
El arte expoliado por los nazis sigue siendo una de las grandes heridas de la Segunda Guerra Mundial
El debate sobre el expolio nazi de obras de arte vuelve a raíz del caso del Pissarro del Thyssen
La reciente decisión del Supremo de EE.UU., que allana el terreno para la devolución del Pissarro a los herederos de su dueño, trae al recuerdo otros casos de arte expoliado por los nazis
El cuadro Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia de Camille Pissarro ha traído de actualidad el controvertido tema de las obras de arte expoliadas por los nazis a familias judías, opositores y museos de países conquistados para engrandecer las colecciones de los jerarcas nazis y alimentar el gran museo alemán planeado por Hitler.
Los nazis obligaron a Lilly Cassirer, su propietaria, a venderlo por un precio irrisorio en 1939. Más tarde, los nazis lo subastaron y, tras pasar por varias colecciones privadas, lo compró en 1976 el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza.
El cuadro es una de las obras maestras del Museo Thyssen-Bornemisza, pero ahora el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha revocado el fallo del tribunal de apelaciones que ratificada la propiedad del Museo del cuadro y ha abierto la puerta a su devolución a la familia Cassirer.
El actor, Picasso
La pintura de Picasso El Actor, custodiado en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, ha llegado hasta nuestros días de milagro. Su propietario original, Paul Leffmann, también fue obligado a vender el cuadro en 1938 para poder escapar de los nazis, en un caso similar al de Lilly Cassirer.
El Actor, de Pablo Picasso
Tras pasar por varias manos, el cuadro llegó en una donación al Metropolitano en 1952. Los herederos de Leffmann batallan en estos momentos en los tribunales de Estados Unidos para recuperar su propiedad.
Retrato de una mujer, de medio cuerpo, Nicolas de Largilliere
Obra del pintor francés del siglo XVIII, Nicolas de Largilliere, Retrato de una mujer, de medio cuerpo se subastó en noviembre de 2024 y, desde entonces, no ha dejado de estar en medio de una agria controversia.
La pintura apareció en una famosa fotografía de los Monuments Men, un programa especial de los países aliados dedicado a rescatar arte expoliado por los nazis y en peligro de destrucción durante la Segunda Guerra Mundial.

Los Monuments Men recuperan varias obras de arte, incluida la pintura de Largilliere (derecha)
El cuadro era propiedad del piloto de carreras, aristócrata y empresario de origen judío barón Philippe de Rothschild. De nacionalidad francesa, Rothschild decidió guardar sus obras de arte en el banco Société Générale de Arcachon.
La invasión y ocupación de Francia por parte de los nazis llevó a los alemanes a asaltar su depósito y hacerse con la colección. En este caso, el retrato está fuera de controversia ya que, tras luchar en la resistencia francesa, Rothschild recuperó tras la guerra la propiedad de la obra y la mantuvo muchos años en su colección privada.
Retrato de un joven, Rafael
Pintado en 1514, Retrato de un joven fue una de las obras que más obsesionaron a los nazis. Obra de Rafael, el pintor renacentista italiano desató verdaderas pasiones entre los jerarcas nazis. El Retrato de un joven se incautó a comienzos de la guerra, poco después de la invasión nazi de Polonia, robado del Museo Czartoryski.

Retrato de un joven de Rafael
Su propietario, el príncipe Augustyn Jozef Czartoryski, trató de salvar su amada colección a la desesperada y las escondió. La Gestapo las localizó y las incautó. Ante el desmoronamiento del Reich en 1945, el jerarca nazi Hans Frank se hizo con la obra de arte y se la llevó. Antes de ser detenido la escondió.
Poco después fue detenido, juzgado en Núremberg y condenado a muerte por crímenes contra la humanidad. Nunca desveló qué hizo con la obra, si la destruyó o si la conservó oculta. El paradero del Retrato de un joven, de Rafael, sigue siendo uno de los mayores misterios por resolver de los crímenes nazis contra el patrimonio.
Town on the Blue River, Schiele
Uno de los mayores episodios de expolio nazi de obras de arte fue el de la colección del empresario austríaco judío Fritz Grünbaum. Considerado uno de los padres del cabaret, autor de numerosas obras de opereta, letrista, actor y auténtico showman, Grümbaum se hizo con una valiosa colección de arte moderno.
Represaliado por los nazis –murió en el campo de concentración de Dachau en 1941–, su colección fue incautada, parcialmente desaparecida tras la guerra, y parcialmente recuperada.
De su colección, la obra más emblemática es Town on the Blue River, obra maestra del pintor austríaco Egon Schiele. La pintura reapareció en 2014 durante una subasta en Christie’s.

Town on the Blue River, de Schiele
Los herederos de la familia Grünbaum dieron la batalla por la obra y la casa de subastas aceptó vender la obra bajo el reconocimiento de que Grünbaum era su legítimo propietario y que la obra fue robada por los nazis, y compartir con sus herederos parte de las ganancias.
Retrato de un hombre y una mujer, Eglon van der Neer
Testigo de la opulencia de la alta sociedad alemana del siglo XVII, Retrato de un hombre y una mujer, de Eglon van der Neer, protagonizó otro de los episodios más lamentables de la Segunda Guerra Mundial y el expolio nazi.

Retrato de un hombre y una mujer, Eglon van der Neer
Propiedad del galerista alemán de origen judío Walter Westfeld, los nazis le obligaron a cerrar su negocio en 1936. En 1938 el galerista fue arrestado y en 1939 confiscaron las obras de arte que aún conservaba. Enviado a varios campos de concentración, Westfeld murió en Auschwitz en 1943.
Al cuadro se le perdió la pista y, de hecho, es un misterio qué es lo que hizo Walter Westfeld con él, ya que en los inventarios que los nazis le obligaron a elaborar de su colección, no figura.
El cuadro llegó al MFA de Boston en 1941 en circunstancias debatidas. En junio de 2011, el museo alcanzó un acuerdo económico con los herederos de Walter Westfeld para permitir que la obra no abandone el museo.
Odalisca, Matisse
Esta obra maestra de Henri Matisse, Odalisca, pintada en 1921, pertenecía al empresario de origen judío Albert Abraham Stern. En 1940 los nazis le obligaron a vender al museo Stedelijk parte de su colección, incluida Odalisca. En 1944, Stern fue enviado al campo de concentración de Laufen-Salzach, donde moriría.

Odalisca, de Matisse
Desde entonces, esta obra está unida al horror criminal nazi y al sufrimiento de los judíos de Europa que sufrieron el genocidio impulsado por la Alemania de Hitler y sus aliados.
A pesar de lo clamoroso de este caso, el expolio y asesinato de su dueño está profusamente documentado, el museo no devolvió la obra a los herederos de su legítimo propietario hasta 2024.