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Carlos Sainz está demostrando ser un estratega en el Rally DakarAFP

Carlos Sainz, el estratega al que la edad no le pasa factura en el Rally Dakar

Si Carlos Sainz ya había demostrado ser uno de los deportistas más grandes de nuestro país, lo que está haciendo el piloto madrileño en esta 47ª edición del Rally Dakar está siendo tremendo. Sainz hizo historia en sus días más gloriosos, pero a sus 61 años está demostrando que la edad no pasa para él y que va directo a por su cuarto título del Dakar.

En una de las ediciones más duras de la historia de esta modalidad, Sainz está jugando sus cartas y está demostrando ser todo un estratega. Y esta es precisamente una de las características más importantes que debe de tener un piloto que participe en el Rally Dakar, ya sea en coches o motos.

Pero vayamos por partes. El madrileño aterrizó en Arabia Saudí con toda la ilusión del mundo, como si de un niño pequeño se tratara. Y la realidad es que su inicio en el desierto saudí fue inmejorable. La primera semana del Dakar ha estado caracterizada por el paso por las dunas y cuando se pasa por ahí, el perder las referencias de carrera es algo común.

Y es en las dunas donde se ha erigido como un auténtico maestro de la conducción. Antes de la maratón de 48 horas – la principal novedad de esta edición – desde Audi idearon un plan para encarar la etapa reina de la mejor manera. El objetivo era perder algunos minutos en la quinta etapa, la especial más corta del Dakar con sólo 118 kilómetros, para no tener que ser de los primeros en salir a la etapa reina.

Carlos Sainz pasa por delante de Nasser Al-Attiyah en el Rally DakarAFP

Era una apuesta atrevida, aunque tenía sentido, porque salir desde atrás tanto jueves como viernes permitiría seguir las huellas de los demás y tener referencias visuales de los pilotos conforme el Audi, un coche mejor que los de delante, fuera superando rivales. No obstante, el hecho de terminar la quinta manga en vigésimo octavo a nueve minutos de Al-Attiyah hizo dudar.

Era bastante tiempo perdido y, además, Al-Attiyah tenía una estrategia totalmente distinta: primero, ganar la quinta etapa y ya luego pensar en cómo rodar por el desierto de dunas. «No hay estrategia para mañana, sólo acabar», dijo el catarí el miércoles, mientras que Sainz deslizaba que habría que «esperar un par de días más para ver» si el plan era el bueno.

Una estrategia de campeón

Sin embargo, le salió todo bien el jueves, pues Sainz lideró la prueba y sacó 24 minutos a Al-Attiyah, el gran rival por la general después de que el saudí Yazeed Al Rajhi, líder hasta ese momento, tuviera que abandonar al volcar en el kilómetro 51.

De hecho, salió tan bien que aprovecharon y redujeron la marcha para no pasar por el campamento D a las 15.59 h y sí a las 16.00 h. Así, Sainz y Cruz pararon en el campamento D y no tuvieron que hacer el recorrido entre ese vivac y el campamento 'E', a unos cuarenta minutos, mientras anochecía en Arabia Saudí y la arena se ponía peor para rodar.

Sainz encara ahora una jornada de descanso que le ayudará a digerir todos estos resultados. Ni mucho menos tiene ganado el Dakar, pero sí tiene en su mano -y en la fiabilidad de su coche- la oportunidad real de convertirse en cuatro veces ganador del Dakar, pues tiene una ventaja de 20 minutos y 21 segundos sobre Ekström y 29 minutos y 31 segundos sobre el francés Stéphane Loeb (Prodrive), quizá el gran rival a batir.