Nick Cave y la religión: la ayuda para superar la muerte de sus hijos
El artista ha explicado a través de una conversación en un libro la manera en la que la religión ha formado parte de su vida desde estos hechos
A pesar de que el artista australiano Nick Cave haya mostrado una imagen fuerte sobre su persona tirando a lo oscuro y al misterio, su presencia ha cambiado por completo desde el año 2015, momento en el que su vida cambió por completo.
Debido a los eventos traumáticos que ha vivido relacionadas con la muerte y sus adicciones, Nick Cave abrió el blog The Red Hand Files para responder preguntas de sus seguidores y, así, sentir y ofrecer consuelo. El artista, también, pudo mantener más de 40 horas de conversaciones con el periodista Seán O' Haan a modo de entrevista que se ha publicado como un libro que acaba de salir en España, donde se sincera sobre sus creencias religiosas.
Sanar el trauma
En el año 2015, su carrera y trayectoria musical se encontraba en uno de sus mejores momentos hasta que, con tan solo 15 años, su hijo Arthur falleció tras consumir LSD, acontecimiento que lo dejó en la penumbra. Cinco años después y en plena pandemia, el artista tuvo que volver a lidiar con la pérdida después de que su madre falleciera y, en consecuencia, asistir a su funeral de manera virtual. Pero, no todo queda ahí para el cantante, ya que el año pasado, su hijo Jethro, también falleció, dando otro vuelco en la vida de Nick Cave.
El artista ha editado por fin su libro Fe, esperanza y carnicería en España y en él se abre en canal y explica la manera en la que sus creencias religiosas son una inquietud real que crece más que solo un recurso literario, además de comentar acerca de cómo actúo ante tanto dolor.
«Hablar del pasado anterior a la muerte de Arthur me hace sentir como si contara la vida de otra persona. Son historias del otro lado de un abismo profundo. No guardan ningún valor para mí y me parecen un tanto superfluas. El pasado representa una vida que ha sido cercenada y apartada de la que vivo ahora. Te ves empujado a los extremos de tu resiliencia, pero es también imposible describir la terrible intensidad de la experiencia. Las palabras se desintegran», aporta Nick Cave sobre su experiencia.
En la obra, el artista también habla del álbum Ghosteen y comenta que lo hizo con el propósito de que su hijo siguiera presente: «Creo que el disco es un lugar inventado en que el espíritu de Arthur puede encontrar alguna especie de refugio o descanso. Creo que su espíritu habita esta obra. No lo pienso de manera metafórica, lo digo de manera literal. No he expresado esta idea antes, pero siento a Arthur deambulando por las canciones. Parece extraño decirlo, pero también tenía la idea de que quizá podía enviarle un mensaje a Arthur. Me parecía que, si existía alguna forma de hacerlo, era esta. Un intento no solo de articular la pérdida, sino de contactar de alguna forma; quizá igual que cuando rezamos».
La religión
El líder de la banda The Bad Seeds ha relatado que tras la muerte de su hijo se vio inclinado en la religión a lo que define como «pensamiento mágico». Además, afirma lo siguiente: «Con qué prontitud me deshice de esa parte enteramente racional de mi mente y lo reconfortante que fue hacerlo».
El artista también explica lo que significa para él estar en una iglesia, escuchar pensadores de la religión, rezar, meditar o leer Escrituras, y explica que «todas esas actividades me hicieron más amable el camino de vuelta al mundo. Quienes las descalifican como tonterías falsas o supersticiosas, o peor, como una expresión de debilidad mental colectiva, están hechos de un material más rígido que yo».
Asimismo, Nick Cave explica que no le gusta referirse a todo lo relacionado con la religión como «asuntos espirituales» y que prefiere el término religión ya que «es más específica, incluso conservadora. Tiene un poco más que ver con la tradición».
Ante lo relacionado al conservadurismo, Nick Cave se define como una persona conservadora y que «siempre ha sido así. Y no solo en cuanto a mi fe. Creo que también en mi temperamento soy conservador». Además, el cantante se ha definido también como «tradicionalista» ya que le «atraen las ideas cristianas tradicionales. Me fascina la Biblia y la vida de Cristo. Desde el comienzo ha sido una influencia importante en mi obra, de una forma u otra».
Nick Cave también comenta que siempre ha necesitado creer en algo, sobre todo después de sus adicciones: «Podía despertar en mi habitación de hotel, rodeado de los desechos de una noche pesada: botellas vacías, la parafernalia de las drogas, quizá una extraña en mi cama, pero también había una copia de la Biblia abierta, con pasajes subrayados. Fue así durante mucho tiempo».
«El ateísmo es malo para la música»
El artista ha aprovechado la ocasión para hablar del ateísmo y lo ha introducido en el mundo musical, su profesión. «Lo que me atrevería a decir es que un rechazo de lo divino es malo para el oficio de escribir canciones. El ateísmo es malo para la música. Todas mis canciones las he escrito desde un lugar de anhelo espiritual, porque es donde vivo de forma permanente», explica Nick Cave.
Refiriéndose al funeral de su madre de manera telemática, el cantante ha comentado que «el amor de mi madre me dejó experimentar el mundo de manera plena, incluida la parte oscura: adicciones, duelos, rupturas, decepciones, todo. Por su amor, no me hundí del todo». A su vez, habla acerca de cómo fue su relación con ella en lo personal: «Me arrepiento mucho de cómo me comporté con mi madre. Me hubiese gustado ser lo suficientemente maduro como para advertir su inmenso dolor y ayudarla a lidiar con él, pero durante la mayor parte de mi vida fui un furioso torbellino absorto en sí mismo, con poco tiempo para los demás. Esa también es una fuente de culpa. Los hijos necesitan a los padres, pero los padres también necesitan a los hijos. A veces es todo lo que tienen».
Volviendo a la religión, Nick Cave afirma también que se inspira musicalmente por ella, ya que opina que es más que un recurso literario. «Las canciones que escribo en la actualidad tienden a ser religiosas, en el sentido más amplio del término. Se comportan como si Dios existiera. Básicamente argumentan la propia creencia, aunque en ocasiones son ambiguas e inconsistentes, sobre la existencia de Dios».