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Donald Trump celebra su victoria

Donald Trump celebra su victoriaGTRES

La canción cristiana de Village People que se ha convertido en la banda sonora de Trump

YMCA fue un gran éxito del grupo estadounidense a finales de los 70 que el candidato ganador de las elecciones estadounidenses utiliza en sus mítines desde 2020

Se puede decir que el perfil del candidato (ya candidato ganador) a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, no se ajusta al perfil de la canción. Pero parece ser que en el choque está el secreto del éxito. El choque cultural que da lugar a equívocos que se quedan en el aspecto artístico. YMCA es una Asociación Cristiana de Jóvenes (Young Men's Cristian Association) que fue fundada en en XIX y que buscaba «mejorar la condición espiritual de los jóvenes trabajadores». Fue el cristianismo en la época de la industrialización en Reino Unido que se extendió por el mundo.

Village People y la cultura gay

Tuvo conexiones con la Cruz Roja y los Boy Scouts, entre otras organizaciones importantes. Su protagonismo fue sobresaliente en los dos grandes conflictos mundiales del XX. La razón por la que Village People compuso una canción con el mismo título de la asociación fue cuando sus miembros se enteraron de qué era y, sobre todo, de las residencias que se construyeron por todas partes para acoger a los jóvenes necesitados.

Los mismos autores, el cantante Victor Willis y el productor Jacques Morali, reconocieron que la letra estaba escrita con la intención de ensalzar las motivaciones de la asociación, pero la cultura gay del momento (tampoco hacía falta tener mucha imaginación con el atrezo de los artistas: el mismo álbum al que pertenecía se llamaba Cruisin', una forma de mantener relaciones sexuales en lugares públicos practicada por homosexuales) la asoció consiga misma en la idea de las residencias como lugares de encuentro.

La usa desde 2020

En cualquier caso, al menos el doble sentido estaba implícito y era buscado, pero el tiempo convirtió la canción en un himno celebrado por todo el mundo de toda condición, independientemente de sus orígenes, sugerencias y apropiaciones primeras, con un baile característico representado en todas partes de forma divertida y completamente ajena a subculturas o nichos para ser completamente universal.

Tanto como para que la usen todos, incluido Donald Trump, quien empezó a sumarla a sus campañas en 2020 con importantes réditos lúdicos y de imagen. Una canción antigua, clásica y divertida que el próximo presidente de Estados Unidos suele bailar en sus tribunas. Thomas Mann escribió en La montaña mágica que «introducir cambios y nuevas costumbres es el único medio del que disponemos para mantenernos vivos», y quizá sea este el principio de su uso por el político republicano: una mezcla casi perfecta entre tradición y modernidad.

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