Así cambió Carlos Sainz su conducción para adaptarse al gran reto de Ferrari
El piloto español cuenta cómo y cuándo se dio cuenta de que él tenía que cambiar si quería adaptarse a su nuevo monoplaza
Que Carlos Sainz no arrancó precisamente bien la temporada de Fórmula 1 es algo ya sabido y que además persigue al piloto español. Aún duelen aquellas dos retiradas consecutivas en Melbourne e Imola que a buen seguro le hubiera dado unos puntos que le estarían haciendo luchar por el podio en la clasificación general del Mundial. Y eso que Sainz firmó una buena segunda plaza en el arranque en Bahrein, pero su falta de adaptación al Ferrari de este año le pasó factura.
Ahora, a las puertas de la decimonovena prueba del Mundial (GP de las Américas en Austin, Texas), Sainz recuerda cómo arrancó con tres décimas de desventaja sobre su compañero Charles Leclerc por los problemas de adaptación. Lejos de buscar excusas, el madrileño trabajó para que fuera sintiéndose en todo un coche que debía luchar por el campeonato. El equipo también puso de su parte, realizando cambios que no llegaban a trasladarse en resultados, por lo que fue entonces cuando Sainz dio un golpe al frente: cambiar el estilo de conducción.
Así lo ha reconocido el propio piloto, que en una larga charla con Motorsport explica cómo modificó su forma de conducir al verse por primera vez «a dos décimas de mi compañero de equipo». Explica Sainz que «me estaba rascando la cabeza para ver de dónde venía todo ese tiempo de vuelta» y después de muchos análisis y también «frustración» al ver que este año sí tenía un coche competitivo se dio cuenta que quien tenía que cambiar era él. Y lo hizo «en secreto», aunque «la gente que entiende el deporte y la gente que hace análisis en profundidad más o menos me conoce ya y sabe de dónde venían los problemas». Sainz se adaptó al nuevo horizonte que tenía en la Fórmula 1 y de ahí también su mérito.
«Tuve que cambiar completamente mi forma de conducir, de una manera muy poco natural, y hacerla natural, lo cual lleva mucho tiempo», revela ahora Sainz, que explica que tuvo que probar cosas con la configuración y tuvo que realizar una minipretemporada personal... sin que hubiera tests ni entrenamientos. Tenía que aprender la nueva forma de 'domar' a su Ferrari en los grandes premios. ¿Dónde estaba el principal problema? En algunas curvas. Ahí perdía Sainz el tiempo respecto a Leclerc, pero hubo un Gran Premio, el de Canadá (mediados de junio) en el que todo cambió. Carlos venía de abandonar en Azerbaiyán y en Montreal hizo un gran segundo puesto, aunque se le criticó porque pudo hacer más y enseñar más el morro a Verstappen, ganador de aquella carrera. Dos semanas después ya ganaría Sainz su primera carrera en la Fórmula 1.
«El equipo, obviamente, me escuchó y sabía dónde estaban mis problemas, pero en una época de límite presupuestario, y con un reglamento de coches tan sencillo como el que tenemos hoy en día, son monoplazas muy simples. Tienes muy poca libertad para jugar con la puesta a punto», analizaba Sainz para explicar el duro proceso que ha tenido en esta temporada. «No fue hasta muy tarde cuando hemos introducido un par de cosas que me han ayudado a sacar realmente un poco más del coche», añadió. Y desde entonces, y salvo en aisladas ocasiones, se ha visto a un Sainz mucho más fiable, más valiente y con mejores resultados. Carlos, en definitiva, fue mejor piloto.
Hay que recordar que desde Canadá Sainz firmó una progresión que era incluso mejor que la de Leclerc, aunque se vio en ocasiones taponado por los fallos en su coche. Recordado es el incendio en su Ferrari en Austria –justo la semana después de ganar en Silverstone– y algunos fallos de táctica del equipo italiano. En lo que depende de él se ve una clara mejoría, a excepción del fuerte accidente, y por causas de la lluvia, de la última carrera en Japón. A pesar de que existe ese cambio, Sainz reconoce que el actual Ferrari –al que tan solo le quedan cuatro carreras– «todavía no es un coche que me guste, sinceramente, en la forma de conducirlo».
Tuve que cambiar completamente mi forma de conducir, de una manera muy poco natural, y hacerla natural, lo cual lleva mucho tiempo
Y es que Sainz dice que «todavía tengo que pensar mucho mientras piloto y todavía no conduzco con total naturalidad». Y eso, evidentemente, quita velocidad y pierdes décimas en ello. Por ahora, lo que se juega Sainz es la cuarta plaza con Russell. El británico le aventaja en cinco puntos, fácilmente recuperables en las cuatro carreras que quedan, la primera de ellas este domingo en Austin.