Los Gasol sí tenían herederos y también estaban en la NBA

«Somos dos hermanos que venimos de una familia humilde de un pueblo de Madrid, de Las Rozas. Nuestra familia nos ha inculcado unos valores con los que a través del trabajo, esfuerzo y sacrificio es cumplir sueños. Siempre soñamos con jugar al baloncesto, nunca pensamos que pudiéramos jugar en la ACB, nunca pensamos que pudiéramos llevar siete años en la NBA y simplemente seguimos trabajando a la sombra, confiando en nuestro trabajo y aprovechando oportunidades. Para nosotros es un sueño jugar en la selección, haber sido campeones del mundo, haber sido ahora campeones de Europa junto a mi hermano. Hay que seguir soñando, cualquier cosa se puede conseguir con esfuerzo y sacrificio, tú solo eres el que te pones límites y barreras».

El speech lo firma Willy Hernángomez, mejor jugador del Eurobasket. Habla de él, de su historia y de la de su hermano Juancho, figura indiscutible en la final ganada por España ante Francia en la que se convirtió en el rey del triple. Los dos son campeones de Europa en un regreso al triunfo familiar que tanto acompañó a la selección de baloncesto en los últimos años. Dos hermanos siguen ganando con España y no son los Gasol.

Los Hernángomez se han destapado en este Eurobasket. Ambos ya son jugadores reconocidos, con más de un lustro en la NBA. Willy, el mayor, está en los New Orleans Pelicans; Juancho, en los Toronto Raptors. Ambos han demostrado que los Gasol sí tenían continuación y que como ellos estaban en la NBA. Si bien a los madrileños les queda lejos los espectaculares logros globales de los catalanes, lo que sí ha quedado claro es que esta España podía ganar más allá de los Gasol y que la saga Hernángomez –el mayor tiene 28 años– era el relevo en un equipo para la historia.

Willy ha sido indudablemente la referencia del equipo de Scariolo. Ya se esperaba antes del torneo y así ha cumplido su papel de líder. Fue nombrado MVP del Eurobasket, premio individual solo acotado para los más grandes (Nowitzki, Gasol, Parker...). Firmó una notable actuación en la final con 14 puntos y 8 rebotes ante Francia y no fue ese uno de sus mejores partidos. Terminó el campeonato con 17 puntos y cerca de 7 rebotes por partido. Willy fue la cara de España en esos momentos en los que se tambaleó, momentos complicados ante Lituania en octavos, Finlandia en cuartos y Alemania en semifinales. En todos esos encuentros emergió el mayor de los Hernángomez, cuyo segundo exponente tenía reservada una final legendaria.

Y es que Juancho, que había estado más 'tímido' en el torneo, se desató en la final. Inolvidable serán sus cuatro triples seguidos en los que provocó que todos los españoles hicieran ejercicio en pocos minutos: se levantaban para celebrar un triple, se sentaban para seguir viendo el partido y había –con gran alegría– que volver a levantarse ante lo que estaba haciendo Juancho. Cuatro triples seguidos y siete al final en total en nueve intentos. Fue el festival de este Hernángomez que fue el máximo anotador de la final: 27 puntos, casi el doble de su mejor actuación en el resto de Eurobasket.

«No ha sido un camino de rosas a nivel personal, con momentos complicados que ayudan a saborear estos momentos felices», dijo Juancho tras la final. Nada más terminar el encuentro, y en el momento en el que por megafonía anunciaron que su hermano Willy era nombrado mejor jugador del torneo, a él se le cayeron las lágrimas. Todo el mundo le vio llorar. La reacción fue tan espontánea como emocionante. La reacción fue, en cierto modo, la que todos los españoles tenían desde sus casas: la emoción de la victoria más celebrada del baloncesto español.