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Fernando Alonso durante el Gran Premio de Baréin

Fernando Alonso durante el Gran Premio de BaréinEFE

Fernando Alonso cumple su palabra: con un buen coche puede pelear por todo

El podio en la primera carrera de la temporada demuestran que el Aston Martin rivalizará con Mercedes y Ferrari

Al inicio de la temporada 2018, Fernando Alonso pedía a McLaren un coche competitivo que le permitiese «jugar». No exigía demasiado, tan solo que su monoplaza pudiese estar a menos de medio segundo de la cabeza de carrera, el resto lo pondría él. El piloto asturiano llevaba por entonces tres años sin pisar el podio, los mismos que hacía que había dejado Ferrari. Tampoco lo lograría en ese campeonato y acabó por dejar los circuitos de manera temporal.

Regreso Alonso en 2021 a bordo del Alpine, un coche al que sacó todo el rendimiento posible, logrando ser tercero en el Gran Premio de Catar. La temporada pasada la progresión no fue buena y, pese a todo, el asturiano fue durante buena parte del año el primero del «resto», es decir, el mejor entre las escuderías que poco pudieron hacer frente al dominio de Red Bull, Ferrari y Mercedes.

Aston Martin da la sorpresa

Las cosas han cambiado este 2023 y ese coche que permita «jugar » a Fernando Alonso es una realidad. La escudería británica sorprendió en los entrenamientos de pretemporada y ha confirmado los buenos augurios con una primera carrera que puede calificarse de histórica para la marca: podio para el español y sexto puesto para un Lance Stroll mermado físicamente.

El bicampeón del mundo ha demostrado que puede luchar de tú a tú con los gallos de la parrilla con un coche inferior. En el Gran Premio de Baréin, además de terminar por delante de los Mercedes en la clasificación, ha adelantado a ambos tras una salida complicada. Se da la circunstancia de que tanto Hamilton como Russell cuentan con el mismo motor que Fernando Alonso, aunque estos forman parte de la escudería «principal» y cuentan con cierta ventaja técnica respecto al resto de clientes.

Pero el «juego» del asturiano no se detenía ahí. Los datos del Aston Martin reflejaban un rendimiento extraordinario en los simulacros de carrera: baja degradación y un ritmo incluso superior a los Ferrari de Leclerc y Carlos Sainz. Con las cartas sobre la mesa y cuando las vueltas cuentan realmente, Alonso ha demostrado que no estábamos ante un espejismo. Tras el abandono del monegasco, el asturiano se lanzaba a por el madrileño protagonizando un duelo de alto voltaje del que ha salido victorioso. Con el paso de las vueltas, el monoplaza verde se alejaba poco a poco del rojo y el negro, dos escuderías punteras superadas por un coche que el año pasado bregaba en la parte trasera del grupo.

Planes, misiones y dudas

Aston Martin ha logrado una mejora sobresaliente de su vehículo en solo un año. Tercer y sexto puesto en la primera carrera de la temporada para un equipo que en 2022 acabó en séptima posición como escudería (en un campeonato de diez). El paso adelante es evidente y un buen punto de partida de cara a las mejoras que puedan ir llegando a lo largo de la temporada. El piloto español las espera, reconoce su ilusión y no descarta cotas más altas.

Además del éxito como equipo, el podio de Fernando Alonso en la primera carrera de la temporada sirve para demostrar que sigue siendo uno de los mejores del mundo. Su adiós en 2018 y su frustrante paso por Alpine chocaron con unas altas expectativas que acabaron en nada. Poco importaba que el monoplaza francés no diese la talla. El Plan del asturiano se volvía en su contra y la sombra de la retirada parecía volver a cernirse sobre él. Pero ahora tiene un coche que puede estar a menos de medio segundo de la cabeza, como él pedía, y ya en Baréin ha demostrado que no era un farol o una fanfarronada. Un podio a las primeras de cambio que abren la puerta a un 2023 para soñar y «jugar».

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