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Manuel Segade, director del Museo Reina Sofía

Cómo el nuevo director del Reina Sofía hace política con el arte a pesar de decir lo contrario

A la pregunta de si la política tiene cabida en los museos, Manuel Segade ha respondido que «no es hacer política con el arte» sino que «hay un lazo directo entre el presente y las cosas que preocupan a la sociedad y el arte contemporáneo»

Dice Manuel Segade, el nuevo director del Museo Reina Sofía, que no se trata de «hacer política con el arte» al mismo tiempo que apunta una de sus primeras medidas: «Sí he notado en la colección que las salas tienen muchos nombres de hombre y muy pocas mujeres y esto es algo que se puede hacer mejor». Mientras llega la supuesta retirada de de obras realizadas por hombres (o la ampliación de salas, en su caso, para que no se produzca ese apartamiento), una acción en absoluto política sino absolutamente artística en su enmarañado lenguaje, en la trayectoria del comisario coruñés se pueden encontrar más ejemplos de tan difusa afirmación, al estilo de sus textos como comisario.

En 2022 recibió el premio Gota MAV por su compromiso con la igualdad de género, ¿un género artístico? En 2014, dio una conferencia en el Espacio de Arte Contemporáneo de Castellón, titulada Las Infinitas Especies, en la que, según el propio espacio, abordó «algunos de los resultados fruto de la investigación» que desarrolló «en torno a las relaciones establecidas entre el lenguaje expositivo de la museografía del siglo XIX y las representaciones sociohistóricas que vehicula». Algo que dio lugar a un ensayo textovisual donde planteó una crítica genealógica a los principios que rigen los formatos expositivos partiendo del momento mismo de su invención".

Política y más política. O ideología. Ese «lazo directo entre el presente y las cosas que preocupan a la sociedad y el arte contemporáneo» que es el eufemismo para no decir «política», para negar que hace política con el arte o incluso por encima de él. Segade ha afirmado que «no es hacer política con el arte», pero sin embargo es desde hace casi una década (toda su carrera de centro público en centro público, mayormente) un representante público (político), nombrado por políticos (Iceta), que hace mayormente «lenguajes discursivos» en sus comisariados y exposiciones, otro eufemismo «artístico» del «discurrir» o «reflexionar», que al final es imponer la «reflexión» propia, en ausencia de otras. El «lenguaje discursivo» que copa los centros y exposiciones que ha dirigido Segade con una clara tendencia, nunca distinta.

Los «discursos» en el arte

El feminismo del Ministerio de Igualdad, no el feminismo original, es decir un feminismo político, ideológico es un ejemplo que le ha proporcionado incluso premios (como la Gota MAV). Todo público, todo político, pero, para Segade, «no es hacer política con el arte», ni siquiera en «los discursos» (los discursos son cosa política y no artística) o en conceptos y expresiones como la «política identitaria de género» que «plantea una destitución del modelo de pareja heterosexual» hacia «el hombre del futuro» de aquella performance nada política en La Casa Encendida tras la que los asistentes terminaron comiendo ostras en la azotea, por cortesía del comisario (¿político?) cuya definición del arte contemporáneo «se sustenta en tres patas: la interseccionalidad, el género y la etnicidad», tres «conceptos» eminentemente artísticos.