Tres poemas de Enid Blyton, de autora favorita de los niños a perseguida por la corrección política
No solamente el «lenguaje incorrecto» de la autora ha sido señalado, sino también su propia figura personal, a la que tachan de «racista» y «homófoba»
Hubo un tiempo en que todo el mundo, en todo el mundo, conocía a Los cinco. Los cinco fueron los personajes más famosos de la escritora de literatura infantil Enid Blyton, de quien se calcula que vendió más de 600 millones de libros en su carrera. Más allá de Los cinco, los cuentos de Blyton se siguen vendiendo. Relatos para niños de todas las edades, sinónimo de clasicismo y de pertenencia al pasado.
Sinónimo también de seguridad entre las lecturas juveniles. Historias sencillas, sin componentes ideológicos. Historias de aventuras, superficiales en el sentido de lo lúdico y profundas en el sentido del aprendizaje. Valores universales y diversión, sin dogmatismos, que en estos últimos tiempos de falsa corrección política no se ha librado del azote del revisionismo woke, que castiga lo discutible con lo indiscutible de su doctrina.
No solamente el «lenguaje incorrecto» de la autora que hablaba de los duendes de las dragonarias fue señalado, sino también su propia figura personal a raíz de un relato de una de sus hijas, que echó abajo la imagen ideal de su madre tachándola de arrogante y acusándola de no haberla cuidado, entre otros detalles excéntricos.
tres poemas de enid blyton:
- CUANDO MAMÁ MIRA POR LA VENTANA
Cuando mamá mira por la ventana,
¡cree que solo me está viendo!
Pero no es así: ¡está viendo a un capitán
navegando su barco en el mar!
O tal vez esté viendo a un vaquero
montando a caballo solo,
o a un jefe indio con sus plumas
acechando a un enemigo por su cuenta.
Ella grita: «¡Oye, Timmy, te quiero!»
Pero Timmy (ese soy yo) está lejos
Estoy volando un avión, soy piloto, ¡
estoy en las nubes todo el día!
(¡Solo en la cama soy Timmy,
porque no sería justo
que mamá viniera y me besara
y encontrara a un piel roja allí!) - LAS HADAS DEL ATARDECER
Mientras yacía en la cima de Guelders Hill
Y observaba las nubes perezosas pasar,
vi la cosa más extraña que jamás había visto
Allá arriba en el cielo soleado del Oeste.
Vi una multitud de nubes bebés en línea
Surgiendo flotando desde algún lugar lejano,
Y montadas en cada tenue trozo de niebla
Había hadas vestidas de rosa y gris plateado.
Trajeron sus nubes para anclarse en el Oeste
(Todas rosas eran como almendros recién salidos).
Cada hada tomó un pincel y un pote.
Y comenzaron a salpicar rosa y dorado.
Trabajaron durante media hora con pincel y pintura,
E hicieron un atardecer, maravilloso de ver,
Un lago de oro con islas con puntas rosadas-
¡Y luego un hada dejó caer un poco de pintura sobre mí!
Cayó sobre mi mano y me hizo reír.
Y todas las hadas giraron la cabeza,
Y cuando me vieron mirando desde abajo,
¡Tomaron sus pequeñas nubes y huyeron! - EL PASO DEL VERANO
Hay un susurro a través de los árboles,
¡el verano se va!
Y una advertencia enfría a las abejas,
¡el otoño sopla!
¡Recoge la miel mientras puedas,
abeja de terciopelo, a lo largo del camino!
Hay un murmullo del arroyo,
el verano se va,
¡y las libélulas que brillan
caen afligidas!
¡Jueguen un rato, lindas cosas,
con el sol en sus alas!
Hay un mensaje del mar,
el verano se está muriendo,
pequeñas golondrinas, salvajes y libres,
detengan su vuelo,
permanezcan mientras el sol brille
¡antes de decir buenas noches por última vez!
La propia historia de Blyton, cuyo padre abandonó a su madre para irse con otra mujer, además de su mala relación con su progenitora, fue mezclada en el mismo cóctel de sus obras para «cancelar» desde todos los puntos de vista a Blyton, uno de los pilares culturales del mundo pre «woke».
Le sucedió lo mismo que a Roald Dahl o Agatha Christie, símbolos del mundo de ayer, como hubiera escrito con nostalgia Stefan Zweig. Se construyó un puente difamador entre su vida y su obra para intentar que ya nada fuera como antes, pero en la actualidad aún no lo han conseguido, a pesar de haber sido censurada por sus términos inapropiados en el presente, por racista en el mismo sentido o hasta por mala escritora en el impulso salvaje de derrumbe absoluto y sectario, pero de momento fracasado.