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Festival Hall en la apertura del Festival de Bayreuth Richard Wagner en el Festspielhaus en Green HillDaniel Löb / dpa

Diez propuestas musicales para lo que aún queda del verano

A punto de comenzar algunos de los principales grandes festivales del estío musical , proponemos varias citas entre las más relevantes para acudir, en España y el resto de Europa

El responsable de una de las principales instituciones musicales públicas de este país me confesó hace unos días que no veía el momento de iniciar ya sus vacaciones. «Me voy a recorrer los principales festivales de música europeos», comentó. «¿Ninguno de los españoles?», le pregunté por curiosidad. «Esos son muy malos…», fue su directa respuesta. Seguramente alguien con atribuciones en la organización del tejido musical patrio quizá no debería expresarse con tanta franqueza, aunque algo de cierto haya en su juicio.

No es que las grandes citas del estío europeo estén atravesando sus mejores días. Por el contrario, Bayreuth, Salzburgo o Pésaro llevan instalados en una cierta, progresiva decadencia durante varios años, pero España no ha sabido aprovechar bien esa circunstancia para intentar ascender a la Primera División con propuestas interesantes. Mientras aquí no tengamos un gran certamen veraniego capaz de ofrecer, al menos, cuatro o cinco títulos de ópera bien planteados, por ejemplo, nuestra oferta seguirá a años luz de lo que se programa en Alemania, Francia, Reino Unido o incluso la declinante Italia.

En cualquier caso, y como aún queda mucho verano, aquí proponemos diez interesantes citas, mitad internacionales y mitad nacionales, entre la abundante oferta para los melómanos viajeros.

Bayreuth: «Parsifal» en el Metaverso

Hollander, el que fuera responsable artístico de la Ópera de Viena e influyente agente, causó gran polémica hace unas semanas al señalar algunos de los males que están llevando al festival de la colina verde, dedicado íntegramente a difundir la obra de Richard Wagner, a su presente ocaso: producciones absurdas, directores musicales de segunda fila y ausencia cada vez más significativa de los principales cantantes. Antes había que rezar para lograr una entrada, hoy sobran.

En busca del Santo Grial de los nuevos públicos, el Parsifal que inaugura la cita el próximo domingo se ofrece con «realidad aumentada», una experiencia en 3D para la cual los espectadores necesitan gafas virtuales. El protagonista anunciado, Joseph Calleja, ha tenido que ser sustituido «in extremis» por el mucho más adecuado Andreas Schager. Y Elina Garanca, baza segura, regresa a su extraordinaria Kundry. En el foso que no hace tanto ocupaba el gran Christian Thielemann, esta vez, un español, Pablo Heras-Casado.

  • 25 de julio.

Los Proms: sir Simon se despide de Londres

La gran cita popular del Royal Albert Hall, una manera fresca y desinhibida de celebrar la pasión por la música, combina todo tipo de enfoques y fórmulas para intentar seducir a una audiencia amplia y juvenil. Los fados en la cálida voz de la portuguesa Mariza pueden dar paso después a una «Noche española» protagonizada por la violinista granadina María Dueñas, que no deja de escalar nuevos peldaños en su carrera hacia el reconocimiento mundial, como una Alcaraz de su instrumento, salvando las distancias. Programas de potpurrí, en muchos casos, concebidos para el disfrute sin prejuicios.

Pero entre el aluvión de grandes éxitos, a veces se cuelan citas más pensadas para el buscador de perlas. Aparte de una Octava de Bruckner a cargo de Semyon Bychkov, en el apartado más exigente se encuentra la Novena de Mahler con cierto olor a despedida para añadirle emoción. Sir Simon Rattle cierra su etapa al frente de la Sinfónica de Londres, en el Reino Unido, con este monumento que condensa todas las aspiraciones espirituales de su autor.

  • 27 de julio.

Salzburgo: «La pasión griega» con la Jakubiak

Muy lejanos quedan aquellos tiempos en los que Herbert von Karajan solía reunir a la flor y nata de la música internacional, con propuestas siempre de la mayor calidad. Luego, Gerard Mortier se propuso abrir el certamen a propuestas más innovadoras, pero por el camino se dejó parte de la esencia de este monarca de festivales: programar requiere siempre asumir complejos equilibrios, y en la base debe estar siempre el repertorio (de Monteverdi a Strauss), servido con los artistas más adecuados. Desde los iniciales pasos de Max Reinhardt (al que este año está dedicada la cita, en su aniversario), Salzburgo tampoco ha dejado de atender a la creación contemporánea.

A estas alturas Bohuslav Martinu, fallecido en 1959, no debería ser ya un desconocido, pero sus interesantes creaciones líricas se programan con cuentagotas. De ahí el interés que representa esta nueva producción de «La pasión griega», a cargo del director teatral Simon Stone, y con una de las cantantes-actrices más interesantes de ahora mismo, la soprano Sara Jakubiak, en el reparto.

  • 13-20 de agosto.

Festival de Lucerna: Barenboim y Argerich, dos mitos frente a frente

Casi en una mayor proporción que Salzburgo, el Festival de Lucerna se ha convertido en el mayor bazar de la música, ese lugar al que cada verano suelen acudir las principales agrupaciones sinfónicas y sus directores (filarmónica de Berlín con Petrenko, Boston Symphony y Nelsons, la Oslo Philharmonic junto al ascendente Klaus Mäkelä, …), e intérpretes (Danil Trifonov, Yuya Wang, Anne-Sophie Mutter, Yefim Bronfman, Cecilia Bartoli,…).

También es cierto que ha bajado algunos puestos desde la desaparición de Claudio Abbado, que en sus últimos años se erigió en el auténtico inspirador de esta cita con memorables actuaciones en el recuerdo de todos, pero su oferta sigue siendo imbatible en el plano sinfónico: su musculatura se mantiene intacta gracias a los enormes recursos disponibles.

Este año, una actuación en particular llama la atención. A pesar de sus achaques, Barenboim continúa adelante con su admirable proyecto del Divan, al que ahora ha sumado a una leyenda del piano, que ya pocas veces toca en solitario. Martha Argerich y Barenboim, juntos, en el primer Concierto para piano de Beethoven, quizá sea una de las últimas ocasiones de presenciar juntos a estos dos mitos de la música.

  • 15 de agosto.

Arena de Verona: Jonas Kaufmann, el tenorissimo al rescate

La cita quizá más célebre de cuantas se celebran al aire libre en plena canícula es la Arena de Verona, por la que en otros tiempos solían desfilar, cada verano, las mejores voces del momento para probarse en los grandes títulos de repertorio, casi siempre en producciones de gran aparato que se beneficiaban además del imponente escenario histórico.

Jonas Kaufmann durante la gala en Verona

Hoy las redes están llenas de comentarios furiosos de aficionados italianos que se lamentan del estado actual de un certamen que este año cumple un siglo. Ya casi no quedan estrellas, así que Cecilia Gasdia, su responsable artística, tiene que hacer malabares para equilibrar repartos en obras de tanta dificultad como Aida. El año pasado, Plácido Domingo protagonizó un escándalo cuando la orquesta se negó a saludar en Turandot como protesta por su actuación, entonces como director. Este año regresa, pero ahora para cantar y borrar aquel día aciago.

Para algunos, el sucesor del legendario cantante español es Jonas Kaufmann, anunciado en una de las galas más esperadas. Si se recupera (después de un accidentado paso por Londres para cantar Werther se ha borrado del Otello que debía cantar estos días en Aix-en-Provence), el tenorissimo alemán ofrecerá allí un concierto con fragmentos de tres óperas. Sus fans cuentan las horas.

  • 20 de agosto.

Festival de Peralada: Freddie Tomasso, la gran esperanza tenoril

Mientras ultiman el auditorio que quizá les permita ofrecer óperas en buenas condiciones, en su afán de convertirse en un certamen lírico de referencia internacional, Peralada sigue convocando cada verano a algunas de las voces más interesantes del circuito. En esta ocasión, abren sus puertas con un recital del tenor Freddie di Tomasso, que tantas expectativas parece concitar a pesar de que su reciente paso por La Scala no ha resultado todo lo bueno que podía esperarse.

Con nueva grabación en la maleta, Un ballo in maschera recién aparecido en las plataformas junto a la excelente soprano madrileña Saioa Hernández, al cantante británico le toca empezar ya a despejar las dudas sobre el papel que podría desempeñar durante los próximos años. ¿Será ese «mesías de los tenores» que muchos estaban aguardando?

  • 28 de julio.

Cap Rocat: La Garanca en las islas

Tiene «tela» que la única presencia en una ópera, en España, de una de las más justamente consagradas artistas de nuestro tiempo, la mezzo Elina Garanca, vaya a producirse en un hotel, pero es lo que hay. Esta Cavalleria Rusticana mallorquina cuenta con atractivos miembros: el barítono italiano Luca Salsi es Alfio, el todoterreno Michael Fabiano debuta como Turiddu y en el fugaz papel de Lola se anuncia a Maria Agresta, que unas semanas después inaugura la temporada del Teatro Real como Medea. El vistoso Nicola Luisotti estará al frente de la Sinfónica de Baleares.

Una cita al alcance de unos pocos privilegiados, una de esas «experiencias» para turistas de lujo que hoy se ofrecen para quien pueda pagárselas, pero desde luego, en lo estrictamente musical, no deja de tener interés por la presencia excepcional de la gran Garanca, una mezzo inigualable hoy.

  • 4 de agosto.

Festival de El Escorial: Sondra Radvanovsky, dramatismo y emoción

El Festival de Música de El Escorial surgió como una oportunidad perdida para que la comunidad madrileña dispusiera de un gran certamen que supliera su inexistente oferta de verano. El auditorio, magníficamente equipado, puede acoger (como ya lo hizo en el pasado), títulos líricos, pero la programación del certamen no ha dejado de dar tumbos en estos años. Su oferta sigue siendo escasa y deslavazada, muy poco ambiciosa, rigurosa e ilusionante para la ocasión y el lugar.

Aún así, en su cartel hay siempre un par de citas estimables, esta vez los anunciados recitales de Juan Diego Flórez y Sondra Radvanovsky. Elegimos el segundo porque el tenor peruano suele presentarse varias veces al año, con recitales similares, por España. A la soprano norteamericana se la escucha menos, aunque ahora parece haber establecido un sólido vínculo con el Liceo barcelonés que seguramente deparará grandes jornadas líricas.

Entretanto, conviene acercarse hasta El Escorial para apreciar a una de las principales genuinas artistas de hoy, una cantante con maneras que la aproximan a las grandes representantes del género, visceral, carismática, dotada de un sólido instrumento y de una rica personalidad que le permiten dotar cada una de sus interpretaciones de un dramatismo, una clase y una fascinación que suelen remover al que escucha, algo que ya sucede pocas veces.

  • 18 de agosto.

Festival de Música de Santander: el «Orfeo» de Monteverdi por Alarcón

No tan alejados en fechas y ubicación geográfica, el Festival Internacional de Santander y la Quincena Donostiarra coinciden en algunas de sus ofertas, lo cual no resultado beneficioso para los aficionados, que buscan lógicamente la mayor variedad posible. Entre las propuestas singulares de la cita cántabra, encontramos un Orfeo monteverdiano a cargo de una de las más sólidas e imaginativas batutas para este repertorio en la actualidad, Leonardo García Alarcón.

Tras ofrecer este mismo título en el Real, durante la temporada que ahora concluye, con maravillosos resultados, el director argentino regresa ahora a esta obra maestra del género junto a su Capella Mediterránea y el Coro de Cámara Namur. Se anuncia como «versión concierto dramatizada», un formato en auge que permite aliviar costes, y un reparto escasamente conocido.

  • 23 de agosto.

Quincena Donostiarra: Stravinski con títeres

La ópera, que en otras épocas fue uno de los talismanes de la Quincena, no parece ahora una prioridad. Tras su triunfo allí el pasado año con La fille du régiment, el ídolo local, Xabier Anduaga, no ha sido convocado este año: en su lugar, ofrecerá un concierto en el Caribe. Pero al menos, San Sebastián se ha reservado espacio para una más que estimulante propuesta lírica.

Con la colaboración de la excelente compañía de títeres Per Poc, que ha diseñado la producción, se podrá ver la obra maestra de Stravinski y Cocteau, Oedipus Rex, que no suele ofrecerse todos los días. La Sinfónica de Bilbao y el Coro Easo estarán a cargo de Erik Nielsen, que contará además con la colaboración excepcional de la actriz francesa Irène Jacob (quién no la recuerda en Rojo) y de un bajo sólido como Mikhail Petrenko en el apañado reparto vocal.

  • 24 de agosto.