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Los artistas Juanma Latorre, compositor de la banda sonora de la película 'Teresa', y Rocío Márquez, intérprete de una de sus canciones, 'la lengua en pedazos', en El Debate

Los artistas Juanma Latorre, compositor de la banda sonora de la película 'Teresa', y Rocío Márquez, intérprete de una de sus canciones, 'la lengua en pedazos', en El DebatePaula Argüelles

Juanma Latorre y Rocío Márquez: «Santa Teresa es uno de los personajes más fascinantes de nuestra historia»

El miembro de Vetusta Morla, que ha compuesto la banda sonora de la nueva película de Paula Ortiz, Teresa, y la cantaora de flamenco, que interpreta la canción original para la misma, La lengua en pedazos, hablan con El Debate de «el duende», la experiencia mística y la música como don recibido

Teresa de Ávila (1515-1582) es una de las figuras más relevantes de la historia de la Iglesia, pero también de la literatura. Desde muy joven sintió la llamada a la vida religiosa e ingresó en la orden carmelita. Llegada su madurez espiritual, a los 47 años, reformó su orden creando las carmelitas descalzas, inspirada por un nuevo estilo de vivir la fraternidad y servir a Dios.

La directora Paula Ortiz la empezó a leer desde joven. Una de las mejores cineastas de España, que reinó en las nominaciones de los Premios Goya de 2015 gracias a La novia, una adaptación de Bodas de sangre, de Federico García Lorca, y estrenó hace poco Across the River and Into the Trees, la adaptación rodada en blanco y negro, con elenco internacional y en inglés, de la novela del mismo título de Ernest Hemingway, se aventura ahora con la vida, la mística y el «suave fuego» de Santa Teresa.

El filme adapta el texto teatral de Juan Mayorga La lengua en pedazos, una obra en la que se escenifica el encuentro entre Teresa de Jesús y el inquisidor que se dispone a juzgarla. Un cara a cara entre Blanca Portillo y Asier Etxeandía donde las palabras no bastan: hace falta la luz, la metáfora, la imagen... y la música. Por eso hemos entrevistado a Juanma Latorre, miembro de Vetusta Morla, que ha compuesto la banda sonora de la película, y a Rocío Márquez, la cantaora de flamenco que interpreta la canción original para la misma, La lengua en pedazos.

Juanma Latorre y Rocío Márquez durante su entrevista con El Debate

Juanma Latorre y Rocío Márquez durante su entrevista con El DebatePaula Argüelles

–Juntos habéis publicado La lengua en pedazos, canción original de la película. ¿De dónde nace la idea del tema, que incluye también algunos versos de Santa Teresa?

–Latorre: Yo estaba componiendo la banda sonora para toda la película, y como lo que tengo por costumbre es hacer canciones, me costaba mucho abordarla desde un punto de vista que no fuera una canción. La trama no la necesitaba, pero yo sí para poder hacer la banda sonora, así que en un momento de atasco decidí componerla y de ahí extraer los motivos musicales, la instrumentación, el aire para el resto de la música. Tenía escritas las estrofas desde hace tiempo; es un texto que habla de lo irresistible, de un arrebato, una fuerza que te lleva, que te eleva pero que también te destroza. Esa mezcla contradictoria que tiene tanto que ver con la mística, entre erótica y destructiva. Cuando pensé en quién podría cantarla, la primera persona que se me vino a la cabeza fue Rocío Márquez; cuando la llamé, resultó que ella estaba inmersa en la poesía mística y de Santa Teresa. Juntos terminamos de componerla.

–Márquez: A mí me encantan estas conexiones. Estaba leyendo a San Juan de la Cruz y a Santa Teresa cuando Juanma me propuso esta pieza. Me cuadró al instante, porque estaba en sintonía con lo que yo estaba viviendo en ese momento. Estaba atravesando un momento difícil, estaba transitando un duelo, y me agarré mucho a la poesía mística, también a través de otros artistas de flamenco como Enrique Morente, que ha hecho maravillas de estos poemas. Además, yo estaba haciendo una adaptación de una conferencia de Lorca, y en 1933 en Buenos Aires él hablaba de Santa Teresa refiriéndose a ella como un referente flamenco porque estaba atravesada por «el duende». Esa idea me pareció preciosa. Sólo podía dar gracias.

Estaba transitando un duelo y me agarré a la poesía místicaRocío Márquez

–¿Creéis que «el duende» tiene que ver con la experiencia mística, como una inspiración que viene de fuera?

–Latorre: Completamente. A mí me pasa en algunas experiencias especialmente hermosas, sobre todo cuando toco en directo. Pero también cuando estoy componiendo y tengo la sensación de que me ha venido algo de alguna parte, me ha atravesado y según me estaba atravesando, lo he agarrado. Y eso es la canción. No tienes la sensación de haber creado tú algo con tus manos, sino más bien de haberlo aprehendido de una corriente eléctrica que te atravesaba. Hay algo muy místico en en el acto de componer y también de interpretar, cuando te consigues olvidar de toda la parte más técnica, de todos los pequeños detalles, y te dejas llevar.

–Márquez: Eso es lo que nos engancha y da sentido a lo que hacemos. Y creo que no pasa solo en la música, sino con todos los dones. Cada uno tenemos los nuestros y cuando estamos en sintonía con ellos y lo entregamos, más allá de los egos, nos convertimos en un canal, y ahí es cuando suceden esos momentos estelares, en los que se para el tiempo.

Hay algo muy místico en en el acto de componer y también de interpretarJuanma Latorre

–Juanma, tú acudiste hace años a una lectura a ciegas con Paula Ortiz, la directora de la película, en la que estaban también los protagonistas, Blanca Portillo y Asier Etxeandía. ¿Qué sucedió allí?

–Latorre: Fue en 2019. Yo conocía a Paula de años atrás (ha dirigido algunos videoclips de Vetusta Morla) y ella me había hablado de esta idea suya de adaptar la obra de Juan Mayorga La lengua en pedazos. Acudí a una lectura de guion a ciegas, en la que ninguno sabíamos qué iba a pasar, y fue una experiencia alucinante: una experiencia de creación instantánea en la que leían por primera vez algo y lo encarnaban. Al salir de allí, le dije a Paula Ortiz que que quería participar en el proyecto.

Juanma Latorre y Rocío Márquez durante su entrevista con El Debate

Juanma Latorre y Rocío Márquez durante su entrevista con El DebatePaula Argüelles

–La propia Paula Ortiz dice que a ella ha llegado a abrumarla la figura de Santa Teresa. ¿Qué os ha sucedido a vosotros con ella?

–Latorre: ¿Qué pasa con Santa Teresa? Es uno de los personajes más fascinantes de nuestra historia. Es una figura compleja, difícil de reducir a uno solo de sus aspectos. Figuras como ella encierran una contradicción y un misterio que a veces nos resulta abrumador. En mi caso, la manera de sobrellevarlo ha sido conectar con mi propia contradicción, con la propia complejidad que cada uno llevamos dentro. Eso me ha permitido traducirla a música, aunque creo que es más fácil que hacerlo a imágenes o, por supuesto, a palabras. Eso tiene mucho que ver con lo que la película transmite, esa lengua que se hace pedazos, ese límite que tienen el habla y la palabra, ese salto que hay que dar a un más allá desconocido y que a veces incluso nos es hostil. La música, al ser un arte más abstracto, permite dar ese salto mejor que la imagen. Creo que es mucho más difícil hablar de Santa Teresa que ponerle música.

Figuras como Santa Teresa encierran una contradicción y un misterio que a veces nos resulta abrumadorJuanma Latorre

–Ambos ensancháis los límites de la tradición, explorando y experimentando con melodías, instrumentación, arreglos, letras y la propia puesta en escena. ¿Cómo se consigue la fusión entre la vida mística y la vida terrenal, cómo se expresa a través de la música?

–Latorre: Hemos intentado condensar distintos aspectos de Teresa de forma musical en la canción. Hay una parte que tiene que ver con esa Teresa más terrenal, que incluso ha sido un poco vanidosa y orgullosa, poliédrica, difícil de asir. Las personas tienen sombras que se convierten en luces que alumbran cuando están en su sitio. Toda esta parte más terrenal está representada por instrumentos del folclore castellano de la tierra de Santa Teresa. La parte más elevada, más religiosa y más conectada con la parte contemporánea es toda esa música barroca o de final del Renacimiento, las polifonía vocales, la viola de gamba... Y luego está la parte de la mística, ese salto que para mí representa la voz de Rocío: esa Teresa flamenca que es la argamasa que lo une todo.

–Márquez: Para mí ha sido muy sencillo porque ha sido un acto de fe, de confianza absoluta. Pensaba: «¡Qué suerte poder estar viviendo esto y entregarme!». Santa Teresa es para mí un referente absoluto. Cuando vi la película, lo que más me impactó además de la interpretación de Blanca Portillo, es la conexión tan potente que tiene, con su intuición, con la vida, con Dios: ella está en su centro, hasta tal punto que a veces parece que se le va la cabeza, pero no: es lo único seguro. Todo lo demás puede cuestionarlo. Dice: «No quiero tener enemigos, pero tampoco tengo miedo de tenerlos si fuera necesario para mantenerme en mi centro». Santa Teresa nos indica una manera de hacer muy clara, y esto es lo que se traslada a la música. Esta entrega sin más es lo que yo he aprendido como intérprete: que todo se me da. Me dejo llevar, y algo sucede. Sólo puedo dar gracias.

Esta entrega sin más es lo que yo he aprendido de Santa Teresa: que todo se me da. Me dejo llevar, y algo sucede. Sólo puedo dar gracias.Rocío Márquez

–Santa Teresa fue una revolucionaria, doctora de la Iglesia, reformadora... Ella vio claro lo que tenía que vivir, y recibió esa gracia. ¿Os sucede lo mismo?

–Márquez: Sí, y es tan bonito... En la sociedad en la que estamos, los mensajes que transmite esta película son importantísimos. Me hubiera gustado apuntarme mil frases mientras la veía, pero hay una en la que dice: «Pocos entienden que la clausura es libertad». Es lo que a Santa Teresa le facilitaba esa conexión y ese no dejarse llevar por los demás. Ella defendía aquello en lo que creía de una manera muy profunda.

Fotograma de la película 'Teresa', de Paula Ortiz, con los actores Blanca Portillo y Asier Etxeandía

Fotograma de la película 'Teresa', de Paula Ortiz, con los actores Blanca Portillo y Asier Etxeandía

–Para conseguir esa conexión con la espiritualidad, en la canción también han colaborado la violagambista Amarilis Dueñas y el grupo de folk El Naan, además de un coro especializado en música renacentista...

–Latorre: El Naan es una formación de Palencia con la que hemos colaborado en Vetusta Morla, aunque yo anteriormente había trabajado con ellos. Me han abierto la puerta a un mundo para mí desconocido, como es el folklore de Castilla, aunque ellos tienen un conocimiento muy amplio y de diferentes lugares de España. Por otro lado, Amarilis Dueñas, que ha sido una persona muy importante en esta banda sonora, también me ha ayudado a terminar de componer algunas piezas complicadas, entre otras cosas, porque yo no había tenido una viola de gamba jamás ante mí. Componer para un instrumento que no conoces, que ni siquiera has visto, es imposible, pero ella me ayudó a entender la esencia de esa música, de este instrumento, y a incrustarlo en un contexto en el que en realidad no estamos siendo literales, pero sí muy respetuosos. Estábamos asustados antes de conocernos porque ella se dedica a hacer interpretación histórica, es decir, a recrear las condiciones exactas con los instrumentos y los materiales exactos con los que se hacía la música en el Barroco: en el mismo lugar, tocando de la misma manera, con la misma técnica, con el arco hecho con los mismos materiales... Y no es eso lo que yo quería hacer. Ella tenía miedo de que yo fuera como algunos compositores de clásica contemporánea que componen cosas muy locas y no respetan la esencia del instrumento. Pero encontramos un terreno común muy bonito. Hay muchas piezas que compusimos en el estudio, improvisando y mezclando la viola de gamba con sintetizadores y encontrando un punto de respeto mutuo.

–Entender el contexto de la música no es sólo importante a nivel histórico; la música se empleaba para rezar, para meditar, para entrar en oración.

–Márquez: Efectivamente. Es una cuestión de vibración. Si algo representa Teresa es esa frecuencia elevada, esa vibración más alta. Hay una conexión, un movimiento que va desde la raíz, desde la tierra (porque al final aquí estamos habitando la tierra en el cuerpo y somos humanidad) hasta lo alto, a esa parte elevada, espiritual.

–Hoy se estrena la película Teresa. ¿Cómo os ha cambiado a vosotros y cómo creéis que va a cambiar la relación de la gente, de la sociedad, de la cultura, con la figura de Santa Teresa?

–Latorre: Lo bueno de la figura de Teresa es que es tan compleja y tiene tantas caras que casi todo el mundo va a encontrar algún enganche con ella. Los que ya la conocen seguro que encontrarán caras nuevas, y los que no, van a alucinar. En mi caso, la parte con la que conecté más es la que me descubrió una Teresa que era más desconocida para mí, justamente por la parte más humana, de la mujer que duda, y del combate con ese inquisidor interior que todos llevamos dentro. Eso fue para mí la gran revelación, aunque también un redescubrimiento de todo lo anterior. La duda y el combate dialéctico interior es una parte muy importante de la película y fue lo que más me tocó

–Márquez: Más allá de que se estandaricen el bien y el mal, hay muchos momentos en los que se ve la espiritualidad como algo inclusivo. Es decir, para trascendernos a nosotros mismos, nuestra personalidad, necesitamos olvidarnos un poco de esa dualidad entre el bien y el mal, estar más abiertos y simplemente experimentar. El punto de entrega está más allá, aunque todos tenemos esos dos personajes muy fuertes dentro, incluida Santa Teresa. Ver a una persona tan elevada con toda esa humanidad a mí me ha hecho decir: «Bueno, con calma y con amor, vamos pa'lante». Yo me quedo con estos versos: «Confianza y fe viva mantenga el alma, que quien cree y espera todo lo alcanza».

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