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Soldados estadounidenses en la Guerra de VietnamAFP

Cinco canciones que pusieron banda sonora a la Guerra de Vietnam

La Guerra de Vietnam fue inspiración de una amplia producción cultural en los 60 y 70 del siglo XX. Revisamos algunas canciones que quedaron par siempre vinculadas a la historia del conflicto

Pocos conflictos en la historia reciente han generado mayor producción cultural que la Guerra de Vietnam. El conflicto ha sido motivo de inspiración y ha sido ampliamente tratado en la literatura, el cine y, sobre todo, la música.

La Guerra de Vietnam estalló en plena efervescencia cultural de Estados Unidos que comenzó con una generación beat que renovó la cultura y la juventud estadounidense.

Vietnam alimentó el incipiente movimiento pacifista estadounidense que se convirtió en una nueva corriente cultural a caballo de filosofías nihilistas rescatadas en un momento en que irrumpieron con fuerza las drogas de diseño, el bebop y el rock. Estas son algunas de las canciones que se convirtieron en himnos de la guerra de Vietnam.

Fortunate son

Fortunate son (hijo afortunado) de Creedence Clearwater Revival es uno de los himnos contra la Guerra de Vietnam y que, cosas de la actualidad política, se ha vuelto a poner de moda con la decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de indultar a su hijo Hunter en las muchas causas federales que tiene abiertas.

La canción está inspirada en la vida despreocupada de la hija del presidente Richard Nixon con el nieto del presidente Dwight Eisenhower y sus extravagantes planes de boda en un momento en que los jóvenes desfavorecidos de Estados Unidos morían a puñados en Vietnam.

John Fogerty, compositor, vocalista y líder de La Creedence, declaró a Rolling Stone que «había la sensación de que ninguna de estas personas estaban demasiado involucradas con la guerra».

Fortunate son habla de la injusticia del modo en que se decidía quién iba a luchar a Vietnam y quién se libraba de la carnicería. La canción denuncia de qué modo el sistema favorecía que solo se enrolaran en el Ejército para combatir en Vietnam los jóvenes de familias pobres, mientras que los jóvenes acomodados encontraban el modo de librarse.

La canción es el lamento de un joven obligado a luchar en Vietnam que denuncia cómo algunas personas disfrutan de privilegios para librarse de ir a combatir, mientras que él no puede impedirlo pues «no soy hijo de un senador», «no soy hijo de un millonario», «no soy hijo de militar», en definitiva, «no soy un hijo afortunado».

La canción la empleó el director Robert Zemeckis en la película Forrest Gump en las escenas que tienen lugar durante la guerra de Vietnam, reforzando su vínculo con aquel conflicto gracias a la popularidad de la película

The end

Otra canción cuyo vínculo con la Guerra de Vietnam se vio fortalecido gracias al cine s The End, de los Doors.

La canción, cuya letra escribió Jim Morrison cierra la lista de canciones del primer álbum de la banda, aunque era un tema habitual en las actuaciones en vivo del grupo en el bar Whisky a Go Go de Hollywood.

El trasfondo de la canción, en realidad, no tiene relación con Vietnam. Se trata, en realidad, de una canción sobre el desengaño amoroso. Sin embargo, su letra llena de nihilismo, su musicalidad psicodélica, su misticismo beat tan en boga en los círculos antibelicistas de Estados Unidos, su publicación en plena guerra de Vietnam y, sobre todo, su inclusión como tema central de la película Apocalypse Now de Francis Ford Coppola, la vincularon para siempre al conflicto.

Sympathy for devil

En su novela autobiográfica Compasión por el diablo, el veterano de la Guerra de Vietnam Kent Anderson cuenta cómo los soldados estadounidenses vivían prácticamente obsesionados con la música de los Rolling Stones.

De hecho, el título de su libro remite directamente a una de las canciones de la banda británica, Sympathy for devil.

La canción, inspirada en la novela rusa El maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov, donde narra la visita del diablo a la Unión Soviética.

En la canción, Mick Jagger habla de una visita del diablo a la tierra donde se responsabiliza de la decisión de Pilato de crucificar a Jesucristo, de la Revolución Rusa y la muerte del zar, del estallido de la Segunda Guerra Mundial o de la muerte de Kennedy. En definitiva, una canción que refleja muy bien el clima de desesperanza que reinaba en la sociedad estadounidense durante la guerra.

Blowin’in the Wind

Probablemente, el himno más conocido del Nobel de Literatura Bob Dylan y uno de los himnos del movimiento hippie y del movimiento contra la Guerra de Vietnam.

Blowin’in the Wind es una canción legendaria de la historia del rock, versionada hasta la saciedad.

La letra de la canción, una serie de preguntas lanzadas al viento, contiene un mensaje antibelicista que se interpretó en el contexto de Vietnam, aunque no se cite el conflicto de forma explícita.

Dylan plantea una serie de imágenes como cuántas veces tienen que volar las balas de cañón antes de que se prohíban para siempre, cuántas veces puede un hombre girar su cabeza y fingir que no ve lo que ocurre a su alrededor, cuántas orejas tiene que tener un hombre para oír a la gente que llora o cuántas muertes tienen que ocurrir para comprender que ya ha muerto demasiada gente. Para Bob Dylan, la respuesta está flotando en el viento.

Hello Vietnam

La mayor parte de los himnos sobre la Guerra de Vietnam son antibelicistas. Sin embargo, también hubo canciones a favor de la guerra llenas de propaganda militarista. Es el caso de Hello Vietnam, escrita por Tom T. Hall e interpretada por Johnnie Wright, empleada por Stanley Kubrick para abrir su película sobre Vietnam, La chaqueta metálica.

Tom T. Hall se había unido al Ejército en 1957 y era un habitual de la Red de Radio de las Fuerzas Armadas. Escribió Hello Vietnam para el cantante country Johnnie Wright, una canción en la que trata de argumentar a favor de la intervención de Estados Unidos en Vietnam.

«Estados Unidos ha escuchado el sonido de la corneta y tú sabes que eso nos implica todos… Adiós, cariño. Hola, Vietnam: hay una colina que conquistar, una batalla que ganar». «Debemos detener el comunismo en aquella tierra o la libertad se nos escapará de entre las manos», dice la letra.