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Vingegaard y Pogacar, a rueda de Kuss en el Tourmalet

Vingegaard y Pogacar, a rueda de Kuss en el TourmaletEFE

Tour de Francia

Pogacar resurge de sus cenizas, gana la etapa del Tourmalet y recorta tiempo a un Vingegaard que ya es líder

Impresionante etapa en los Pirineos con el esloveno demostrando que el Tour de Francia no está sentenciado

Tadej Pogacar ha aguado la fiesta del Jumbo-Visma en la preciosa etapa del Tourmalet. El esloveno ha ganado la sexta etapa del Tour de Francia y ha recortado tiempo a Jonas Vingegaard después de sufrir ayer en el Marie Blanque.

El danés ha querido dar un segundo golpe en la mesa de la ronda gala aprovechando las legendarias rampas del Tourmalet. El gran puerto de los Pirineos ha sido testigo de una brillante exhibición del Jumbo Visma, un equipo que llega al Tour de Francia con el objetivo de repetir la victoria de 2022 y que ha forzado un ritmo insoportable para el resto de corredores. Solo Tadej Pogacar ha conseguido mantenerse a rueda en el día después de su debacle y demuestra que su duelo con el danés marcará esta edición de la Grande Boucle.

El Tourmalet como puerto de paso es un acierto y permite endurecer la carrera, arriesgar en el descenso y plantear una última ascensión al límite de las fuerzas. Eso es lo que ha hecho Vingegaard aprovechando la presencia del inagotable Wout Van Aert en la fuga del día y su poderoso ritmo en el terreno favorable entre esta montaña y la subida final a Cauterets, cima en la que Miguel Indurain ganó su primera etapa en el Tour en 1989. El belga esperó a su líder después de marcar el paso entre los escapados y ha seguido tirando hasta los últimos kilómetros de la etapa, una labor titánica que lo convierte en uno de los ciclistas más importantes del pelotón, algo que ya demostró en 2022.

La última ascensión de la jornada no contaba con la dureza de las anteriores y era posible pedalear cómodo a rueda. Sin embargo, el desgaste previo siempre puede provocar la aparición del famoso 'hombre del mazo' y Vingegaard lo ha vuelto a probar. Pogacar ha respondido bien y ha resurgido de sus cenizas con un ataque a tres kilómetros de meta que hacía temblar al danés, lo dejaba atrás y que evidencia que el Tour no está sentenciado. En meta, el esloveno se resarcía y recortaba 24 segundos al nuevo maillot amarillo, más otros cuatro en bonificación por la victoria.

La segunda etapa de alta montaña ha vuelto a ser realmente interesante, un verdadero etapón. En los escasos 145 kilómetros entre Tarbes y Cauterets se han subido los clásicos Col d' Aspin y Tourmalet y se ha formada una peleada fuga de mucho nivel con nombres como los de Julian Alaphilippe, Mathieu Van der Poel, Gorka Izaguirre o el ya mencionado Van Aert, pieza clave para Vingegaard y el Jumbo en un Tour que se augura apretado.

Los escapados han hecho camino pero el Tourmalet ha dictado sentencia para ellos. Solo unos pocos supervivientes han aguantado el ritmo de los gallos de la carrera en su camino hacia la meta, el veterano Michał Kwiatkowski hasta se ha codeado con los dos favoritos en los momentos finales, pero al final han sido ellos los que se han disputado la victoria. Por detrás, Jai Hinley se descolgaba pronto y el maillot amarillo apenas le ha durado unas horas.

Pogacar celebra su victoria en Cauterets

Pogacar celebra su victoria en CauteretsEFE

Termina en lo alto de Cauterets el primer envite montañoso del Tour 2023. Los Pirineos han sido testigos de un toma y daca por parte de Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar que será recordado. Los dos jóvenes ciclistas son ya primero y segundo en la general y la diferencia entre ellos es de solo 25 segundos. Quedan muchos kilómetros por delante y estos dos corredores pueden volver a protagonizar una edición igual de espectacular, o más, que la del año pasado.

La etapa de mañana volverá a ser para los esprinters con 170 kilómetros llanos entre la taurina ciudad de Mont-de-Marsan y la vinícola Burdeos.

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