteándose por qué debía estar al servicio de los hombres y no dominarlos.
Cuando el robot vuelve a confesar a la doctora que en su último sueño se había visto como hombre reclamando la liberación de las máquinas, la robopsicóloga lo destruye sin contemplaciones eliminando así tal peligro.
Vivimos, en el momento actual, un auge de las inteligencias artificiales. Desde hace pocos años son muchas las aplicaciones, robots humanoides y otros ingenios que tratan de emular los comportamientos y actitudes humanas.
Frente a las denuncias de que se está avanzando hacia un peligroso futuro donde las máquinas puedan llegar a tomar conciencia de sí mismas, los expertos subrayan que se trata de un absurdo, ya que una máquina siempre estará bajo control humano, y la inteligencia artificia, pese a su nombre, es un mero mecanismo que imita actitudes humanas sin suplantarlas.
Arte generado por inteligencia artificial
El galerista Aidan Meller y la investigadora Lucy Seal han creado en la inteligencia artificial Ai-Da Robot, informó la BBC.
Se trata de un robot humanoide de aspecto femenino capaz de crear obras de arte. Según se explica en la galería Annka Kultys Gallery, donde se expone y se vende (en ocasiones por miles de euros) los cuadros de Ai-Da Robot, el ingenio se creó en 2019 por parte de la empresa Engineered Arts, con sede en Oxford.
La inteligencia artificial se diseñó a partir de técnicas artísticas pioneras identificadas por estudiantes de doctorado del Departamento de Aprendizaje Automático de la Universidad de Oxford.
Ai-Da captura la realidad a través de cámaras instaladas en sus ojos. El algoritmo de su inteligencia artificial procesa esas imágenes y las convierte en pinturas que plasma en lienzos por medio de sus brazos robóticos.
Los creadores de Ai-Da la definen como «la primera artista robot ultrarrealista del mundo» y aseguran que «sabe dibujar y es una artista performance».
Lo más sorprendente de todo es que, pese a reconocer que «no está viva» la consideran «una persona con la que nos identificamos».
El ingenio robótico dotado de algoritmos de inteligencia artificial que imitan la creación artística saltó a la prensa tras conocerse que la casa de subastas Sotheby’s subastará con un precio de salida de 120.000 dólares el cuadro AI God. Portrait of Alan Turing pintado por Ai-Da.
Sin embargo, ¿realmente es arte lo que hace Ai-Da? En primer lugar, los propios responsables de la inteligencia artificial reconocen que el robot no tiene conciencia de sí mismo, y que funciona a partir de algoritmos diseñados por humanos.
¿Puede se arte una pintura elaborada sin conciencia, de forma automática? La pregunta recuerda a los algoritmos de buscadores como Google que dan lugar a inquietantes frases sugeridas al introducir una palabra de búsqueda, y que ya hubo quien planteó si podría considerarse poesía.
Sus impulsores defienden, en cualquier caso, que Ai-Da plantea una interesante cuestión sobre qué es el arte, sobre si sólo los humanos pueden hacer arte y anuncia nuevos caminos en los procesos de creación artística.
Por ello, tratan las creaciones de Ai-Da como si de arte real se tratara, venden sus cuadros por una cantidad estimada, los enmarcan y cuelgan en galerías como verdaderas obras de arte e incluso convocan a la prensa para asistir a declaraciones de Ai-Da ante los medios y ofrecer entrevistas a los periodistas con ella.
Suena demencial, pero lo cierto es que el experimento parece estar dando resultados interesantes, y tanto en la prensa como en los círculos artísticos sí se está tratando a las pinturas de Ai-Da como si de creaciones de un artista real se tratara.