Urtasun anuncia que trabaja para la «reconstrucción de la cultura valenciana» desde un despacho
Siete días después de la catástrofe, el ministro de Cultura afirma haberse puesto a disposición del «tejido cultural valenciano» y que ya están trabajando «en un primer paquete de medidas urgentes»
Lo ha anunciado en X con fotos incluidas de la primicia. Ernest Urtasun, ministro de Cultura, ha comunicado que ha iniciado una «primera ronda de reuniones» (siete días después de la catástrofe) en las que se pone a disposición del «tejido cultural valenciano para la reconstrucción de la cultura valenciana» y que ya está trabajando «en un primer paquete de medidas urgentes».
En las fotografías se puede observar al ministro sentado a una mesa en una sala, acompañado de varios responsables políticos del llamado «tejido cultural valenciano» con gesto ceñudo y compungido, manos sobre cuaderno de anillas y mirada puesta en una videollamada. Una escena ridícula y demoledora en medio de la tragedia.
Las respuestas al mensaje son explicativas de una realidad de la que es ajeno Urtasun como representante en este caso de buena parte de la clase política española: «Creo que estoy perdiendo vista...no veo palas, ni barro, ni calle, ni gente. Solo veo privilegiados haciéndose una foto antes de ir a almorzar», escribe un usuario.
«No conocéis la vergüenza»
Otro echa en cara la posición del gobernante: «Como no, la casa por el tejado. Que todavía hay personas desaparecidas debajo de los escombros, primero el 1, luego el 2». Uno más se pregunta qué es el «tejido cultural» al que se refiere el ministro, al que reprocha vivir en un mundo paralelo, mientras otro muestra sin tapujos su indignación ante la publicitada iniciativa del ministro:
«Sois unos indecentes. No conocéis la vergüenza. Por lo menos no nos contéis vuestras payasadas, que nos ponéis de mala leche y luego os quejáis de qué os lo hagamos saber». Un mensaje el del ministro que ha causado de nuevo la indignación general en referencia a las prioridades de unos gobernantes, en este caso Urtasun, que muestran sin ni siquiera conciencia la distancia insalvable que les separa de la realidad y de los ciudadanos.