El Museo del Prado trae una obra maestra de Goya casi desconocida y nunca expuesta en España
La fusión compositiva de Las viejas o El tiempo (1810-12) de Goya y la Resurrección que figura detrás de ella desvelada por su radiografía, fueron fuente de inspiración para el artista alemán Sigmar Polke
Pocos cuadros hay más inquietantes que Las viejas o El tiempo (1810-12) de Francisco de Goya, que el Museo del Prado expone en la muestra Sigmar Polke. Afinidades desveladas, hasta el próximo 16 de marzo de 2025.
El cuadro, propiedad del Museo de Bellas Artes de Lille (Francia) representa a dos ancianas de rasgos grotescos, de una fealdad extrema, de facciones cadavéricas y carcomidas por el tiempo.
La fealdad extrema de estas dos figuras contrasta con sus ricos vestidos, de tejidos caros y finos, bordados en oro y sedas.
Una de ellas sostiene un objeto, tal vez un espejo, donde figura la inscripción «Que tal?». Tras las dos ancianas, se alza una figura alada que sostiene una escoba con aparente ánimo de golpearlas.
El cuadro es un ejemplo más de la habitual mirada sarcástica y desmitificadora con que Goya miraba a su entorno y, en particular, a las clases privilegiadas de la época. Las dos figuras horrendas simbolizan la destrucción que el paso del tiempo inflige a los cuerpos, por bellos que sean y ricamente vestidos que estén. La muerte, por medio de esa figura alada que simboliza el tiempo, iguala a todos.
Las viejas o El tiempo es una crítica a la vanidad y a la soberbia de quien se sabe poseedor de una belleza que causa envidia. Ese «Qué tal?» no hace más que subrayar, con notable ironía, esa crítica a la soberbia de quien se cree inmortal.
Temáticamente, en Las viejas o El tiempo encontramos un hilo conductor común con la serie de Disparates e, incluso, anuncia la serie negra de Goya. A Goya se le ha considerado como un precedente del impresionismo y el expresionismo, y cuadros como Las viejas o el tiempo son argumentos que sostienen esa hipótesis.
Goya y Polke
La exposición Sigmar Polke. Afinidades desveladas permite ver este cuadro por primera vez en exposición en España. Se trata de un Goya prácticamente desconocido para el gran público español, y, sin embargo, es una de las grandes obras maestras del pintor aragonés.
La muestra tiene como trasfondo el encuentro entre el artista alemán Sigmar Polke y Goya a través de la obra Las viejas o El tiempo (1810-12). La conexión entre temas, composiciones y motivos fue constante desde que Polke descubrió el cuadro y, sobre todo, el resultado del análisis con rayos X.
La radiografía desveló que Goya pintó Las viejas o El tiempo reaprovechando un lienzo anterior en el que había pintado la Resurrección de Cristo. Ambas imágenes superpuestas, la de la Gloria de la Resurrección, y la decrepitud de las viejas, reveló un conjunto compositivo de extraordinaria brillantez, conectando con gran naturalidad, casi como si estuviera hecho adrede, ambas temáticas.