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Edy Tavares durante el partido de baloncesto de la jornada 10 de la Euroliga entre el Real Madrid y el Anadolu EfesEFE

El Real Madrid no puede completar la remontada y vuelve a perder en la Euroliga frente al Anadolu Efes

El equipo blanco perdió su condición de invicto este curso en el WiZink Center al caer en la décima jornada de la Euroliga ante el Anadolu Efes (64-74)

El Real Madrid perdió su condición de invicto este curso en el WiZink Center al caer en la décima jornada de la Euroliga ante el Anadolu Efes (64-74) tras no poder completar, en la segunda parte, la que hubiera sido una remontada para el recuerdo. El duelo ante el cuadro turco venía envuelto en una gran expectación por el retorno al pabellón del pívot francés Vicent Poirier y porque el pasado 5 de enero unos y otros jugaron un duelo histórico que necesitó de cuatro prórrogas para decidirse.

Además los de blanco venían de ofrecer una gran actuación dos días antes contra el Virtus Bolonia, un auténtico espejismo en comparación con el cuarto inicial. Porque los diez minutos de puesta en escena del anfitrión fueron una galería de los horrores, de los que es mejor enterrar y olvidar.

El partido empezó con una canasta de Alberto Abalde y se mantuvo relativamente parejo hasta que Walter Tavares hizo el 4-7. Fueron los únicos puntos del plantel en los primeros nueve minutos y medio, hasta que a falta de veinte segundos para el paso por banquillos, Gabriel Deck sumó de nuevo. Las estadísticas de tiro en ese tramo, terroríficas: 3 de 8 en lanzamientos de dos, 0 de 10 en triples y 0 de 1 en libres. Además seis pérdidas y una valoración colectiva de -1 pese a que Tavares sumaba él solo nueve créditos.

Era complicado que la tortura fuese a más, pero aún había margen ya que el Anadolu Efes llegó a multiplicar por tres su ventaja (10-30, m.24). Ahí tocó fondo el bando madridista, pues acto seguido Facundo Campazzo rompió el maleficio al meter el primer tiro libre y el primer triple al decimocuarto intento.

Fue un punto de inflexión para el equipo de casa, que a partir de ese momento comenzó a estar más fluido. Sin embargo en nada afectó al conjunto visitante, cuya solidez y efectividad en ataque le llevó a bordear los treinta puntos durante un segundo acto que acabó con un triple kilométrico sobre la bocina de Facundo Campazzo... fuera de tiempo (25-47, m.20).

El alero croata del Real Madrid Mario Hezonja entra a canasta defendido por Elijah BryantEFE

Tocaba pues resetear en el vestuario y buscar en las taquillas esperanza en una remontada que parecía factible por la afición del club a darle la vuelta a situaciones inverosímiles, pero casi imposible por las sensaciones ofrecidas durante la primera parte.

Al final nada pesa más que la historia, la incapacidad del Real Madrid para rendirse por muy mal dadas que vengan. Un 6-5 de salida situó al Anadolu con 51 puntos en su casillero y 21 de ventaja, gasolina para llenar el tanque del camión que iba a empezar a perseguirle a toda velocidad con el firme propósito de pasarle por encima.

La aportación de los argentinos Campazzo y Deck ayudó a roer ligeramente la renta desfavorable. Y cinco puntos seguidos del incandescente Mario Hezonja, un triple y un mate de concurso, y dos libres del 'Facu' pusieron a los suyos a nueve, situación en la que se llegó a la media hora (49-58, m.30). Ver para creer.

Lo más difícil, lo casi inimaginable, estaba ya hecho. Pero faltaba certificarlo ante un público que a esas alturas estaba ya desbocado, más aún tras el 5-0 de salida en el cuarto decisivo gracias a un nuevo acierto exterior de Hezonja y a una bandeja de Sergio Llull (54-58, m.32).

El pívot caboverdiano Edy Tavares defiende al pívot francés del Anadolu Efes Vincent PoirierEFE

Aún así no terminaba de doblar la cerviz el cuadro foráneo, que resistía por delante contra todo y contra todos pese a que su futuro, con final infeliz, parecía escrito. Y tanto resistió que, cuando parecía hundido, resucitó para lanzar un gancho al mentón de los locales con dos triples seguidos de Derek Willis y de Rodrigue Beaubois (62-69, m.38).

El golpe tocó hueso y dejó noqueado al equipo español y a sus seguidores en la grada. Unos y otros se quedaron helados, un ambiente de funeral invadió el pabellón, y la heroicidad se quedó a medio completar para un Real Madrid que vuelve a experimental el amargo sabor de la derrota. Ahora también en casa.