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La felicidad es el gran deseo humano

La felicidad, el gran deseo humano, se convierte en asignatura en las universidades

La búsqueda de la felicidad cada vez es más común y las tendencias crecen en torno a su desarrollo

el gran deseo humano, la felicidad, es un factor que cada vez tiene más importancia y presencia debido a que no todo el mundo es capaz de sentirse completamente lleno de ella.

Debido a ello, hace unos meses se abrió en el centro de Madrid el Museo de la Felicidad convirtiéndose en la primera institución en el mundo centrada en esta emoción tan positiva que todo el mundo busca y anhela.

Vital importancia

El centro cuenta con más de 600 metros que se reparten en tres plantas en total, y propone cerca de 20 experiencias interactivas para el visitante, como risoterapia, abrazómetro, un tobogán por el que deslizarse hasta una piscina de bolas y ejercicios de mindfulness, entre otros. El objetivo de esto es que las personas que visiten el museo consigan liberar endorfina, oxitocina, dopamina y serotonina para así producir el sentimiento de felicidad.

El director del Museo de la Felicidad, Pablo Claver, explica que en esta pinacoteca «hay gafas virtuales, olores, tejidos o música para bailar», además de explicar que hay «acuerdos con el Instituto de la Felicidad de Dinamarca y con el de Copenhague. Gracias a ese acuerdo, podemos compartir las experiencias y piezas expuestas en el Museo de Copenhague y acceder a los últimos estudios del Instituto de la Felicidad de Dinamarca. También estamos desarrollando talleres para colegios».

Más iniciativas

Pero, la felicidad no solo ha sido motivo de exposición. Este gran sentimiento cuenta también con una aplicación llamada Happify mediante la que se promete que la felicidad sea mejorada y que se pueda acabar con el estrés y con los pensamientos caracterizados por su negatividad.

Entre otras propuestas para mejorar la felicidad se encuentran algunas como los libros de autoayuda (que han conseguido que sus ventas se disparen a un 40 por ciento en 2023) o cursos de mindfulness para ejecutivos, entre otros.

Según ha explicado Pablo Claver «no se trata de ser felices todo el tiempo. Las emociones consideradas negativas son necesarias: no es malo sentirse enfadado o triste. Lo que intentamos en el Museo de la Felicidad es que, en vez de ir en piloto automático, conectemos con cada momento».

A su vez, y para concienciar a las personas, el director de investigación empírica en Human Flourishing en la Universidad de Harvard, Matthew T. Lee, ha comentado a 20minutos que «ningún análisis puede ofrecer la respuesta correcta, la clave está en reflexionar sobre infinidad de parámetros y datos juntos».

«¿Qué pasa cuando suspendemos en una esfera pero aprobamos en otras? Pensemos en los padres de un bebé. Casi no duermen porque se pasan 24 horas cambiando pañales y velando por el bienestar del recién nacido, pero su sentido de la existencia mejora, y son felices. Hay que tener esas variables en cuenta y sopesar» continúa.

Volviendo a lo positivo de la felicidad y a otras iniciativas que apuestan por ella, el Proyecto Didone, por su parte, se ha encargado de definir cómo se traducirían a la música tanto la ira, el amor y la alegría.

El estudio aún no ha sido publicado, pues saldrá el próximo 12 de abril a cargo del Instituto Complutense de Ciencias Musicales y del Departamento de Musicología de la Complutense y con financiación del Consejo Europeo de Investigación, que han sido capaces de determinar que las escalas musicales en una modalidad mayor son alegres.

Los estudios de la felicidad continuarán en auge ya que el investigador Simon Goldberg de la Universidad de Wisconsin-Madison, ha avisado de que está comenzando una nueva era de estudios acerca de la felicidad y se tendrán en cuenta más parámetros y se mirará más a otros lugares como Oriente, entre otros.