Kanye West triunfa en China después de ser rechazado en EE.UU. por sus declaraciones antisemitas
El rapero americano arrasa en China tras ser cancelado en EE.UU. por sus declaraciones antisemitas y a favor de Putin
Después de su ruptura con Adidas y su reciente cancelación en Estados Unidos, el rapero y diseñador Kanye West (también conocido como Ye) ha sorprendido con su concierto el domingo en China casi improvisado y al que asistieron más de 42.000 personas.
La autorización del concierto en la localidad de Haikou por parte del régimen comunista puede resultar contradictoria si se tiene en cuenta la política seguida hasta ahora Pekín y, sobre todo, la controversia producida también en China por las declaraciones y actitudes del rapero.
El Partido Comunista ejerce una estricta censura sobre los actos y opiniones de ciertos artistas occidentales cuya influencia en la población china puede suponer una amenaza para el control ideológico y social que ejerce el régimen de Pekín sobre sus ciudadanos.
En Estados Unidos, West ha sido apartado y condenado al ostracismo después de realizar una serie de comentarios antisemitas en redes sociales en 2022, incidente detrás del cual se encuentra la ruptura con Adidas, pero también con otras marcas, como Gap y Balenciaga.
West recibió el pasado mes de abril una acusación por parte de un antiguo empleado que aseguró haber sufrido una «severa discriminación, acoso y persecución de forma directa por parte de Kanye West».
El exmarido de Kim Kardashian llegó a sugerir que la esclavitud en Estados Unidos fue un fenómeno fruto de la elección de la población negra de Estados Unidos.
Además, se le ha acusado de promover el sexismo mediante sus letras, algo que le valió un enfrentamiento con la estrella del pop estadounidense Taylor Swift.
West también apuntó directo al corazón de las campañas woke y de los políticamente correcto cuando enmendó a la totalidad el lema Black Lives Matter, esgrimido por grupos de extrema izquierda estadounidenses en la órbita del Partido Demócrata, al presentarse en un desfile de moda en 2022 con una camiseta en la que resaltaba el lema White Lives Matter.
Que Pekin aprobara el concierto de un artista que ha apoyado públicamente a Donald Trump –cuyas políticas contra el expansionismo chino ya ocasionaron una guerra comercial China-Estados Unidos durante su mandato presidencial– han hecho levantar más de una ceja.
Muchos ciudadanos chinos, por medio de redes sociales autorizadas por Pekín, expresaron su crítica por el concierto de West en Haikou, principalmente por sus declaraciones racistas y sus declaraciones sexistas.
Cierto es que, según informa The Guardian, gran parte de las quejas provienes de fans chinos de Taylor Swift.
El diario británico también se pregunta si West ha tenido que superar las duras exigencias que el gobierno chino impone a los artistas occidentales que quieran actuar en su territorio: presentar la lista de canciones que interpretarán, detallar el contenido de las letras, en qué ciudades se quiere actuar y en qué consiste el espectáculo.
Artistas internacionales como Justin Bieber o Lady Gaga fueron rechazados por el gobierno chino por diferentes motivos, como una supuesta mala reputación o la denuncia de violaciones de derechos humanos.
Tampoco resulta causal que West llegue a China después de haber estado en Moscú el pasado mes de junio, después de alabar al presidente ruso Vladimir Putin. ¿Hay algún tipo de elemento geopolítico que pueda explicar la alfombra roja con la que China ha recibido al rapero estadounidense?
Para muchos en China, el concierto de West es una forma de enmendar la decepción por el fracaso a la hora de traer a Taylor Swift.
Sin embargo, no es ningún secreto la estrategia empleada tanto por Rusia como por China de buscar referentes culturales occidentales que se expresen cercanos a sus regímenes autoritarios y que rompan, de esa manera, la percepción de aislamiento internacional.