El danés Andreas Kron gana en Montjuic una etapa rocambolesca; Piccolo nuevo líder
El ciclista danés del Lotto Dstny consigue la victoria en una etapa que ha tenido de todo
El danés Andreas Kron (Lotto Dstny) apuntó en su palmarés una rocambolesca victoria en la segunda etapa de la Vuelta a España disputada entre Mataró y Barcelona, de 181,8 km, en la que se puso le maillot rojo de líder el italiano Andrea Piccolo (EF Education).
La lluvia creó incertidumbre de salida, los corredores exigieron tomar los tiempos a 9 km de meta para evitar riesgos, el Jumbo Visma mandó parar al pelotón por una caída de Roglic. La segunda jornada en Barcelona amplió la polémica de la «oscura» crono inicial.
Ajeno a dichos aspectos, el danés Andreas Kron aprovechó su explosividad para obtener una victoria «olímpica» junto al estadio de los JJOO 1992. Mientras los favoritos se olvidaron de competir con el tiempo asegurado, sin risgos ya, el nórdico se fue por la etapa. Y la encontró con 7 segundos de adelanto sobre el australiano Kaden Groves (Alpecin) y el italiano Andreas Groves (Ag2r).
El furgón de favoritos coronó la histórica cima a 6 minutos. «Era una etapa para disputarla, ideal para mi, pero no era cuestión de arriesgar», resumió en meta Juan Ayuso (UAE Emirates), opinión que resumió la actitud en la etapa de los hombres de la general.
En el momento de tomarse los tiempos oficiales, a 9 de meta, marchaban en fuga el italiano Andrea Piccolo y el español Javier Romo. El ciclista transalpino se convirtió en nuevo líder, y el español en la segunda plaza.
La crono inicial aún coleaba en Mataró
Después de la controvertida crono inicial por equipos, los ánimos estaban exaltados en la salida de Mataró, donde la lluvia arreciaba con el plan de inundaciones activado. Los bomberos actuaron sin descanso en Barcelona, y en el pelotón aún resonaban las críticas por un crono «temeraria» en la oscuridad.
Se activó el protocolo climatológico, por lo que se decidido tomar los tiempos para la clasificación general a 9 km de meta, propuesta que negoció Vingegaard en la salida realizando consultas varias, incluso entrando al bus del Movistar para hablar con Enric Mas.
«No somos monos de circo», llegó a comentar el dorsal número 1, Evenepoel. La culpa de la caótica crono fue de la naturaleza, proclamaba la organización de la Vuelta.
El diluvio que arreciaba en Mataró no fue obstáculo para poner en marcha la primera etapa en linea. Desde la capital del Maresme a Montjuic, con los 3 primeros puertos puntuables en el camino. Ajenos al aguacero salieron del pelotón 5 hombres: Piccolo (EF Education), Sobrero (Jayco), Javier Romo (Astana), Jetse Bol (Burgos-BH) y Joel Nicolau (Caja Rural).
El quinteto pasó junto al Circuito de Catalunya, donde muchos equipos prepararon la crono, con 3.34 minutos de adelanto. A 45 de meta, solo restaban 3 al frente: Piccolo, Sobrero y Romo, con el pelotón persiguiendo impulsado por el DSM de Lorenzo Milesi, el líder más joven de la Vuelta desde Indurain en 1985.
El Jumbo de Vingegaard manda parar
Después de unas horas de tregua volvió la lluvia a 38 de meta. El tiempo había respetado en los ascensos al Coll de Sant Bartomeu y D'Estenalles, pero el agua se apuntó para la aproximación a la Ciudad Condal y ascenso al Castell de Montjuic (3ª, 900 metros al 9,4%).
Llover y empezar las caídas fue todo uno: Piccolo en la fuga, y Roglic y el líder Milesi en el pelotón se estrellaron contra el mojado asfalto. Jumbo con Vingegaard al frente, y por interés propio, mandó parar. Más negociaciones al frente del pelotón hasta que el esloveno volviera al grupo, lo que sucedió minutos después. Milesi se despidió de la «roja» antes de meta.
La decisión de marcar tiempos a 9 de meta y de mantener las bonificaciones en el Castillo de Montjuic no redujo el ímpetu del pelotón. Estaba en juego el liderato y la victoria de etapa. El DSM se implicó para pasar la roja a otro de sus corredores. El pelotón se disparó y atrapó a los fugados a 8 km de meta.
Kron vuela en Montjuic
La etapa había «terminado» oficialmente. Unos se descolgaron para ir a su ritmo, sin desgastar, otros siguieron por la victoria junto al Estadio Olímpico de Barcelona, Lluis Companys, donde ahora juega el Barça y donde dejaron su sello de oro en 1992 atletas como Fermín Cacho, Carl Lewis ó Lindford Chistie.
Sobre la bici escribieron sus gestas en la Escalada a Montjuic leyendas como Merckx, Poulidor y Bahamontes, quien se despidió de la competición con 37 años el 12 de octubre de 1965. Aquel día, la organización rindió homenaje al campeón mundial de pista Guillermo Timoner, como el «´Águila de Toledo» fallecido recientemente.
Esta vez la épica no tuvo demasiado espacio. El ascenso definitivo de 900 metros al 9 por ciento sirvió de pista de despegue para Andreas Kron, quien demarró con fuerza para sentenciar la etapa. Era la cuarta en su palmarés. Ya había dejado su sello por estas tierras con triunfo en la Volta a Catalunya, también en la Vuelta a Suiza y Luxemburgo.
El pelotón llegó relajado, a salvo de incidentes, a 6 minutos, un retraso sin valor real. Las condiciones de carrera, las discusiones desde la salida, mutilaron la etapa en su fase crucial. Los favoritos no se jugaban nada, y con el suelo mojado, dejaron la pelea para otro día. Para Andorra, por ejemplo.