Un Rolling Stones en ´Fitzcarraldo´, o la gran oportunidad perdida de Mick Jagger
Mick Jagger y Werner Herzog colaboraron en Fitzcarraldo, película en la que el Rolling Stones debía interpretar un importante papel
La anécdota aparece recogida en el estupendo libro de memorias del cineasta Werner Herzog, Cada uno por su lado y Dios contra todos.
El director de documentales y largometrajes alemán deseaba con todas sus fuerzas trabajar con la estrella total que era el líder de los Rolling Stones, Mik Jagger, y consiguió que participara en su gran obra maestra, Fitzcarraldo (1982).
Su papel era pequeño, de secundario, pero, por lo que podemos ver en los cortes del rodaje recogidos en el documental Mi enemigo íntimo, la interpretación de Jagger era buenísima y su papel, estelar.
Pero, lamentablemente, no pudo ser: su personaje fue eliminado de la película y sus escenas, desechadas.
¿Qué pasó realmente para que el bueno y loco de Herzog nos privara al gran público de un personaje destinado a ser memorable? Lo cierto es que no fue culpa suya, y la baja de Jagger –que ya había protagonizado la película Performance– en la producción fue a su pesar.
En un principio, la mítica película que narra el proyecto imposible de Brian Fitzgerald «Fitzcarraldo» de construir un teatro de la ópera en Iquitos, en plena selva amazónica peruana, iba a estar protagonizada por Jason Robards, algo sorprendente pensando que Fitzcarraldo es el gran papel, junto con el de Lope de Aguirre, de la filmografía del violento y trastornado Klaus Kinski.
El caso es que Robards comenzó el rodaje en la accidentada producción de Herzog como Fitzcarraldo, y con él, Jagger comenzó también a rodar sus escenas en la selva.
El Rolling Stones interpretaba al ayudante de Fitzcarraldo. Juntos, debían transportar un gran barco a vapor por las montañas cubiertas de selva para llevarlo del río Amazonas a uno de sus afluentes para explotar una lejana plantación de caucho con la que financiar la construcción del teatro.
Sin embargo, en una producción llena de fatalidades, Robards enfermó de disentería justo cuando llevaban, aproximadamente, la mitad de la película rodada.
La producción se paralizó a la espera de que Robards se recuperara, pero su enfermedad se complicó y tuvo que romper su compromiso con Herzog.
A la desesperada, el cineasta alemán tanteó a varias estrellas de Hollywood para que protagonizaran su película, pero ninguno aceptó sumarse a ese loco proyecto condenado al naufragio.
Finalmente, Herzog recurrió a su némesis, a su «enemigo íntimo», Klaus Kinski. El rodaje podía continuar, pero ya era demasiado tarde para Mick Jagger, cuyos compromisos con los Rolling Stones le obligaron a salir de la película.
Un desesperado y harto Werner Herzog decidió entonces tirar por la tangente y se cargó el papel de Jagger para no tener que repetir sus escenas. Una pena.