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Jorge Ruiz Flores, vocalista de Maldita Nerea

Jorge Ruiz Flores, vocalista de Maldita Nerea

Maldita Nerea: «La educación nunca está entre las diez preocupaciones de los españoles»

Su nuevo trabajo, Manual Para Seres Maravillosos, cuenta con la presencia de la hija de Jorge Ruiz Flores, vocalista del grupo, quien afirma que TikTok lo ha cambiado todo en la industria

El pop español de 2023 vuelve a tener un nuevo álbum que disfrutar: Manual Para Seres Maravillosos, de Maldita Nerea. Este disco supone el regreso a la música a uno de los grupos más importantes de la música española de los 2000 y es su primer trabajo desde 2020, tras su Un Planeta Llamado Nosotros.

En este nuevo trabajo, Maldita Nerea se muestra naturalmente mediante un recorrido de once temas «arriesgados». El Debate ha entrevistado a Jorge, vocalista del grupo, en una charla en la que ha tratado temas como la importancia de los niños o sus futuros pasos en la industria, entre otros.

Portada de 'Manual Para Seres Maravillosos, nuevo álbum de Maldita Nerea

Portada de 'Manual Para Seres Maravillosos, nuevo álbum de Maldita Nerea

–¿Cómo vive Maldita Nerea este 2023 acompañado de su nueva música?

–Todo ha cambiado mucho otra vez. Nosotros, en 2001, empezamos a grabar nuestro primer álbum que salió en 2003. Hasta ahora, hemos vivido todas las crisis de la industria y hemos sobrevivido. Ahora no es que haya una crisis per se, pero sí que ha cambiado el medio por la incursión en los últimos años después de la pandemia y de la eclosión de TikTok, que lo ha revolucionado todo. El 2023 lo estamos viviendo como si fuera el primer disco. De hecho, competitivamente, yo me siento así. Hay unas zonas en las que estamos muy formados y otras en las que estamos muy verdes, como este ecosistema nuevo que es TikTok, que no tiene nada que ver con Instagram y con otras redes. Hay que adaptarse y a ver si conseguimos sobrevivir. De momento vamos bien, no me quejo, pero es una cosa que tenemos que explorar y hay que dedicarle atención.

–Hablan de este disco como «una de las apuestas más arriesgadas» de su trayectoria musical...

–Correcto. Es muy sencillo explicarlo. La canción principal de este disco está cantada por una niña de seis años que nadie conoce y habla sobre el amor pleno. Vamos en dirección contraria. Y además es una canción enfocada a las aulas. La educación nunca está entre las diez preocupaciones de los españoles. Pero bueno, te vas a cualquier país, y es igual. Nosotros, de repente, decidimos que la apuesta personal es una canción que sabemos que no va a tener cabida en los medios de comunicación porque no es trend. La niña es completamente desconocida, además no la exponemos. La casualidad es que es mi hija. No lo premedité. Por supuesto, a mi hija no la expongo en mi manera de verla. Pero claro, esa voz y esa manera de decirlo que la poesía de Inevitable decía, me parece mucho más interesante que mi voz solo, ¿no? Eso no es arriesgado, es arriesgadísimo. Es ir en dirección contraria a todo lo que está pasando.

Los niños son maravillosos per se, por eso son protegidos. De hecho, bajo mi punto de vista, deberían ser atendidos con más lucidez

–¿En qué podemos percibir esa evolución que se ha comentado?

–Bueno, si pasas tiempo con las canciones y conoces el trabajo anterior, se podrá ver fácilmente que yo ya no soy el mismo escribiendo. Aunque hago canciones con conceptos densos y con melodías sencillas para que puedan ser digeridas, la poesía ha cambiado mucho y eso lo nota el que lo va a ver. Hay una evolución en la escritura muy grande. Además, es el primer disco pop que crea el productor Miguel Lamas. No es igual, no se parece a ninguno de los discos de Maldita por este criterio, lo han trabajado desde otra forma de producir. Y yo me siento que soy otro. Por eso digo que es mi primer disco, porque mi percepción ha cambiado mucho. Si cambia tu percepción, cambias tú. De hecho, lo que enferma no es el ser, sino la percepción. Entonces mi percepción es otra. Ya no veo las mismas canciones como antes y yo lo vivo como algo bueno. Tengo otra ilusión renovada, más allá de que van pasando los años. Yo lo veo con otros ojos, como si tuviera unas gafas con un filtro diferente, que lo ves todo de otro color. Por eso me siento como si fuera mi primer disco.

–¿Para ustedes son los niños estos «seres maravillosos» a los que les ofrecen un manual?

–Sí, a ver, es fácil para cualquier adulto que esté cerca del mundo de la infancia, o no, entender la energía de un niño con frases como «las mujeres y los niños primero», en el caso de manera natural, aunque incluso a gente que no le gusten los niños. Los niños son maravillosos per se, por eso son protegidos. De hecho, bajo mi punto de vista, deberían ser atendidos con más lucidez. Pero bueno, ese es otro tema. Dentro de cada uno hay un niño interior, que esto se habla mucho en la literatura y en la filosofía, pero es fácil de verlo. La industria de los juegos no la mantienen solo los niños. Es como ese niño que quiere jugar, proceso completamente necesario para el individuo, para formarse. El juego es completamente fundamental y yo apelo con estas canciones al niño interior que llevamos dentro. Le hablo a él. Entonces, por interés personal, me interesa mucho el mundo de la infancia y de la educación, me formé en eso y sigo trabajando en ello. Es pretencioso querer que canten niños. Por eso hemos hecho un concurso con Inevitable, para que lo canten los niños. La intención es que el mundo entienda o vuelva a entender, o si no lo ve, que lo vea, que el amor es inevitable. El amor no es un proceso raro y extraño, el amor ya está en ti. Lo que pasa es que lo confundimos con la pareja. El amor de pareja es una pequeña parte del amor y los niños solo aman. El niño no nace odiando, nace amando. Luego ya...

–Algunas canciones tienen un significado explícito, como en el caso de Madre (silencio) o Inevitable (amor), ¿todas lo tienen? Además, cada canción está representada por un concepto.

–Sí. Cualquier acto comunicativo dice algo en sí. Lo que pasa es que mis intereses son muy profundos. De niño me ha preocupado siempre más a largo plazo. Yo siempre escribo para decirme algo a mí mismo. Ahí es donde entiendo que surge la identificación con los demás. Lo que pasa es que mis intereses siempre tienden a la transcendencia, que suena como una elevación, pero me refiero a que alguien me escuche y le sirva, le sea de utilidad, un poco el sentido de la música. En este disco, hay una canción rara para mí, que es Duele, donde yo me rompo y hablo de mis miserias. La forma que tengo de hablar de mis miserias es con luz. Tu Mirada Me Hace Grande es un drama, pero al final dice «nunca es tarde». Cuando ves a la gente cantarla, están sonriendo y diciendo «Ah, lo he pasado mal, pero la vida es mucho más grande y nunca es tarde». En Duele es flagelación, como el ego. Me entregué en esa canción y es innovación, en mí y en mi proceso, porque yo no hablo de eso nunca. Es un riesgo para mí. Mi zona de confort es hablar de la luz. Y en Duele... hay poca luz. Yo me sincero, pero siempre intento que mi oscuridad no te impregne. Yo busco la identificación, por otro lado, que es algo muy raro.

–Está bien mostrarlo, no todos los artistas te muestran su lado más vulnerable...

–Mi caso es curioso. Bueno, yo no lo veo curioso. La historia del arte se ha escrito principalmente con el dolor, porque si yo te digo que estoy mal, apelo a tu empatía. Mi primer disco está escrito desde ahí. Yo me pongo a veces a pensarlo y digo ¡qué aburrido! (refiriéndose a su percepción). Me interesa más la luz. Eso lo vi a partir de El Secreto, donde yo digo que soy tortuga, soy lento, ¿y qué? los demás que corran, como la fábula de La Liebre y La Tortuga. En educación es un valor porque ha de respetarse el ritmo de la educación de cada niño. Si el niño es lento, la educación no le mete prisa, aunque eso no está pasando, que es lo que yo promulgo. Yo no puedo evitar contar que soy vulnerable, aunque me apetece más contarte otras cosas, desde la vulnerabilidad pero diciéndote no, nunca es tarde. Esconder la vulnerabilidad nunca te hace más fuerte. Eso es una falacia. Por eso el famoso «conócete a ti mismo». Conoce tus miserias porque te harán fuerte, claro.

–¿Tiene que ver todo lo que estamos hablando también con las metáforas propias de los cuentos infantiles?

–Buena pregunta. Yo siempre me he visto un poco como un «cuentacuentos». Los cuentos tienen mucho valor a nivel evolutivo porque recogían el acervo popular que le llaman, pero escondían verdades. Son «mentiras que dicen la verdad» como dice Jaime Buhigas. El teatro, la danza, las artes escénicas son mentiras porque son ilusiones ficticias que nos dicen la verdad. Debe ser algo parecido a lo que pasó cuando empezamos. Cuando ya habíamos hecho de todo y encendíamos el fuego, ¿ahí que pasaba? Cuentos. Es una manera de amar, lo podemos hacer. Yo me sé un cuento y lo puedo contar a un grupo humano que no lo sabe. Entonces, ¿cada canción es un cuento? Es una muy bonita manera de verlo. No la había visto así, pero es verdad que cuando abres el libro parece un cuento ilustrado.

Jorge Ruiz Flores, vocalista de Maldita Nerea

Jorge Ruiz Flores, vocalista de Maldita Nerea

–Después de tres sencillos publicados, ¿cuál le gustaría que fuera el siguiente en promocionar el álbum?

Nosotros porque es una canción que nos ha sorprendido. Había como cuatro canciones lentas, que venían de un proceso duro, y de repente apareció Nosotros, que vuelve a esa parte de mí. Yo lo veo como un paso más evolutivamente, o sea, como artista de dejar de hablar tanto del yo, que eso en el pop es la constante, si te pones a pensar. Yo hago las canciones para que la gente las cante. Si no son cantadas, las retiro del repertorio. Tú vas al concierto y si una canción no la está cantando nadie, está muerta ya, porque no va a tener ese «nosotros» que es para lo que yo escribo. Me interesa el bienestar de la gente en los otros, el amor propio, cosas muy populares.

–¿Cómo se sienten ante esta nueva gira?

–Yo quiero que suceda lo que sucede en todas, que es que cantan todo. Lo que hemos hecho hasta ahora es la pre-gira, como yo le llamo, porque no hemos presentado prácticamente ninguna de las canciones en directo. El primer concierto que ya tiene canciones nuevas es el 25 de noviembre en Salamanca y después el WiZink Center. ¿Qué quiero que pase?, ¿Por qué lo hago? para que canten. Cuando tú vas a un concierto y te emocionas, puede ser por muchos motivos: porque te flipe el artista y diga que es increíble, como ver a un súper talento. Aquí es para cantar, lo que hay en el escenario, no es lo importante. De hecho por eso yo muchas veces no canto o voy de negro para que no se me vea. Aquí lo relevante es que canten todo. Si eso sucede es un puñetero milagro, llevo tres décadas haciéndolo, desde que saqué mi primer disco en 2003. El mundo de 2003 al de 2010 no se parecía, pero es que al de ahora... es otro planeta. Entonces, si tú consigues hacer que canten todos tus temas en tres décadas diferentes significa que creativamente estás muy enchufado. La generación de ahora es mucho más rápida, mucho más multitask, tiene muchos más estímulos y es selectiva.

–Las redes últimamente lo cambian todo...

–Depende de cómo lo veas, yo veo oportunidades. Ahí soy un poco murciano. Nosotros vivimos en la escasez y tenemos en vena ese punto de «mueve el culo, no lo tienes conseguido». Eso creo que es fundamental a la hora de crear. Por eso todo el mundo me pregunta: ¿pero por qué no haces un recopilatorio? Porque quiero componer. La primera vez que cantaron La Increíble Historia Entre Tú Y Yo, dije «No lo he perdido», y es una canción de ayer por la tarde. ¿Y por qué la cantan? Porque sigue sucediendo. A pesar de esto, ya no es tan masivo porque no tienes acceso a los medios y te tienen que encontrar entre 50 canciones o 60 canciones a la semana. Lo más probable es que pases desapercibido. Vamos a poner el ejemplo del aceite de oliva, que aquí hay muchos y muy buenos. Bueno, pues el mejor, muy probablemente no lo conozcas porque no está en la tienda en la que compras. Sacar un disco es de valientes, y encima es mi primer vinilo, yo flipo. Mi primer disco se hizo en cintas porque el vinilo había caído muchísimo.

–¿Habrá ediciones de los demás discos en vinilo, sobre todo para los fans?

–No lo sé. Por ejemplo, para este quería hacer un libro-disco. He editado un libro porque me contrataron para hacer un ensayo y les escribí una novela. Ese viaje de novelista, aunque no lo sea, me cautivó casi tanto como el primer disco. Estuve profundamente incómodo porque yo leo mucho ensayo, pero no leo novela. Entonces, hacer una novela es como escribir en otro idioma, ¿sabes? Entonces, cuando tuve el título en la mano, tenía que publicarlo ya. Era una cuestión existencial y ya quería publicarlo, cerrar esa etapa y empezar otra. Amenazo con perpetrar un segundo libro...

–Ante todas las nuevas corrientes musicales, ¿es fácil para ustedes hacer lo que quieren?

–Le voy a dar la vuelta. Desde ese plano no es fácil, pero desde el plano personal es lo más fácil, porque tú no puedes dejar de ser quien eres. A mí me interesa la educación, la veo como el acompañamiento del talento humano, un proceso que es muy abstracto y dura toda la vida. Por eso me interesa la evolución humana, me interesa la filosofía, me interesa la buena gente... ¿De qué hablo? Pues de amor propio, de educación, aunque tú no te des cuenta. Yo no puedo hacer lo que no soy. Mi raíz es el pop, en él cabe prácticamente todo. Yo no puedo hacer flamenco o jazz, aunque tengo músicos que son de jazz, vienen del jazz y están haciendo pop, y están bien. Lo que sí que veo es que existe el «famoso tren de las tendencias, las modas de mucha gente haciendo cosas que no les representa». Eso se nota enseguida, y el público también lo percibe. La gente no es tonta. Solo por estar en una lista de reproducción de música del momento, ya vas a generar más streaming que el de al lado, que está hablando de algo que te interesa más, pero tú no lo sabes. Entonces, cuando eres músico y tienes que comer, pues hay gente que tiene frío. Los músicos jóvenes están en un proceso de búsqueda de entidad, de ahí viene todo.

¿Cuál es su mayor deseo para su futuro musical?

–Que el concurso de Inevitable sea un éxito. Queremos cantar Inevitable con el ganador, el colegio o centro educativo que gane. Si ese concurso sale bien, es que las cosas van muy bien. El segundo ítem sería llenar el WiZink Center y tercero, que canten, porque ahí estrenaremos canciones que no es fácil que sean cantadas.

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