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Pedro Sánchez, junto a tes, en el primer acto por el 50 aniversario de la muerte de Franco

Pedro Sánchez, la cantante Jimena Amarillo (a su izquierda) y Manuel Segade, director del Reina Sofía, a la derechaMoncloa / EFE

La cantante «para lesbianas» que inauguró los fastos franquistas de Sánchez con 'autotune' y ridículo

Jimena Amarillo interpretó una irreconocible versión de Libertad sin ira del grupo Jarcha con fallo incluido

Todo parecía diseñado a la perfección. Ingeniería social y política de altura. Fastos de Franco, el año Franco, como el año Picasso, que se ha sacado el Gobierno de la chistera para cambiar el escenario de su podredumbre. Los hermanos Marx decían aquello de «¡Más madera!» y el Gobierno del PSOE (y de todos los demás) dice: «¡Más Franco!».

«Cantos lesbianos»

Todo estaba diseñado a la perfección porque no podía haber nada mejor en el imaginario sanchista que una cantante que hace «cantos lesbianos» para inaugurar la gran cortina de humo (50 años de España en libertad se hace llamar el espectáculo) con la que el presidente pretende seguir adelante. Todo estaba perfectamente diseñado y sin embargo salió mal.

Jimena Amarillo, la joven cantante elegida, muy escuchada en las plataformas de música, apareció en el escenario y se le disparó el autotune, que es una tecnología por la que hasta el peor cantante del mundo puede parecer un cantante. El autotune hace trampa para que se afine el timbre, todos los timbres, una metáfora del autotune sanchista que sin embargo salió mal porque se adelantó a la protagonista.

«Me da igual todo»

Y no solo se adelantó sino que sonó distorsionado. Un desastre que Amarillo salvó con un «ya me da igual todo», exactamente igual que a Sánchez, que provocó aplausos: así funciona la anestesia. Luego ya sonó el playback moderno correctamente y todos tan contentos, el auditorio, la cantante lesbiana y para lesbianas y también Sánchez, que posó con ella con sonrisa radiante, como un gran padre orgulloso de sus criaturas.

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