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Charles Leclerc, nada más bajarse de su Ferrari, gana la carrera en AustriaAFP

Fórmula 1

Leclerc da un golpe psicológico a Verstappen al ganar en la casa de Red Bull

Se lleva el triunfo en Austria en una movida carrera en la que Sainz abandonó y Fernando Alonso, pese a otro desastre de Alpine, terminó 10º

Cuando más parecía que Verstappen iba a tener un fin de semana cómodo en Austria, la casa de su equipo Red Bull, Charles Leclerc llegó y quitó la gloria al neerlandés. Y es que el monegasco se llevó una movida carrera en Austria en la que Ferrari acertó con la estrategia, aunque perdió el doblete que tenía prácticamente firmado ante el problema de motor en el coche de Sainz, que salió entre las llamas de su monoplaza.

Golpe psicológico de Leclerc, el piloto al que Ferrari cuida y mima y con el que sí celebran sus victorias. Psicológico porque el triunfo se produjo en el Red Bull Racing y ante la 'caliente' hinchada de Verstappen, muy polémica por sus gestos y aplausos con según que accidentes. Ganó Ferrari, ganó Leclerc, con Hamilton en el podio y con Fernando Alonso 10º -tiene mérito porque Alpine se la volvió a liar- y Sainz sin sumar.

Leclerc adelanta a Verstappen

La salida fue limpia a excepción de un toque entre Russell y 'Checo' Pérez que mandó al mexicano a boxes y a la última plaza para acabar siendo doblado en las primeras vueltas. Con una humareda tremenda de color naranja por las bengalas de los aficionados neerlandeses de Verstappen, el campeón del mundo intentó escaparse pero Leclerc con su Ferrari estaba a gran ritmo. A partir de la vuelta 10 hubo varios mano a mano entre el neerlandés y el monegasco y fue en la 12 cuando Leclerc soltó un 'hachazo' a Verstappen justo en la grada de la hinchada de Max.

Verstappen, nervioso, entró rápidamente en boxes y desde atrás comenzó a hacer adelantamientos a todo aquél que irrumpía en su camino. Hubo un cara a cara muy morboso con Hamilton y más con todo lo que ha ido ocurriendo este fin de semana con los aficionados de Max. Sainz veía las cosas desde atrás, anclado en la tercera plaza (en ese momento segundo) sin apenas movimiento.

Ya en la vuelta 24 se pudo ver una preciosa lucha entre cinco pilotos con diferentes estrategias. Estaba Alonso, que partió 19º y solo hizo una parada. El asturiano vivió diez vueltas después un tenso enfrentamiento contra Tsunoda, ya que el japonés le mandó al césped en una acción muy polémica en la que Fernando le levantó la mano indicándole que eso no se podía hacer.

Tras entrar los Ferrari a hacer su primera parada en boxes Verstappen recuperó una primera posición que perdió rápidamente ya que sus neumáticos llevaban muchas vueltas. El neerlandés no entendía qué pasaba en la carrera y la realidad es que su estrategia fue devorada por la de Ferrari, que triunfó con Leclerc en la casa de Red Bull. De ahí el golpe psicológico tanto para la escudería austriaca como para Verstappen, que sigue líder del Mundial.

Rompe Sainz y otro desastre de Alpine

Con muchas sanciones por sobrepasar los límites de la pista, la carrera tenía en ese momento una monotonía que finalizó con el problema de motor de Sainz. Incendiado el Ferrari justo cuando estaba adelantando a Verstappen. Más mala suerte no se podía tener. Eso provocó un Virtual Safety Car que ayudó a Fernando Alonso (rodaba 6º virtualmente a falta de parada) y a Verstappen. Ambos -como tantos otros- entraron a boxes. Al neerlandés le fue bien, propio de un equipo normal. Lo del español fue ya el fin de 'fiesta' de Alpine.

Fernando, tras esta parada a boxes, salió a pista 10º, una posición prácticamente milagrosa contando que partió desde la 19ª plaza por otro desastre de Alpine. Sin embargo volvió a entrar una vuelta después, un movimiento que no tenía sentido. La explicación fue que los mecánicos de la escudería francesa no le pusieron bien una tuerca, por lo que una rueda no estaba bien puesta. Un desastre más de Alpine. Alonso salió entonces 14º y gracias a su buen pilotaje en las últimas vueltas terminó 10º, en posiciones de puntos.

Por arriba Verstappen comenzó a recortarle tiempo a un Leclerc que agonizaba por radio quejándose de los problemas que tenía con su Ferrari. El coche ya no le iba tan bien, tenía problemas al acelerar y tuvo el temor de perder al final la carrera. No le dio tiempo a Verstappen a llegar y Leclerc ganó en Austria para felicidad inmensa en Ferrari, esa que costó ver con Sainz hace una semana en Gran Bretaña.