Dios, trabajo duro y perseverancia: las claves para entender el éxito de Topuria
'El Matador' firmó una exhibición ante Holloway para defender por primera vez su cinturón de peso pluma y se confirmó como el gran nombre de la UFC
El bonito momento de Ilia Topuria con el Rey Juan Carlos tras noquear a Holloway
Ilia Topuria se ha convertido en la nueva imagen de la UFC. Al peleador hispanogeorgiano nadie le ha regalado nada. Está ahí, en la mejor empresa de MMA del mundo porque él ha creído más que nadie en sí mismo. Siempre pensó que tenía madera de campeón y así lo han demostrado los combates. 16-0 y la sensación de que ahora mismo no hay nadie que pueda arrebatarle el cinturón de peso pluma.
Lo primero que hizo 'El Matador' tras noquear a Max Holloway y defender con éxito su condición de campeón fue agradecer a Dios la oportunidad de haberse convertido en uno de los grandes peleadores de las artes marciales mixtas. "Lo primero que quiero decir es gracias a Dios, todo le pertenece. No sé qué decir, para ser honesto. Derroté a una leyenda, a Holloway. Seguí su carrera, me inspiré, fue un referente para una generación», aseguró mientras le ponían el cinturón.
El hispanogeorgiano se ha definido en más de una ocasión como «súper creyente» y jamás ha ocultado sus creencias. Reza todas las noches desde que era niño, tiene de fondo de pantalla un rezo e incluso ha incluido sus creencias religiosas en su preparación diaria de cara a sus combates. Por ello, a nadie sorprendió que nuevamente agradeciera a Dios tras confirmarse como el nuevo rey de la UFC en el peso pluma. Es más, su único miedo en la vida es «perder la bendición de Dios».
Trabajó a destajo
Los inicios de Topuria en la UFC no fueron sencillos, no porque no diese el nivel, sino por lo que le costó llegar. El luchador de 27 años nació en Alemania, donde se inició en la lucha grecorromana. A los 15 años se mudó con su familia a Alicante. Ahí fue donde, junto a su hermano, se pasó a las artes marciales mixtas en el gimnasio de Climent Club. De hecho, Javi Climent sigue siendo parte de su equipo en la actualidad, lo que demuestra que Ilia no olvida sus orígenes.
Fue tras empezar a despuntar en el gimnasio cuando comenzó su andadura en las MMA. Su debut como profesional se dio un 4 de abril de 2015. Un desconocido Topuria peleó ante Francisco Javier Asprilla en el West Coast Warriors. Esa fue su presentación al mundo, aunque tuvo que combatir tres veces más en la Comunidad Valenciana para poder salir al extranjero. Después, comenzó su andadura por el mundo aunque no fue hasta 2020, ya con 8-0 en su historial, cuando dio el salto a la UFC.
'El Matador' debutó en la división de peso pluma de UFC contra Youssef Zalal y consiguió una victoria por decisión unánime, fue su triunfo más complicado. Después de aquello, cosechó tres más por KO ante Damon Jackson, Ryan Hall y Jai Herbert. En su siguiente duelo se vio las caras contra Bryce Mitchell, a quien derrotó por sumisión y comenzó a sonar para luchar por el cinturón tras entrar en el top 10.
Aceptó Alexander Volkanovski el reto de Topuria y se midió con él en lo que era una nueva defensa del cinturón de peso pluma. Una de tantas para The Great y la oportunidad de Ilia para dejar claro que no había nadie mejor en su división. El momento para el que estuvo trabajando durante años llegó y prometió que tumbaría al australiano como tarde en el segundo asalto. Así fue, noqueado y listo para comenzar su reinado.
Seguir en lo más alto
Llegar la mayoría de las veces no es lo más difícil, sino mantenerse. Después de alcanzar la meta es complicado mantener la ilusión, pero Topuria la tiene intacta y sigue trabajando. Su perseverancia le puede llevar a ser el mejor de la historia, tal y como demostró ante Max Holloway, una leyenda de la categoría. Su próximo desafío apunta a ser nuevamente Volkanovski, que se merece la revancha. Además, ese combate podría darse en Madrid y después, quién sabe si se anima a subir de peso para medirse al rey de la categoría, Islam Makhachev, y hacer lo que hizo McGregor al poseer a la vez los dos cinturones.