El calvario de Thiem, el hombre llamado a heredar el trono de Nadal en París que se ha retirado antes que él
El austríaco ha colgado la raqueta en casa tras varios años a un nivel muy bajo por culpa de las lesiones
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Dominic Thiem, el tenista austríaco que parecía destinado a suceder a Rafa Nadal como rey de la tierra batida de Roland Garros, ha puesto fin a su carrera deportiva de manera abrupta a los 31 años. Una serie de lesiones, especialmente en la muñeca, han mermado su rendimiento hasta el punto de obligarle a tomar la difícil lesión de retirarse.
Considerado por muchos como heredero natural de Rafa, Thiem demostró una gran capacidad para adaptarse a la tierra batida y alcanzó dos finales en Roland Garros, en 2018 y en 2019, ambas, perdidas ante Nadal. El Grand Slam parisino era un torneo que parecía destinado a ganar y a dominar como sucesor de Rafa. Su juego potente y su mentalidad luchadora lo convirtieron en uno de los tenistas más prometedores de su generación.
Llegó a disputar cuatro finales de Grand Slam en una época en la que el tridente de Nadal, Djokovic y Federer estaba en su apogeo, pero aun así se las apañó para tumbar más de 15 veces a los tres tenistas más grandes de la historia y llegar a la última ronda en tres de los cuatro majors, solo se le resistió Wimbledon, pues la hierba nunca se le terminó de dar especialmente bien.
El punto más alto de su carrera fue en 2020 cuando alcanzó dos finales de Grand Slam. La primera la perdió en Australia ante Djokovic en cinco sets. En cambio, en la segunda se alzó con la victoria ante 'Sascha' Zverev, también en cinco sets, conquistando el US Open (su primer y único 'grande') y alcanzando el número tres de la clasificación de la ATP (lo más alto que ha estado en). Sin embargo, cuando todo parecía sonreírle al austríaco, la sombra alargada de las lesiones comenzó a oscurecer su prometedora trayectoria.
El declive de su carrera
La muñeca, esa herramienta fundamental para cualquier tenista, se convirtió en su peor enemiga. Cuando se encontraba en mejor momento de forma, cuando mejor tenis mostraba y cuando confirmaba que lo tenía todo para asaltar el número uno del mundo y dar guerra al 'Big 3', su cuerpo dijo basta.
Fue en el Mallorca Open, en un partido ante Adrian Mannarino, cuando sintió una molestia en su muñeca derecha que le llevó a retirarse del encuentro. Lo que Thiem no podía ni imaginar es que esa dolencia le iba a tener casi dos años sin jugar.
Tras su vuelta, las operaciones y los largos periodos de recuperación no lograron devolverle al nivel que le había llevado a la élite del tenis mundial, y a pesar de su esfuerzo y determinación, Thiem no pudo superar los obstáculos físicos que se cruzaron en su camino.
Por ello, Dominic ha decidido poner punto y final a su exitosa aunque fugaz carrera tras su derrota el pasado martes ante Luciano Darderi en el ATP 500 de Viena. Un jugador al que hace unos años le habría superado sin complicaciones, pero que ahora, con la lesión en su muñeca que le obligó a cambiar la empuñadura en el drive le derrotó por 7-6(6) y 6-2.
La retirada de Thiem deja un vacío inmenso en el circuito. Su historia es un recordatorio de lo frágil que puede ser la carrera de un deportista de élite y de cómo las lesiones pueden truncar sueños y ambiciones. Sin embargo, los aficionados del tenis jamás olvidaremos aquel tenista austríaco que, aunque fuese solamente por algunos años, fue capaz de plantarle cara a los tres mejores de todos los tiempos. Era el heredero de Rafa Nadal y al final se ha terminado retirando antes que él. El príncipe que no pudo ser rey.