El Reino Unido se avergüenza de su pasado colonial en los pasillos del Museo Británico
La pinacoteca se señala a sí misma y saca sus colecciones para denunciar las tropelías imperiales del país
El Museo Británico se entrega de lleno a la moda woke, descolonizadora e indigenista y ha llenado sus salas de esculturas grotescas elaboradas por el escultor escocés Hew Locke como parte de un discurso expositivo en el que se ataca el legado colonial del Imperio Británico.
La propuesta se llama The Watchers (Los vigilantes), porque la exposición –en realidad la instalación ni siquiera se define como exposición y navega en aguas de la indefinición– quiere que el visitante se sienta observado, interpelado, acusado por esas estatuas que se alzan como fantasmas de los pecados coloniales del Reino Unido.
La propuesta no echa mano únicamente de las esculturas grotescas de Hew Locke. Recurre también a piezas pertenecientes a los fondos del Museo Británico para, precisamente, subrayar la culpa del Imperio Británico.
Locke, que pese a haber nacido en Escocia ha vivido en Guayana, plantea esas obras de arte atesoradas por el Museo Británico como un botín de guerra, como una acumulación de riquezas fruto del expolio. Así lo vio la corresponsal de The Times Laura Freeman, que destaca la insoportable sensación de ser observado mientras se recorren los pasillos del museo escoltada por las estatuas de Locke.
The Times define esa acumulación de piezas expoliadas como un «dossier de fechorías imperiales».
Locke explica en un vídeo a la entrada del museo su intención con esta propuesta en la que defiende la necesidad de «afrontar las cosas (el pasado imperial británico) como es debido» en una iniciativa claramente revisionista desde un punto de vista descolonial.
Denuncia The Times que la exposición pasa el Imperio Británico por un prisma desde donde se ve su rostro más «asesino, rapaz, cruel e inhumano».
La crítica del pasado colonial británico es obviamente necesaria. El Imperio Británico se ha caracterizado por su carácter expoliador, esclavizador, cruel y destructor.
Cita The Times la esclavitud, el saqueo, el robo de tesoros artísticos o las matanzas de la población local. Todo ello, «elementos espantosos», pero critica el diario británico que no se presente ningún aspecto positivo que ofrezca la otra cara del pasado colonial británico.
El Museo Británico, sin embargo, defiende el punto de vista de Locke y define la muestra como «innovadora». Una exposición que «explora, cuestiona, desafía las narrativas del imperio británico a través de objetos de la colección del Museo Británico».
Una exposición de motivos que bien podría encajar en España en los proyectos descolonizadores del Museo Reina Sofía o del Thyssen.